La división que se generó entre Sergio Fajardo y Gustavo Petro en las pasadas elecciones presidenciales se sigue ahondando. El año que ha pasado no los ha acercado, cada uno se ha mantenido inamovible en sus argumentos. Fajardo continúa pensando que eligió el camino correcto al no apoyar a Petro para que ganara la segunda vuelta, y Petro considera que con esta acción Fajardo favoreció a Duque, quien finalmente llegó al poder. Este fin de semana el debate revivió por cuenta de las declaraciones de Fajardo, quien volvió a la arena política y le está apostando a consolidar sus candidatos para las elecciones regionales, así como su posible candidatura presidencial. "Ustedes no me van a ver a mí nunca insultando al señor Petro, porque me insulta, o agrediendo a alguien porque votó por Petro. Eso nunca va a pasar, porque para construir paz tenemos que alejarnos de la rabia, de la mentira y de la violencia", aseguró el exgobernador de Antioquia. Petro no tardó en responderle por medio de su cuenta de Twitter, pues considera que con sus actos Fajardo contradice su discurso. A juicio del líder de la Colombia Humana haber permitido que el uribismo ganara es una “forma de aliarse con el odio y la violencia, eso sí con finas maneras”.
Este desencuentro no pone sobre la mesa ningún tema nuevo, pero a tres meses de las elecciones tiene un impacto distinto. En primer lugar, tanto Petro como Fajardo son dos líderes sólidos que obtuvieron millones de votos en las elecciones presidenciales y que estuvieron a un paso de llegar a la Casa de Nariño, así que su capital electoral es muy importante en la contienda regional. Le sugerimos: ¿Por quiénes están apostando los jefes políticos en las elecciones locales? Los dos son líderes de movimientos políticos -Colombia Humana y Compromiso Ciudadano- que aunque no tienen personerías jurídicas están buscando alianzas en todo el país para obtener representación local. Sin embargo, sus desencuentros también tienen coletazos en estas alianzas que se gestan, porque no permiten que haya unidad entre la centro-izquierda. De hecho, ante la respuesta de Petro a Fajardo, el senador Jorge Enrique Robledo (Polo), intentó calmar las aguas y llamar a la unidad: “Por complejo que sea unificar esfuerzos entre los sectores alternativos para estas elecciones, ese debe ser el propósito nacional si en verdad se quiere lograr vencer a los mismos con las mismas. Y ello exige de parte de todos tratar las diferencias con espíritu unitario”. Sin embargo, Petro aseguró que él propuso la conformación de un “gran frente de fuerzas políticas democráticas”, pero que “mantener la vigencia de Fajardo lo impidió”.
“A ninguno le sirve la división, me parece que es un error garrafal que sectores que tienen más elementos en común que diferencias no se puedan unir. Los personalismos desafortunadamente siguen primando sobre los intereses colectivos”, aseguró a SEMANA Daniel García Peña, ex alto comisionado de paz y profesor de Ciencia Política de la Universidad Nacional. En la campaña electoral de juntas, concejos, alcaldías y gobernaciones, cada caso es distinto, y tanto Petro como Fajardo están defendiendo sus intereses. No obstante, pueden terminar apoyando al mismo candidato en algunos lugares o afectar coaliciones por sus desencuentros, por ejemplo, en Bucaramanga esta posibilidad se está evaporando porque Petro no aceptó apoyar a Juan Carlos Cárdenas, a quien respalda Fajardo, por considerar que es cercano al uribismo. Ahora bien, Petro y Fajardo pueden considerar que mantener la distancia es una manera de ser fieles a su electorado que, como ellos, reclaman respectivamente posiciones más firmes (o más flexibles, dependiendo del caso) sobre todo en relación al uribismo. "A Fajardo hay que preguntarle si quiere separarse del proyecto Uribe", explicó Petro a SEMANA hace unos meses. Tras la polémica que desataron los cables de WikiLeaks, Fajardo aseguró que él no es ni uribista ni antiuribista. Las tensiones entre los dos líderes políticos no parecen tener una pronta solución, los dos están abonando el terreno para volver a medirse en las presidenciales del 2022.