En campaña, Gustavo Petro asustó a millones de trabajadores. Lo hizo en el primer debate al que asistió con los demás candidatos del Pacto Histórico. Con su propuesta, el sistema tendría un revolcón profundo. Se trata de un régimen de reparto simple a través del cual las cotizaciones se harían vía Colpensiones. En adelante, el ahorro sería, según él, a través del esquema individual, es decir, el que actualmente manejan los fondos privados.
En tercer lugar, Petro proponía un peldaño voluntario, mientras que el régimen subsidiado se transformaría para aumentar el monto de lo que actualmente entrega el programa Colombia Mayor, con lo cual, el subsidio para las personas sería de 500.000 pesos, pues Petro es partidario de que las ayudas económicas se utilicen para sacar a la gente de la pobreza, no para darles una “limosna”.
Cuando esto se hizo público, de inmediato los fondos de pensiones pegaron el grito en el cielo. ¿Tienen de qué preocuparse los colombianos que están en ese sistema?
Lo primero que hay que decir es que algunos estudios enfatizan en que la mejor reforma pensional es la laboral, pues es la manera de garantizar que cada ciudadano tenga con qué cotizar para su aseguramiento en la vejez.
El sistema pensional actual incluye un régimen público, a través de Colpensiones, y uno privado, que manejan las AFP e implica la existencia de cuentas de ahorro individuales (el cotizante recibe lo que ahorró más los intereses y menos los costos de administración).
En lo público, el gasto anual es enorme y le genera una fuerte presión al Presupuesto General. En el privado se producen muchas demandas, pues cuando llega el momento de la jubilación, la gente siente que no recibirá una mesada acorde con lo que ahorró.
Adicionalmente, pese a la existencia de dos esquemas, solo el 22 % de la población en edad de pensionarse cuenta con una mesada. El resto necesitará ayuda del Estado en la vejez y las generaciones que vienen ven cada vez más lejos la posibilidad de jubilarse. En ese contexto, la política pensional de Petro también sonó bien a los posibles beneficiarios, pero les causa susto a los que a todo le echan números.
Crear transferencias de 500.000 pesos mensuales para más de tres millones de adultos mayores, sin duda, reduce los niveles de pobreza. El problema es que la fórmula de Petro para financiar subsidios no tendría fondeo más allá de un par de años.
Paralelamente, la propuesta pensional que plantea Petro llevaría, en la práctica, a la desaparición de los fondos privados, pues su modelo es mayoritariamente público y los dos regímenes no competirían, sino que se complementarían.
La financiación es el punto crucial. Petro dijo que no tocaría la edad para pensionarse, algo en lo que han insistido organismos internacionales, incluso la Ocde, pues la población cada vez vive más, por lo cual, lo que cotizan las mujeres hasta los 57 años y los hombres hasta los 62 no alcanza para cubrir la demanda de recursos que tendrán durante los años en los que disfruten de la jubilación.