En Colombia, lamentablemente, se ha vuelto parte el paisaje urbano el hecho de ver a menores de edad en semáforos, parques y calles de las ciudades pidiendo dinero, y según denuncias, en muchas ocasiones se trata de niños que son alquilados o instrumentalizados por redes criminales para generar dinero.

Para combatir esta situación, el Congreso de la República aprobó en último debate un proyecto de ley que endurece los castigos para quienes sometan a los menores a esta situación.

Según el proyecto de ley, presentado por el senador de Colombia Justa Libres John Milton Rodríguez, quienes usen en mendicidad ajena a menores de 18 años, mediante la ingesta de sustancias psicoactivas que inhiban su razón, juicio o voluntad, tendrán una pena de hasta 30 años de prisión.

La norma agrega que, cuando la conducta sea cometida o facilitada por los progenitores del menor o por quienes lo tienen bajo su custodia o cuidado, con fines de mendicidad, dará lugar a que se le retire la patria potestad o la custodia del niño.

“La familia, la sociedad y el Estado tienen la obligación de asistir y proteger a los menores, con el propósito de salvaguardad su desarrollo armónico integral y el pleno desarrollo de sus derechos”, indicó Rodríguez.

La iniciativa ya superó sus cuatro debates y está a un paso de convertirse en ley de la República.

Práctica común

En varias ciudades colombianas, las autoridades han reportado casos de niños que son alquilados por sus padres para la mendicidad. | Foto: Astrid Suárez

La mendicidad infantil consiste en obligar a un menor de edad a trabajar en las calles para obtener un provecho económico. Este tipo de hechos, en la mayoría de los casos, al parecer se encuentra acompañada de una coacción física o psicológica sobre el menor.

Generar lástima en peatones, conductores y la ciudadanía en general hace que dar dinero a niños de brazos se vea como una acción generadora de ayuda, pero en muchas ocasiones esto realmente alimenta redes criminales que usan a los menores con el propósito de generar dinero.

Esquinas estratégicas por presencia de grandes empresas, estaciones de buses y sectores con alto tráfico vehicular y peatonal son los escenarios elegidos para ejercer esta actividad. Así lo revela la investigación ‘La niñez colombiana en cifras’ de la Unicef.

Justamente hace algunos días, como lo reportó SEMANA, seis menores de edad que presuntamente ejercían la mendicidad en el centro de Bucaramanga fueron dejados a disposición del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), luego de un operativo interinstitucional realizado en la capital santandereana.

El operativo se desarrolló en varios puntos de la zona céntrica de la ciudad y en el mismo descubrieron a adultos extranjeros e indocumentados que ejercían esta labor junto con los menores que tienen edades entre los entre los 4 y 7 años. Esta práctica la realizaban en algunos semáforos y puntos de tránsito peatonal.

Según se conoció con este caso, los adultos estaban cobrando tarifas desde 15 mil hasta 30 mil pesos diarios por niños menores de cinco años. En algunos de los casos los niños se encuentran bajo efectos de sustancias que afectan su conciencia, lo que muestra una práctica que ya había sido denunciada y en la que las autoridades se habían comprometido adelantar investigaciones para cortar con la comercialización de fármacos usados para dopar a los menores de edad.