A falta de tres semanas para que el presidente electo Gustavo Petro se posesione como nuevo mandatario de todos los colombianos, en la capital del país hay incertidumbre sobre lo que pueda pasar con el proyecto de la primera línea del metro en Bogotá.
En varias ocasiones, siendo candidato del Pacto Histórico, Petro aseguró que una de sus primeras decisiones como jefe de Estado sería la de ordenar una comisión para que estudiara en qué van los diseños de detalle de la primera línea del metro, los cuales, según él, no han avanzado, y en dado caso evaluar la mejor decisión costo-beneficio para la ciudad en cuanto a continuar con el metro elevado o dar paso al metro subterráneo.
Efectivamente, al haber ganado las elecciones en la segunda vuelta presidencial, el presidente electo ordenó una comisión de empalme específicamente para el tema metro y el vocero de esta comisión, Daniel Rojas, afirmó que hay serias preocupaciones para el gobierno entrante en esta materia, dejando claro que la continuidad del proyecto dependerá de lo que diga el Ministerio de Hacienda sobre la cofinanciación del 70 %.
Incluso, durante el fin de semana, Petro volvió a arremeter contra el metro elevado, aumentando aún más la incertidumbre sobre el futuro de este proyecto.
En su cuenta de Twitter, Petro recordó que los proyectos de los metros de Quito y Bogotá empezaron a desarrollarse al tiempo; no obstante, indicó que los intereses de algunos sectores frenaron el de la capital de Colombia, que hoy se ve rezagada, mientras Ecuador está próxima a inaugurar el suyo.
“Bogotá y Quito arrancaron más o menos al mismo tiempo sus proyectos de metro. Ellos lo terminaron. La decisión de suspender el proyecto metro subterráneo de Bogotá trajo como consecuencia que los US$7.000 millones que valían, 14 billones de pesos para el (año) 2016, hoy son 30 billones”, dijo el mandatario electo.
Para Petro, los retrasos en el inicio de estas obras y la continua realización de estudios por parte de los diferentes gobiernos en esta ciudad, se traducen hoy en día en millonarias pérdidas para los ciudadanos y en un atraso en el desarrollo del transporte, en una ciudad que pudo haber sido referente en el tema.
“La simple decisión de no continuar el proyecto que ya tenía estudios terminados le cuesta al país y a Bogotá 16 billones de pesos adicionales. Una lección de lo que significan las malas decisiones políticas”, agregó Petro.
Ante todo este panorama, en la mañana de este lunes 18 de julio, la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, fue interrogada por los medios de comunicación sobre cómo avanza el empalme entre la ciudad y el gobierno entrante y si habría cambios en la primera línea del metro; pero la respuesta de la mandataria generó más dudas que certezas.
López tan solo se remitió a explicar cómo va el empalme, pero no respondió si habrá o no modificaciones al proyecto del metro.
“Nosotros acordamos con el presidente mirar varios temas en los que trabajan Bogotá y Nación. Uno es movilidad; por supuesto, ahí está el tema del metro y varias iniciativas de movilidad limpia y sostenible como los cables aéreos, pero también tenemos otra mesa en materia de seguridad y convivencia, en donde tenemos una enorme ilusión de hacer cambios importantes con el gobierno entrante; hay otra mesa de inclusión social, de educación, de manera que todo el empalme, incluido el metro, avanza muy bien”, señaló la alcaldesa.
¿Qué dice la Empresa Metro?
Ante estas dudas que hay en el ambiente, SEMANA buscó en días pasados al gerente de la Empresa Metro de Bogotá, Leonidas Narváez, para conocer con exactitud cuál es el avance real de los estudios y diseños de detalle de la primera línea.
“El Concesionario Metro Línea 1 S. A. S. viene realizando la ingeniería de detalle, cuyo resultado principal son planos y documentos de construcción, desarrollados con base en sus procedimientos particulares de construcción y líneas de fabricación. Tanto los proponentes como el adjudicatario, desde el inicio del proceso de contratación, contaron con el diseño de ingeniería básica avanzada, entregada a los mismos según condiciones contractuales”, aseguró en un primer momento.
A renglón seguido especificó: “En los frentes de obra activos, tales como el Patio Taller y el intercambiador vial de la calle 72, los diseños de detalle están al 100 %. Con base en lo anteriormente señalado, el porcentaje de avance de la ingeniería de detalle con corte a 15 de junio de 2022 es del 68,18 %”.
Narváez precisó que el concesionario tiene unas fechas de entrega programadas que se están cumpliendo de acuerdo con el cronograma y se contará con el 100 % de los diseños que se requieren para diciembre 2022, lo que permitiría iniciar obras, tal y como está contemplado en el contrato, en enero de 2023.
En ese orden de ideas, ante la posibilidad de que el nuevo gobierno frene la financiación del metro elevado, el gerente Narváez fue tajante al advertir que “la Empresa Metro de Bogotá es una entidad técnica. Como técnicos, podemos decir que tenemos un contrato robusto”.
Lo cierto es que la última palabra la tiene el presidente electo Gustavo Petro y a partir del 7 de agosto se empezará a decantar el verdadero futuro de la obra.