La relación entre Gustavo Petro y Rodolfo Hernández se mueve en una especie de electrocardiograma, que ha registrado constantes altibajos de acuerdo con el momento político. No son amigos, tampoco enemigos. Pero a medida que pasan los días ambos se han sacado los dientes. Pasaron del elogio a la crítica.
Petro empezó a observar a Hernández como un rival en su carrera por la presidencia. Vio a un hombre novedoso en la política, sin estructura y que no ha recorrido el país, pero se convirtió en un fenómeno que podría arrebatarle la Casa de Nariño en una segunda vuelta. La más reciente encuesta del Centro Nacional de Consultoría (CNC) para SEMANA amargó los últimos días electorales del petrismo.
Hernández, quien desapareció del escenario político cuando viajó a visitar al papa Francisco, mientras en Colombia los precandidatos de las consultas atrapaban la atención de los electores, resurgió como el ave fénix.
El ingeniero santandereano, que cambió su estrategia y desde hace cuatro semanas comenzó una gira nacional, registró 19,1 por ciento en la intención de voto frente a 20,8 por ciento de Federico Gutiérrez, un empate técnico que alarmó a la centroderecha y al Pacto Histórico.
Hernández, sin el poder de las maquinarias y los partidos políticos tradicionales, tendría más chance de competirle a Petro en una eventual segunda vuelta, según el mismo estudio del CNC.
El exalcalde de Bucaramanga contaría con el respaldo de Sergio Fajardo, con quien ya intentó pactar una alianza. Además, lo apoyaría gran parte del centro, que se quedará sin candidato propio este domingo. También obtendría los votos de Federico Gutiérrez, la centroderecha y el uribismo, que buscarían a como dé lugar que Petro no dirija el país en el próximo cuatrienio, según ha dicho el controvertido estratega ecuatoriano Amauri Chamorro.
Hernández es impredecible aun en la recta final de la campaña, pues se mueve en todo el espectro ideológico. “Obviamente, si pasa a segunda vuelta, sumaría muchas fuerzas de derecha, que son las que quedan huérfanas si pierde Fico Gutiérrez”, reconoció Gustavo Bolívar.
Por esto, el Petro solidario y apacible con el competidor de mayor edad quedó atrás y pasó a convertirse en uno de sus más fuertes críticos en la recta final de la primera vuelta. “Millonario, corrupto y uribista”, le dijo en el cierre de su campaña en Bogotá, donde concentró a más de 65.000 seguidores y demostró que no le tiembla la voz para lanzar diatribas.
Este viernes, Petro dialogó con SEMANA e insistió en su estrategia de relacionar al candidato santandereano con el uribismo, la misma que utilizó contra Gutiérrez. “Es el uribismo cambiando de cara otra vez, ha cambiado varias veces de rostro, ha hecho varias apuestas: al principio Óscar Iván, María Fernanda Cabal, después se decidieron por Federico, ahí metieron una parte de las maquinarias; como se dieron cuenta de que les quedaba difícil ganar, se están pasando hacia Hernández. Al final, así sea Fico o Rodolfo, el voto uribista se unirá ahí”, dijo.
En la entrevista, el líder de izquierda recordó que el santandereano es admirador de Adolf Hitler y no dejó pasar el escándalo por corrupción de Vitalogic, que hoy tiene al ingeniero ad portas de ir a juicio. “Conozco lo de Vitalogic, muy difícil para él, los indicios son muy fuertes, ante una notaría, el cobro de una comisión firmada por su hijo. ¡Eso es terrible! Son millones de dólares. Rodolfo es el único de los candidatos que está imputado por la justicia por corrupción”, expresó.
Hernández no es agresivo con Petro, pese a que no tiene filtros y no se amilana para atacar a sus adversarios. “Después de buscarme para una alianza, Petro empieza a atacarme cuando las encuestas muestran que soy el único que puede ganar en segunda vuelta. Miren por dónde pela el cobre. ¿Ya no le sirvo, doctor Petro?”, respondió.
SEMANA conoció que desde comienzos de 2021, cuando Hernández no había hecho público el interés de lanzarse a la presidencia, Petro había fijado su mirada en el santandereano, el mismo al que el país conoció por su lenguaje desbaratado y por pegarle una cachetada al exconcejal John Claro.
Petro sabía que el rostro de un hombre mayor a su lado, con un discurso en el que no ahorra calificativos contra los “bandidos” y con unas buenas relaciones en el centro y en algunos sectores de la derecha, suponía una fórmula perfecta en su carrera presidencial, pues le garantizaría electores de todas las vertientes ideológicas.
