Los tatucos o cilindros bombas son el arma no convencional con mayor capacidad de producir daño que usan las FARC.Esos artefactos tristemente célebres en el norte del Cauca, porque en esa región del país son la principal causa de muerte y dolor, son cilindros de gas rellenos con explosivo y metralla, que una vez son lanzados, no se tiene control sobre ellos y mucho menos la dirección o el sitio donde deben caer y explotar.De hecho, los atentados más aberrantes y deplorables cometidos por las FARC en el suroeste colombiano, tienen como particularidad el ataque indiscriminado con esos artefactos que destruyen todo a su paso, como pueblos enteros.Y son los tatucos los responsables de los crímenes más despiadados cometidos por esa guerrilla en esa región del país. El caso más reciente en este jueves 14 de agosto en un barrio de Tumaco, donde 8 personas (la mitad niños) resultaron heridos tras la detonación de varios tatucos que de paso destruyeron tres viviendas.
Y el pasado 31 de julio el país quedó indignado, cuando se supo que otro tatuco lanzado por las FARC en zona rural de Miranda Cauca, mató a una bebé de dos años de edad, e hirió a sus padres y hermanito. Al respecto, esa guerrilla negó el hecho y por el contrario se lo atribuyó a la unidad del ejército que estaba en la zona.Lo cierto es que no hay duda que los temidos tatucos se convirtieron en el arma más letal de las FARC y de ahí la importancia del duro golpe que acaba de propinar del ejército, al desmantelar una compleja fábrica donde los producían.La operación fue desarrollada por miembros del batallón Pichincha, de la Tercera Brigada del Ejército y se ejecutó en la vereda La Betulia, del municipio de Suárez, un pequeño pueblo ubicado al nor occidente de Cauca.De acuerdo con la información oficial, esa fábrica ilegal que tenía capacidad para producir semanalmente 200 granadas artesanales y donde se hallaron 233 tatucos y 191 morteros hechizos, “pone en evidencia una vez más, que las FARC no acatan las normas del Derecho Internacional Humanitario”, dijo el coronel Jorge Iván Monsalve, comandante de la Tercera Brigada del ejército.
En el sitio también se incautaron “400 aletas estabilizadoras para tatucos, 91 recortes de tubos de aluminio acondicionado para estopines, 13 placas bases para tubos de lanzamiento de tatucos, 40 kilos de explosivo Anfo, 37.2 kilos de metralla, 10 rollos de cobre de 15 kilogramos cada uno, un bulto de cal 50 kilos, 2 masetas o almádanas grandes, 5 kilos de urea, 1 taladro industrial, 1 regla metálica escalímetro, 2 caretas de protección para soldadura y 1 sierra eléctrica”, dice el boletín oficial de la Tercera División del Ejército, al cual pertenece la unidad militar que ejecutó la operación.De acuerdo con información de inteligencia, esa fábrica ilegal le pertenecía a la columna móvil Miller Perdomo de las FARC y se cree que todo ese arsenal sería utilizado en atentados en la zona donde tienen influencia “como la infraestructura de la represa energética de Salvajina, ubicada en cercanías a ese sector”, explicó el coronel Monsalve.
El oficial también hizo un balance sobre los golpes que el ejército le ha propinado a la guerrilla en esa región del país, recordando que solo en lo corrido de 2014 “se han neutralizado 694 acciones terroristas; incautado 372 morteros artesanales; 3.840 artefactos explosivos improvisados y destruido 12.000 kilos de explosivos entre Anfo, Pentolita, C4, Indugel y R1”.Lo que está claro, es que la fábrica de tatucos que el ejército le incautó a las FARC; es tal vez la más grande en su estilo descubierta hasta ahora. Lo preocupante de ese hallazgo, es que seguramente no es la única.