El senador Gustavo Bolívar ha sido uno de los principales defensores y escuderos de Gustavo Petro. Desde hace varios años viene acompañándolo con el objetivo de llevarlo al poder, una hazaña que ya vio realizada. En eventos públicos y en el Congreso, siempre se le ve a su lado, grabando sus discursos.

Sin embargo, también ha sido uno de los líderes petristas que más lo ha afectado en ese trasegar político. Petro pocas veces le ha reclamado o lo ha desautorizado, sabiendo que su fidelidad vale más que una discusión pública.

Esta semana, Bolívar volvió a torpedear al nuevo presidente electo difundiendo la mentira de que supuestamente Carlos Amaya sería el ministro de Agricultura de Petro, un chisme que terminó generando algunas críticas al nuevo gobierno porque varios petristas ‘purasangre’ no quieren ver al exgobernador de Boyacá en el Gobierno. Ante el chisme, Bolívar simplemente hubiera podido conversar con Petro y aclarar que no era así.

El mismo Amaya lo cuestionó, reiterando que como líder del Pacto Histórico era irresponsable difundir esos hechos falsos. Como un búmeran golpeó a Bolívar ese hecho porque no solo generó un respaldo masivo hacia Amaya de parte de líderes, incluso cercanos al petrismo y del Verde, sino que dejó mal parado a Petro con los nombramientos, que varios ya han causado polémica.

Ante la tormenta, Bolívar tuvo que salir a aclarar que las relaciones entre Petro y él siguen de la mejor manera. “Con interpretaciones tendenciosas sobre mis tuits tratan de probar una fisura entre Gustavo Petro y yo. No existe. Permanezco leal a Petro y a la causa. Solo he hecho peticiones respetuosas para que no se excluya a los luchadores de siempre y no se entregue el país a los corruptos”, señaló Bolívar.

Como bien menciona, las relaciones entre ambos estarían en total tranquilidad, pero no es la primera vez que Bolívar le genera un desgaste al nuevo mandatario. Sus mensajes, muchas veces salidos de tono o ligeros, han ocasionado distintos cuestionamientos.

En la última semana, volvió a justificar sus críticas diciendo que se deben poner límites. “Aunque suene cansón, debemos poner límites. Porque si no ponemos límites, si todos aplaudimos todo, nunca sabremos quiénes son ellos y quiénes somos nosotros”, aseguró.

Bolívar también fue una piedra en el zapato para la elección de Roy Barreras como nuevo presidente del Congreso. Las relaciones entre los senadores del petrismo no son las mejores y con la decisión, se sacaron los trapitos al sol.

Bolívar también quería ese puesto, pero por varias razones prefirieron dárselo a Barreras. En medio del escándalo de los ‘petrovideos’, sin mencionar a nadie, aseguró: “Siento vergüenza”. Asimismo, en entrevista con SEMANA reconoció que “le da la mano”, pero que forma parte de la vieja clase política.

Por el nombramiento de Barreras también le reclamó a María José Pizarro, quien a su vez estaba al tanto de quién tomaría las riendas del Congreso, ya que ella también quería esa designación, aunque manejó la derrota más diplomáticamente.

“Respeto y acato la decisión, pero no digas mentiras. Varios no estuvimos de acuerdo. Roy es importante en ese rol y tiene la ‘experiencia’, pero no, no representa el cambio por el que estamos luchando muchos en este proyecto”, comentó Bolívar.

En otra ocasión, buscando defender a Francia Márquez, terminó revictimizándola. La cantante Marbelle se burló de la vicepresidenta electa comparándola con King Kong. Bolívar, posteriormente, hizo una imagen haciendo la misma analogía. El desastre fue tal que a los pocos minutos Bolívar la tuvo que borrar y ofrecer disculpas.

Asimismo, el senador ha tenido enfrentamientos con otros líderes del petrismo, como Armando Benedetti, con quien se agarró al punto de que el barranquillero dijo que se iba del Pacto, cuando apenas arrancaba en firme la campaña. Hoy se sabe que Benedetti fue una pieza fundamental para que Petro llegara al poder.

Bolívar también cuestionó la reunión entre Petro y Uribe, cuando hasta los simpatizantes más petristas la defendieron y en la que ambos líderes políticos mostraron altura y cordialidad más allá de las diferencias. “Bienvenida la reconciliación, pero a Uribe solo perdón social. Perdón judicial si va a la JEP. Perdón divino, difícil. No podemos traicionar a las víctimas”, aseguró el senador del Pacto Histórico.

A su vez, se lanzó en contra de la bancada del Partido Conservador, cuando apenas se estaban logrando acuerdos. No se ha posesionado el nuevo Congreso y Bolívar ya estaba torpedeando la gobernabilidad que ha logrado Petro y el Pacto.

“Si la inmensa mayoría que tenemos (80 senadores) es programática, ¿el Partido Conservador dejará de oponerse a regulación de marihuana, fin a Comisión de Acusaciones, Acuerdo de Escazú, prohibición de ‘fracking’, fin a minería en páramos y ascensos a militares cuestionados? Gran noticia”, cuestionó el senador del Pacto.

Además de lo que ha sucedido recientemente, en los últimos años en los que Bolívar ha estado al lado de Petro, también han sucedido otros hechos que no lo han dejado bien parado y le han generado un desgaste al nuevo mandatario.

Tal vez uno de los más recordados es la ayuda directa que dio a la primera línea en medio del paro de 2021, cuando les regaló cascos, gafas y guantes para que se enfrentaran a la Fuerza Pública. Muchos de esos mismos grupos vandalizaron y bloquearon las vías, generando millones de pesos en pérdidas y afectaciones a todo el país. Petro dijo que prefería que dieran ayudas sociales.

Otro hecho que marcó a Bolívar y terminó golpeando políticamente a Petro fue la deuda con Diego Díaz, hijo del actor Bruno Díaz, y con Felipe Pasos, el amigo que heredó ese millonario endeudamiento y que terminó en tragedia.

Gustavo Bolívar asumirá en pocas semanas el rol de ser uno de los principales líderes del Gobierno en el Congreso. Deberá ser cauteloso para no afectar al nuevo gobierno y las propuestas que busque sacar adelante en estos cuatro años de mandato.