Desde hace varios años el tema de los hackers ha sido una noticia recurrente en algunos países. En Colombia había sido marginal y poco conocido hasta este año. Pero en 2014 los piratas informáticos protagonizaron los grandes escándalos que sacudieron al país, e incluso llegaron a estar involucrados en las campañas presidenciales.El tema comenzó en febrero pasado cuando SEMANA reveló la existencia de una oficina fachada de la Inteligencia Militar, conocida como Andrómeda. El lugar fue allanado por la Fiscalía General pues bajo la cubierta de ser un centro de capacitación en temas relacionados con informática y el ‘hackeo’, desde allí se habrían realizado y subcontratado hackers para actividades de monitoreo a los correos y comunicaciones electrónicas del equipo de negociadores del proceso de paz en La Habana, Cuba. Simultáneamente, también se descubrió que desde una sala de interceptaciones instalada en la Central de Inteligencia Militar del Ejército (Cime), se habrían efectuado actividades de monitoreo ilegal, lo que llevó al cierre y traslado del equipo de escuchas, conocido como Sala Gris. Como consecuencia de estas denuncias tres generales de Inteligencia fueron relevados de sus cargos. El 5 de mayo el tema de los hackers tuvo uno de los momentos más álgidos. Ese día, el CTI de la Fiscalía allanó una oficina en el norte de Bogotá, en donde trabajaba el hacker Andrés Sepúlveda. Para ese momento, ese hombre venía trabajando en la campaña presidencial del entonces candidato Óscar Iván Zuluaga. La investigación de la Fiscalía, que terminó con el arresto de Sepúlveda, demostró que este hacker había utilizado programas informáticos para atacar sistemáticamente la campaña rival de Juan Manuel Santos, mientras creaba y diseñaba tácticas para boicotear el proceso y los diálogos de paz. Sepúlveda para tal fin recibía y compraba información clasificada de miembros de Inteligencia Militar. El hacker también accedió ilegalmente a cuentas de correos electrónicos de integrantes del equipo negociador en La Habana, información que usaba para desprestigiar el proceso y entregar a sus contactos militares. Las pesquisas permitieron descubrir a las autoridades que Sepúlveda, por intermedio de otros piratas informáticos que trabajaban en su oficina, entre ellos un ecuatoriano llamado Daniel Bajaña, también ‘hackeó’ las cuentas de correo electrónico de varias personalidades de la vida pública, entre ellas Francisco Santos. Un tercer hacker llamado Carlos Escobar, que tuvo vínculos con Sepúlveda, también terminó saliendo a la luz pública al descubrirse que era el encargado de crear cuentas ficticias para atacar el proceso y a varias personas, entre ellas periodistas.En agosto el propio hacker Sepúlveda, tras ser descubierto, tuvo que reconocer que también había realizado una serie de ‘trabajos’ para la Dirección Nacional de Inteligencia (DNI), entidad que reemplazó al desaparecido DAS. Mientras las investigaciones de la Fiscalía avanzaban e incluían entrevistas y pesquisas a más de 30 hackers en todo el país, a finales de septiembre el tema revivió de nuevo con fuerza. El jefe del equipo negociador del gobierno en La Habana reveló por medio de un comunicado que sus conversaciones personales y correo privado continuaban siendo ‘hackeados’, y que en por lo menos 17 oportunidades los piratas informáticos habían accedido a sus comunicaciones, caso que aún está en investigación. Una semana más tarde del anuncio de Humberto de la Calle, la Fiscalía capturó a dos miembros de Inteligencia Militar y un funcionario de la DNI señalados de participar en actividades ilegales relacionadas con Sepúlveda y otros hackers. A finales de octubre los piratas informáticos y la Inteligencia volvieron a estar en los titulares. Esta vez, SEMANA había revelado la existencia de una polémica y extensa lista de correos electrónicos inexplicablemente creada por la Cime con las direcciones privadas de centenares de personas, lista que además estaba en manos de piratas informáticos como Sepúlveda. El listado incluía a varios funcionarios clave muy cercanos al alto comisionado para la paz, Sergio Jaramillo, pero la gran mayoría estaba conformada por decenas de periodistas nacionales y extranjeros, así como por defensores de derechos humanos, todos los cuales tenían en común estar relacionados con el proceso de paz. Por todo lo anterior, no hay duda que 2014 pasará a la historia como el año del destape de los hacker en Colombia.