Hasta la cárcel La Picota, en el sur de Bogotá, llegó un equipo especial de la Procuraduría delegada para los derechos humanos a realizar una inspección para verificar cuál fue la posible ruta de escape por la que huyeron Eusebio de Jesús Agudelo Hernández y Sebastián Molina López, de una de las prisiones más célebres del país.

El procurador Javier Sarmiento aseguró: “En el marco de la indagación previa que adelanta la Procuraduría con ocasión de la fuga de dos personas privadas de la libertad el pasado 28 de junio de 2024 en la cárcel La Picota de Bogotá, el día de hoy se practicó diligencia de inspección disciplinaria en la que se recolectó material videográfico, fotográfico y documental, con el fin de establecer las circunstancias de tiempo, modo y lugar que dieron ocasión a esta fuga”.

Y es que hace tan solo un día, la Procuraduría abrió una indagación disciplinaria a funcionarios del Inpec por establecer para determinar si existió alguna responsabilidad del cuerpo de custodia de la cárcel en la fuga de los dos internos que estaban presos por delitos violentos.

El órgano de control explicó que “conoció que los dos internos, habrían escapado en horas de la madrugada, violando la seguridad de uno de los patios, por lo cual se practicará una inspección a las instalaciones del complejo carcelario para esclarecer la cronología de los hechos”.

Cárcel La Picota | Foto: León Darío Peláez

Y es que en la noche del pasado 28 de junio, los dos fugados se volaron de la estructura nueva del centro carcelario por una de las ventanas y terminaron saliendo por la parte posterior del lugar. Los guardias del Instituto Nacional Penitenciario se dieron cuenta de que no estaban hasta que hicieron un conteo de los reclusos.

El coronel Daniel Gutiérrez, director del Inpec, confirmó: “Uno de ellos está condenado a 13 años de cárcel por los delitos de concierto para delinquir y porte de armas. La otra persona fugada es sindicada por los delitos de homicidio y concierto para delinquir (...); se solicitó por poder preferente a la Procuraduría una investigación para tener transparencia”.

SEMANA conoció que uno de los fugados, identificado como Eusebio de Jesús Agudelo Hernández, fue capturado en el año 2013 como uno de los principales jefes de la temida banda criminal Los Rastrojos en Antioquia. El Ejército lo capturó como uno de los líderes de dicha estructura en Amalfi y Yolombó, en medio de un enfrentamiento con las tropas de la Brigada 14.

Mientras que Sebastián Molina López fue capturado en el año 2022 como uno de los presuntos cómplices que apoyó el ataque al Batallón 21 Pantano de Vargas en Granada, Meta. Ese atentado que se presentó en febrero de ese año, dejó un soldado muerto y nueve personas heridas.

Las investigaciones de la Fiscalía revelaron que Molina habría ayudado a planear el ingreso de un motocarguero a las instalaciones militares que llevaba un artefacto con 17 kilos de pentolita oculta en supuestos bultos de papa y yuca.

Ahora, con la fuga de estos dos reconocidos presos, la Procuraduría trata de determinar si hubo corrupción de los guardias del Inpec al, presuntamente, haber permitido que se volaran sin ningún tipo de restricción.