Tras la devastación que dejó el paso de este huracán, fenómeno natural jamás visto en la historia de Colombia, los habitantes de la isla de San Andrés y Providencia luchan para recuperar algo de lo que perdieron.

El presidente de la república, Iván Duque, estuvo en la isla y fue testigo de la tragedia que provocó el paso del huracán Iota por la isla de San Andrés y Providencia, el escenario de mayor devastación en Colombia.

Un sobreviviente de este huracán, Germán Gómez, propietario de un hotel en Providencia, habló con Semana Noticias para contar su tragedia y experiencia con este fenómeno climático sin registros en la historia del país; un huracán de categoría cinco, para el que no estaban preparados en la isla.

“Después de haber pasado casi 14 horas de un susto tremendo… todo empezó muy suave yo creo que nadie en la isla esperaba que se convirtiera a tal categoría esperábamos un huracán pero no tan fuerte, como en realidad lo fue… yo personalmente me fui a Providencia a abrir el hotel a hacer secciones de mantenimiento, porque después de nueve meses de pandemia la isla estaba cerrada y no podíamos atender a ningún turista”, dijo este hotelero que contó su tragedia en SEMANA.

Germán explicó cómo fueron esas horas de angustia mientras la habitación de su hotel, donde se resguardaba del huracán, empezó a desmoronarse ante sus ojos.

“A las cuatro de la mañana empecé a sentir algo, yo estaba dormido y me levantó un árbol que se cayó y golpeó el marco de la puerta de la habitación donde yo estaba, fuerte porque fue tan fuerte el golpe del árbol que desajustó el marco y el agua empezó entrar… un agua café como con tierra empezó a entrar por debajo de la puerta, yo empezaba a escuchar y esperaba que no sucediera lo que estaba ya sucediendo, desafortunadamente pasó y es que la fuerza del viento entró por la habitación y empezó a presionar las ventanas y las puertas del balcón”, reveló Germán.

Como hotelero, contó la tragedia económica que debieron enfrentar por la situación de la pandemia de covid-19, y justo en el momento en que sintieron que arrancaría la reactivación económica, el clima y la furia de la naturaleza arremetieron contra los habitantes de San Andrés y Providencia.

“Cuando tuvimos luz verde, viajé a Providencia a hacer labores de mantenimiento. Cuando nos llega la noticia del huracán, nos estábamos empezando a preparar para un huracán de categoría dos o tres pero nunca de categoría cinco, yo estaba en el hotel, me acomodé en mi habitación después de haber acomodado todas las habitaciones”, aseguró Germán mientras se le notó la angustia de perder todo por el paso de este huracán.

Contó en detalle esos momentos de espera y desespero que debió soportar, solo y metido en el baño de la habitación.

“Eran como las 12 cuando se fue la luz, no había luz pública, sin embargo, en cuestión de minutos no había luz, no había aire acondicionado, entonces fue el momento en el que yo empecé a sentir como que era difícil, esto empezó a subir de intensidad y afortunadamente yo tenía una linterna que alcancé a cargar el día anterior y a las cuatro de la mañana cuando ya empezó sentirse la fuerza del huracán yo estaba muy asustado porque es muy difícil estar en medio de la ráfaga de viento del huracán pasando por el medio de la habitación, sentí un gran refugio en el baño pero fueron 12 horas estando en un baño”, describió en detalle este propietario de hotel en Providencia.

Fueron 12 horas de encierro obligado en el baño, mientras rogaba que todo pasara y lograra sobrevivir. “La ráfaga de viento del huracán literalmente pasaba por toda la habitación y se volvió en realidad una pesadilla, en ese momento decía qué hago, dónde me pongo, la única posibilidad que tenía en la habitación era ir al baño y gracias a Dios estuve metido en ese baño 12 horas, desde las tres de la mañana hasta las tres o cuatro de la tarde”.

Ahora lo que viene es la recuperación, será un camino muy difícil sin la ayuda del Gobierno, “una cosa es recuperarse de la pandemia y la falta de turistas, otra es reconstruir todo”, finalizó.