Empezó por invitarlo a un sancocho a comienzos de 2021 en un apartamento, ubicado en un quinto piso en el barrio Nueva Santa Fe, en Bogotá, de propiedad de una viuda de un líder del M-19, cuyo nombre no recuerda el ingeniero. Gloria Flórez Schneider, senadora electa del Pacto Histórico, sirvió de puente para los encuentros entre Petro y Hernández, que, en ocasiones, se extendieron hasta tres horas. La líder social y feminista de Santander es una de las mujeres más cercanas a Petro y a la Colombia Humana. También goza de la confianza del ingeniero.
A la primera cita, Hernández llegó acompañado de Luis Meque Nahas y Hugo Alfredo Vásquez, los dos asesores argentinos que durante más de 20 años lo acompañaron en sus campañas, pero que renunciaron y salieron de Colombia por amenazas de muerte, según ellos.
Petro, de acuerdo con Hernández, quería conocer detalladamente cómo un hombre provinciano, que veía el mundo desde su oficina en Bucaramanga y su finca en Piedecuesta, tenía un discurso convincente, claro y preciso frente a la corrupción y lograba acaparar la atención de la opinión pública. “Yo no soy egoísta. Me dijo tráigalos, él habló con ellos (los argentinos), dialogamos todos en la reunión”, narró Hernández a SEMANA.
En dicho encuentro, Petro le dijo al ingeniero: “Usted y yo somos invencibles”. Y dejó ver la necesidad de aliarse y de que el exalcalde se convirtiera en su fórmula vicepresidencial. En otras palabras, Hernández podía escoger qué le apetecía en un eventual Gobierno de Petro. En el mismo apartamento de Nueva Santa Fe, se encontraron en otras cuatro oportunidades, siempre con la presencia de Flórez. En las posteriores reuniones, Hernández le respondía que él no estaba buscando puestos. Un hombre con una fortuna de 100 millones de dólares, como lo ha reconocido, no pretendía buscar un cupo en un ministerio o una vicepresidencia. Quería gobernar al país en los próximos cuatro años.
Pero Hernández, durante los almuerzos privados con Petro, jamás le mostró su interés de jugar a la presidencia. “Yo sabía que iba a aspirar, pero no se lo decía”, reconoció. La última cita entre Hernández y Petro ocurrió en junio de 2021, justo cuando el exalcalde de Bucaramanga había destapado sus cartas y empezaba a buscar el millón de firmas que validó ante la Registraduría para inscribirse como candidato independiente.
Petro, quien evita hablar por teléfono por temor a un rastreo, propuso por medio de Gloria Flórez un nuevo almuerzo, pero Hernández no accedió y le cambió los planes: “Venga usted a mi apartamento”, propuso.
En su apartamento, ubicado en el norte de Bogotá, donde el santandereano permanece más tiempo desde hace más de un mes, se encontraron y comieron hamburguesa. Durante la reunión hablaron del país, de las ilusiones que el petrismo podría despertar sobre el manejo de la nación y el cambio que necesitaba Colombia. Hernández permanecía expectante y solo oía.
“Hablamos de generalidades, me parecía que tenía razón y yo creo que la sigue teniendo”, resumió el ingeniero. En esa oportunidad, Petro no le insistió sobre una alianza, pero el santandereano entendió que la pretensión de la vicepresidencia seguía sobre la mesa.
En diciembre de 2021, cuando la campaña presidencial empezó a tomar forma, Petro le lanzó nuevamente la invitación en una visita en Bucaramanga, la tierra del ingeniero. Esa vez lo hizo en público, delante de 400 personas que acudieron a su llamado en el parque Santander. “Yo no tengo nada contra Hernández. Lo invito a que discuta propuestas y a que me acompañe en el Pacto Histórico a llevar a los colombianos a la transformación”, expresó.
Petro entendió que el ingeniero no contemplaba entre sus planes unirse a su proyecto político y decidió meter al congelador su propuesta vicepresidencial. No volvieron a encontrarse personalmente. Ni siquiera a conversar por teléfono, de acuerdo con el santandereano, quien dijo que Petro es “un hombre reservado, distante y hermético”.
El exalcalde bumangués tiene claro que Petro hoy forma parte de la “gavilla” que lo ataca, pero también que Gustavo, como lo llama, lanza palabras en su contra, presionado por la coyuntura política del momento, así como por Roy Barreras y otros líderes del Pacto Histórico que, según él, hacen cálculos políticos.
“Ellos le empiezan a dar casquillo, y él, en su afán de ganar, porque ha visto que ya se le puso dura la posibilidad de triunfar en las urnas, cae en eso”, expresó.
El Pacto Histórico se encuentra en una encrucijada frente a Hernández. Por un lado, le podría dar resultados en las urnas atacar al ingeniero por su escándalo de corrupción de Vitalogic, por el que irá a juicio el 21 de julio. Por otro lado, jugaría con candela, pues, si el exalcalde no pasa a una eventual segunda vuelta, se convertiría en un factor determinante en las elecciones, y él, como buen santandereano, tiene su temperamento y no se sabe hasta cuándo se aguante los ataques del petrismo.