El pasado 27 de mayo, Gustavo Petro consiguió el segundo lugar de las elecciones presidenciales y como Iván Duque no alcanzó el 51% de los votos, se clasificó a la segunda vuelta que se disputará el 17 de junio en las urnas. Ese día los colombianos se debatirán entre dos opciones, diametralmente opuestas. La opción alternativa, para quienes no se identifiquen con ninguno de los dos candidatos, es el voto en blanco. Sin embargo no tendrá efectos. Se reducirá a una expresión simbólica. En el año 2010, Gustavo Petro se estrenó en las elecciones presidenciales. Tras ocho años entre representante a la Cámara y senador, y haber liderado la oposición a los dos gobiernos de Álvaro Uribe, fue el candidato presidencial del Polo Democrático, y como hoy, representa a la izquierda que quiere acabar con la hegemonía de la clase política que siempre se se ha alternado el poder en Colombia. Le recomendamos: Habrá voto en blanco en segunda vuelta, pero...En ese entonces, Petro quedó de cuarto en la primera vuelta (por encima de los candidatos oficiales del Partido Conservador y del Liberal). Juan Manuel Santos, en ese entonces el candidato de Álvaro Uribe, y Antanas Mockus, el líder de la recordada Ola Verde, consiguieron el tiquete para la segunda vuelta. Como hoy, hace ocho años la elección definitiva se planteaba entre el continuismo de la clase política, y la nueva forma de ejercerla con aquella consigna del no todo vale, o de los recursos públicos son recursos sagrados.Le puede interesar: Humberto de la Calle votará en blancoSin embargo, el país no estaba tan polarizado como en el 2018, pero también es cierto que muchos colombianos no se identificaron ni con Santos ni con Mockus, entre otras porque no encontraban diferencias sustanciales, especialmente en el modelo económico que representaban. Los sectores de la izquierda, por ejemplo, ubicaban a Mockus también a la derecha del espectro.Puede leer: La Coalición Colombia se dividió entre Petro y el blancoUno de ellos fue Gustavo Petro. Y aunque Mockus emergía como la alternativa a todo lo que Uribe representaba, en ese entonces prefirió no comprometer su voto a ninguno de los dos candidatos. Por el contrario, promovía a sus electores manifestarse mediante el voto en blanco, a pesar de que muchos tenían la idea de que marcar ese espacio en el tarjetón, favorecería a Santos. El 6 de junio del 2010, en su cuenta de Twitter, Petro trataba de desmitificar esa tesis, al señalar que el voto en blanco como expresión ciudadana podría tener efectos hacia el futuro.
Ocho años después, Petro se convirtió en el fenómeno de las elecciones, como lo fue Mockus en aquel momento. Ahora, pasó a la segunda vuelta y emerge como esa alternativa al uribismo y a las maquinarias que en el 2010 aplastaron la ilusión de la Ola Verde.Le recomendamos: El pasado no perdona: Cuando Gaviria le hacía oposición a Uribe... y coincidía con PetroLas circunstancias cambian y como ahora Petro es el que busca votos para llegar a la presidencia, su visión del voto en blanco (que sigue sin ningún efecto en segunda vuelta) es que favorecerá a su contradictor. Dos días después de las elecciones, así lo dijo en su cuenta de Twitter.
A menos de tres semanas de la nueva jornada electoral, y cuando los votos de Sergio Fajardo y Humberto de la Calle se han convertido en un jugoso botín, algunos simpatizantes de Petro han venido descalificando a aquellos que han preferido la opción simbólica del voto en blanco. Precisamente Fajardo y De la Calle fueron los dos candidatos que participaron en la primera vuelta que se jugaron por esta postura, calificada de tibia. Las mismas críticas que recibió Gustavo Petro en 2010 cuando muchos le reclamaban su adhesión a Antanas Mockus.Le puede interesar: Ni Petro, ni Duque: Sergio Fajardo anuncia que votará en blancoPetro votó en blanco, pero fue el primer dirigente de izquierda en ir a la Casa de Nariño a respaldar a Santos con la idea que su gobierno se desmarcara de Uribe y promoviera lo que Petro tanto ha venido reclamando en su carrera política: un acuerdo pluralista sobre lo fundamental. El pasado tampoco perdona a Gustavo Petro, y es que en las elecciones del 2018 parece que no perdona a los políticos que han protagonizado las elecciones en los recientes 16 años.