El conflicto social y armado en el departamento del Cauca vive a estas horas momentos cruciales. Miembros de la Guardia Indígena están a punto de juzgar con sus propias leyes a seis guerrilleros de las FARC a los que señalan de ser los responsables del asesinato, el miércoles, de dos indígenas de la comunidad Nasa. Después de una extenuante búsqueda, los integrantes del grupo insurgente fueron encontrados entre las montañas. Los nativos, organizados metódicamente por la Guardia Indígena, que se ocupa de la defensa de los derechos, el territorio, la autonomía y la cultura propia de estos pueblos, se dieron a la tarea de hallarlos. Al final, media docena de guerrilleros pertenecientes al sexto Frente de la guerrilla fueron retenidos por miembros de la guardia indígena de Cauca. La acusación fue inmediata: Son los autores del asesinato de los dos miembros de la comunidad Nasa en Toribío, Cauca. La noticia fue confirmada por Miller Correa, secretario de Gobierno de Toribío, municipio donde ocurrió el crimen en el que supuestos guerrilleros dispararon contra dos integrantes de la guardia indígena que cumplían labores de control territorial de su comunidad. “Desde el mismo instante en que ocurrió el doble crimen, los guardias iniciaron la búsqueda de los atacantes y capturaron a dos de ellos; ya en la noche lograron detener a otros cinco, pero uno se les escapó”, precisó el funcionario e informó que el futuro de los presuntos guerrilleros se definirá en estas horas en una reunión que harán las autoridades indígenas. Tal como ha ocurrido con otros casos en el pasado, es probable que los subversivos involucrados en el crimen de los dos guardias indígenas sean enjuiciados y condenados por las leyes nativas y entregados al Inpec para que purguen sus penas en un pabellón especial de la cárcel de Popayán. ¿Qué fue lo que pasó? Como se recordará, este miércoles 5 de noviembre la Defensoría del Pueblo alertó sobre el asesinato por parte de las FARC de dos guardias indígenas que cumplen labores de control territorial en Toribío, en el norte de Cauca. Las víctimas del doble crimen fueron identificadas como Manuel Antonio Tumiñá Jenbuel, de 42 años de edad, oriundo de la vereda Pueblo Viejo, y Daniel Coicué Julicue, de 63 años, residente de la vereda el Flayó, resguardo de San Francisco. De acuerdo con voceros de la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte de Cauca (Acin) el desenlace fatal ocurrió cuando los dos guardias procedieron a impedir la distribución de propaganda alusiva al grupo armado ilegal, ya que esa región es considerada por los indígenas un territorio de paz y neutral frente a los actores del conflicto. Según la comunidad, ese día los guerrilleros instalaban pasacalles alusivos al aniversario de la muerte de Alfonso Cano, distribuyeron panfletos y discos compactos con información referente a la posición de las FARC sobre los diálogos con el Gobierno en La Habana. “La Guardia Indígena inició el control territorial desde la mañana de este miércoles 5 de noviembre. Localizaron al grupo insurgente en la vía que conduce a la institución educativa de la vereda Sesteadero y les solicitaron de forma verbal que retiraran los pasacalles”. Explicaron que como no se atendió la solicitud, “20 minutos después, los propios guardias se encargaron de retirar los pasacalles. En ese momento se registró el primer hostigamiento armado. Los guerrilleros lanzaron ráfagas que alcanzaron una motocicleta de la Guardia”. Relataron que “tres guardias lograron llegar muy cerca al grupo insurgente, quienes inmediatamente reaccionaron con dos disparos de arma de fuego que alcanzaron a Manuel Antonio Tumiñá y le causaron la muerte instantáneamente”. La otra víctima fatal, Daniel Coicué, recibió dos impactos de bala y estaba vivo cuando sus compañeros de la Guardia lo sacaron de la zona y lo llevaron hacia el centro médico de Toribío. No deja de ser paradójico que la difusión de propaganda sobre lo que piensan las FARC de los diálogos en La Habana les cueste la vida a dos indígenas que justamente protegían sus territorios de paz.