El presidente Juan Manuel Santos cumplió el pasado fin de semana los primeros ocho meses de su segundo gobierno, tiempo que se advierte prematuro para cualquier relevo en el gabinete ministerial ya que, salvo contadas excepciones (Relaciones Exteriores, Defensa, Vivienda y Cultura), los titulares del resto de carteras ni siquiera cumplen un año al frente de sus respectivos ministerios. Sin embargo, la dinámica que ha adoptado el proceso de paz con la guerrilla de las FARC, acaso la principal apuesta del Gobierno, ha llevado al presidente Santos a pensar en un movimiento estratégico al interior del gabinete. El mandatario estaría próximo a anunciar un relevo en el Ministerio de Defensa. Fuentes del alto gobierno le confirmaron a Semana.com que el ministro Juan Carlos Pinzón estaría alistando su salida de la cartera de Defensa. En su reemplazo sería nombrado el actual embajador de Colombia en Estados Unidos y exdirector de la Andi, Luis Carlos Villegas. Pinzón, sin embargo, no saldría del Gobierno y sería precisamente quien se encargue de la delegación diplomática en Washington. Las versiones respecto a la salida de Pinzón de la cartera de Defensa han sido insistentes en los últimos días. De hecho, hace dos semanas varios medios radiales insistieron en que además de su salida, también sobrevendrían cambios en la cúpula de las Fuerzas Armadas. En ese momento Pinzón rechazó las informaciones al calificarlas de simples “especulaciones”. “Son sólo habladurías. Poner a rodar esas versiones lo único que hace es crear incertidumbre”. Pese a sus explicaciones, fuentes del Gobierno le aseguraron a Semana.com que los movimientos en la cúpula militar también están contemplados. El movimiento parece una jugada estratégica de Santos, un enroque en el ajedrez de su gobierno. Aunque Pinzón es de su entraña -fue su viceministro de Defensa (2006–2009) y su secretario privado en la Casa de Nariño-, desde que se iniciaron las negociaciones entre el gobierno y las FARC en La Habana su discurso ha ido en contravía incluso del presidente. Pinzón llegó al ministerio en agosto del 2011 para reemplazar a Rodrigo Rivera, uno de los pocos uribistas que quedaban en el gabinete, y se mantuvo en el Gobierno pese a las crisis ministeriales del 2012 y el 2013. En esta última, mientras Santos aseguró que su nuevo gabinete era para el posconflicto, Pinzón mantuvo la persecución contra las FARC, no los bajaba de terroristas, y muchos hasta lo calificaron como el “ministro de la guerra” por la dureza de su discurso. Probablemente, esa era su función. Incluso, Santos y Pinzón tuvieron una diferencia pública hace un par de meses. El 15 de enero, cuando el mandatario dio instrucciones a sus negociadores de iniciar “lo más pronto posible” la discusión del cese al fuego bilateral, el ministro casi que lo desautorizó al señalar que el cese bilateral al fuego sólo se debe dar tras firmar la paz. Mientras el presidente avanzaba en el desescalamiento del conflicto, su ministro de Defensa aseguraba que las Fuerzas Militares mantendrían la ofensiva hasta que se firme el acuerdo de paz. Pese a estas circunstancias, no significa que Santos esté inconforme con su ministro. Por el contrario, ha reconocido la gestión de su hombre de confianza al frente de las tropas. Pero el relevo obedecería a ir ambientando a las Fuerzas Militares hacia el posconflicto. Por eso, en la cabeza del mandatario, el nombre de su embajador en Washington jugaría un papel clave. No en vano Luis Carlos Villegas fue uno de los cinco plenipotenciarios del gobierno en La Habana e hizo parte de las negociaciones durante el primer año del proceso de paz. Circunstancia que podría ser clave para un futuro jefe de las tropas. Pinzón estaría interesado en salir del país. De hecho, el año pasado, cuando congresistas del Partido de La U trataron de convencerlo para que dirigiera el partido y pensara la posibilidad de ser candidato presidencial, Pinzón dijo no a esos cantos de sirena. La embajada en Estados Unidos podría interesarle, y durante su gobierno, Santos ha puesto allí a personas muy cercanas, caso de Gabriel Silva y el propio Villegas.