Una fuerte controversia se generó esta semana en el país, luego de que SEMANA compartiera la historia de Adriana Martínez Dogirama, la mujer emberá que asegura ser la imagen del viejo billete de diez mil pesos colombianos, el cual circuló entre 1992 y 1994.
Mauricio Pardo Rojas, quien dice ser la persona que le tomó la fotografía a Martínez, habló recientemente en exclusiva con este medio y también manifestó que la postal terminó en el billete sin su autorización. Incluso, indicó que entregó una documentación juramentada corroborando esta información.
El hombre relató que en la década de los ochenta le tomó varias fotografías a esa comunidad, puesto que realizó distintas investigaciones antropológicas y lingüísticas en el Alto Río Baudó, poblado principalmente por los emberás de Santa María de Condoto, en el municipio de Nuquí, Chocó.
“Entre 1980 y 1988, les tomé numerosas fotografías a las personas y la sociedad emberá… En la segunda mitad de 1986 envié un artículo al Boletín del Museo del Oro del Banco de la República, titulado Regionalización de indígenas Chocó, junto con varias fotos en diapositivas de personas emberá. El artículo salió publicado en el número 18 de enero-abril de 1987, en las páginas 46 a 63”, precisó.
Pardo Rojas aprovechó el diálogo con este medio para puntualizar que inicialmente pensó que era una coincidencia y que la imagen que aparecía en el billete era muy parecida a una de las muchas fotos que tomó.
“En 1992 conocí la emisión del billete de 10.000 pesos con el rostro de una muchacha emberá en una de sus caras. El rostro era muy similar al de Adriana, pero pensé que era una coincidencia… Procedí entonces a comparar la ilustración del billete y la foto publicada en el Boletín y pude — con sorpresa— constatar que efectivamente es la imagen de Adriana”, añadió el hombre.
Posteriormente, sentenció: “El complejo adorno de muchas vueltas de chaquiras y cadenillas que Adriana luce en el cuello y aparece en la imagen del billete es idéntico en la fotografía que apareció en la página 53 del Boletín. Además, el arreglo del cabello y la pintura facial que luce en la barbilla son los mismos. Lo anterior confirma que la ilustración del billete es una reproducción de la mencionada fotografía”.
Mauricio recalcó en la charla con SEMANA que Adriana y él nunca fueron contactados por el Banco de la República para pedirles la respectiva autorización para la publicación y uso de la fotografía en el billete de 10.000 pesos de 1992, que dejó de circular tras el conocido popularmente como el robo del siglo.