Helbert Núñez es abogado de profesión y hermano del teniente coronel Benjamín Núñez, a quien los testimonios de tres policías señalan como presunto homicida de los jóvenes Carlos Ibáñez, Jesús David y José Carlos Arévalo, perpetrado el 25 de julio.
Los tres muchachos fueron señalados de pertenecer al Clan del Golfo y de haber asesinado al patrullero Diego Felipe Ruiz Rincón, de 25 años, en el municipio de Sampués.
Helbert pidió a las autoridades competentes investigar con profundidad lo sucedido. Defendió a su hermano y dejó en claro que no se fugó. Según él, salió del país cuando lo suspendieron del cargo y hasta el momento no ha sido requerido por ninguna autoridad judicial. Piensa que la situación se está tergiversando.
SEMANA: ¿Usted es consciente de la magnitud de la tragedia en la que supuestamente está implicado su hermano?
Helbert Núñez (H.N.): Lógicamente. Mi información personal, familiar y profesional me hacen entender la gravedad de la situación. Para la familia de los muchachos, un fuerte abrazo y un llamado de ánimo y fortaleza.
SEMANA: ¿Cuándo fue la última vez que habló con su hermano?
H.N.: El 18 o 19 de julio me despedí de él en Sincelejo cuando yo estaba de vacaciones.
SEMANA: ¿Cómo es el coronel?
H.N.: Yo en realidad estaba muy tranquilo hasta el día de ayer en horas de la mañana por toda la situación que se está presentando. Precisamente yo toda la vida he recordado a mi hermano como un héroe de la patria. Como un hijo de este país que fue formado en un hogar íntegro que se dividió cuando estábamos muy jóvenes. Benjamín no quiso realizar una carrera profesional, sino que decidió prestar su servicio en la Policía Nacional, igual que mi padre y varios integrantes de nuestra familia. A mi hermano siempre lo encontré en unas condiciones muy normales, pero tú debes saber que ellos viven una presión muy alta y estaba muy estresado con su trabajo.
SEMANA: ¿Usted cree que su hermano tuvo alguna participación en el asesinato como lo señalan los testigos?
H.N.: No. Yo no puedo afirmar si tuvo alguna participación en los hechos. La presión y el estrés que él tenía lo vive cualquier persona de la Policía y más los de su rango. Yo sé que él tuvo incidencia en el operativo porque a él lo llamaron a apoyar una captura de los jóvenes, a quienes se los presentaron como asesinos de un policía. A él le habían dicho que esos muchachos fueron los responsables.
SEMANA: Y, según usted, ¿cuál fue la participación de su hermano en lo sucedido?
H.N.: Él era el comandante operativo de la Policía de Sucre en ese momento. A él lo llamaron para que apoyara la captura de los personajes y los condujo a la clínica.
SEMANA: Precisamente, tres policías declararon que en ese trayecto hacia el hospital su hermano presuntamente disparó contra los jóvenes.
H.N.: Son declaraciones de unos personajes en donde participaron más de 30 policías de manera directa y más de 100 indirectamente. Entonces, quiero hacer un llamado especial porque se tiene que hacer una valoración de los testimonios. Me llama la atención que en lo ocurrido participaron muchos policías y solamente hay declaraciones concretas de dos. Yo te quiero contar algo: mi hermano trabajaba en un departamento donde más de la mitad de los policías forman parte de la nómina del Clan del Golfo y él tuvo que denunciar la pérdida de 23 fusiles en febrero, que finalmente aparecieron en poder de las bandas criminales.
SEMANA: Entonces, atendiendo a lo que usted me dice, ¿cuál sería el interés de los policías en incriminar a su hermano?
H. N.: Todo el mundo quiere salvar su pellejo como coloquialmente se dice. Y lo más sencillo, como mi hermano salió del país, es incriminar al que está ausente. Mi hermano no llegó al corregimiento de Chochó a interceptar a los jóvenes (según Helbert, su hermano apareció después en el retén cuando los llevaron a la clínica). Los policías que llegaron a buscarlos no los buscaron porque estaban jugando con las motos, no. A ellos los fueron a buscar allá (en Chochó) porque hay videos de inteligencia en donde esos muchachos aparecen. No estoy indicando que sean del Clan del Golfo o de algún grupo criminal. Pero los policías no llegaron de gratis.
SEMANA: Pero hay imágenes de una cámara de seguridad en la que queda registrado el presunto asesino del patrullero en Sampués, y en consecuencia se descarta la participación de los tres jóvenes y la versión que entregó la policía.
H.N.: Con esas imágenes, como tú dices, se descarta la participación material de esos jóvenes. Entonces hay que preguntarles a los organismos de inteligencia por qué les estaban haciendo seguimiento. Esos jóvenes ya habían sido investigados. Yo no lo puedo asegurar, pero fuentes me dijeron que esos jóvenes estaban rondando el comando de Sincelejo, días antes, y hacían preguntas.
SEMANA: ¿Ustedes se han sentido amenazados?
H.N.: Nosotros estamos amenazados. Tanto la vida de él como la de su familia. Yo decidí hablar con los medios porque me estoy dando cuenta de que la investigación que está desarrollando el senador Flórez está sesgada. Hasta el momento, mi hermano no ha sido requerido por ninguna autoridad judicial. Mi hermano, antes de irse, radicó unas solicitudes a la Fiscalía y pidió seguridad a la unidad de protección de la Policía.
SEMANA: Pero, ¿ya habló con la Fiscalía?
H.N.: No. El radicó un oficio para ofrecer su versión y la Fiscalía no lo ha llamado porque hasta el momento no lo ha necesitado. En el momento en el que lo necesiten, él se presentará. Él no está fugado. Cuando lo separaron del cargo él se fue, pero no está fugado.
SEMANA: Lo que uno no se explica es por qué se fue sin antes declarar.
H.N.: A mi hermano lo notificaron de una separación preventiva del cargo por 90 días y decidió irse. Cuándo a él lo llaman a declarar servicio ya se había ido.
SEMANA: ¿Qué tipo de amenazas están recibiendo?
H.N.: En contra de la familia de mi hermano hemos recibido panfletos en los que un supuesto empresario de Sucre está ofreciendo 150 millones de pesos por mi hermano, sus padres, su esposa o sus hijos. Pero desde meses antes, él había sido amenazado por bandas criminales. Él ha denunciado corrupción dentro de la Policía.