El proceso de paz entre el gobierno y las Farc en Cuba recibe una bocanada de oxígeno con los resultados de la Gran Encuesta: después de desplomarse el año pasado, la aprobación a las conversaciones y el optimismo sobre sus resultados crecieron por primera vez. Los cambios no son espectaculares y la opinión pública exhibe grandes reservas, en particular frente a las Farc, con las que una amplia mayoría no quiere generosidad. Sin embargo, si esta inflexión positiva se consolida en los próximos meses, la paz tiene una buena oportunidad.En septiembre del año pasado, el anuncio de que el gobierno había decidido iniciar negociaciones con las Farc arrancó con un 77 por ciento de aprobación. Para noviembre, ese apoyo había caído en 20 puntos y el pesimismo sobre los resultados había crecido del 41 al 54 por ciento de los encuestados. Otras mediciones indican que, al menos hasta febrero o marzo, ese declive siguió acentuándose. La foto que toma la Gran Encuesta en abril es otra: la aprobación del proceso creció del 57 por ciento en noviembre a una más clara mayoría de la opinión: el 63 por ciento. Y el optimismo sobre sus resultados subió: hoy, el 45 por ciento cree que las conversaciones van a llevar a un acuerdo y a la desmovilización de las Farc, un aumento de cuatro puntos frente a noviembre. Sin embargo, los pesimistas siguen siendo la mayoría.
Pese a la evidente falta de ritmo de una negociación que, tras cinco meses y siete rondas de conversaciones, no ha cerrado aún el primero de los 27 subpuntos de la agenda (acceso y uso de la tierra), este cambio es probablemente atribuible al giro que dio el gobierno en su estrategia de comunicación. Si las voces que más se escuchaban eran las intervenciones diarias de las Farc, a menudo provocadoras y desafiantes, y los feroces trinos del expresidente Uribe, desde hace cerca de un mes el gobierno pasó de su política de silencio casi completo a una defensa abierta y sistemática de la necesidad de una paz negociada.El presidente incorporó a su discurso la “obligación moral” de buscar la paz. El jefe del equipo negociador oficial, Humberto de la Calle, que se limitaba a escuetos comunicados al final de cada ronda, empezó a hacer públicas sus declaraciones luego de reunirse con distintos sectores (su imagen subió del 33 al 37 por ciento). “No entregaremos un pedazo de Estado por fusiles”, dijo hace poco a mujeres del liberalismo. Y hasta Sergio Jaramillo, el más callado de todos, ha empezado a hablar: “La última palabra (en lo que se acuerde) la tendrán los ciudadanos”, declaró. Esta pedagogía, que busca mostrar que el gobierno no negocia a espaldas del país, como dicen sus críticos, y que el acuerdo debe ser refrendado popularmente, le ha ganado apoyos significativos, como el de los empresarios paisas, a través de Proantioquia, o el de decenas de alcaldes, que pidieron “darle una oportunidad a la paz” en una reciente reunión.Una muestra de este ambiente más favorable a la paz es uno de los datos más interesantes de la encuesta: el 61 por ciento aprueba la apertura de una mesa de negociación con el Eln, pese a que esta guerrilla sigue secuestrando y no ha dado una sola señal de paz.Pese a las debilidades del gobierno en su convocatoria y a que muchas personas fueron literalmente ‘traídas’ desde las regiones por el movimiento Marcha Patriótica, la nutrida marcha por la paz del 9 de abril en Bogotá también puede haber influido en los resultados (el trabajo de campo de la encuesta se hizo días después). Un 68 por ciento de los encuestados apoyó la marcha.Este cuadro relativamente positivo tiene sus matices. En primer lugar, la encuesta muestra importantes diferencias regionales (ver mapas). El apoyo al proceso y el optimismo sobre sus resultados son mucho más bajos en Antioquia y en la zona central que en el resto de las regiones, en particular las más golpeadas por el conflicto armado, como los santanderes, el Pacífico y la costa Atlántica y su interior. En las dos primeras, incluso, la mayoría es optimista frente a la posibilidad de llegar a acuerdos.
En segundo lugar, sigue siendo muy alta la oposición a hacer concesiones a las Farc aun si se desmovilizan definitivamente. Un 69 por ciento de los encuestados está en desacuerdo con que los guerrilleros terminen por no pagar cárcel y un 67 por ciento con que puedan participar en política. Este es uno de los grandes desafíos que enfrenta el gobierno (y la guerrilla). Con el tiempo en contra, los protagonistas están no solo ante el reto de firmar algo convincente, sino de lograr que la mayoría de la población lo apruebe mediante algún mecanismo de consulta popular. Convencer a esa mayoría de tragarse 'sapos' como los de la generosidad jurídica o la participación en política de los exguerrilleros no será fácil.
En tercer lugar, el apoyo al proceso dista de ser abrumador: un 37 por ciento de la gente lo desaprueba y la mayoría, el 52 por ciento, sigue siendo pesimista sobre su resultado. La imagen del expresidente Uribe, que ha liderado la oposición más enconada a esas conversaciones, aumentó frente a la medición de noviembre, y Francisco Santos, otro crítico, se coló entre los cuatro 'presidenciables' percibidos como los más fuertes. De otra parte, es diciente que el segundo ministro con mejor imagen sea el de Defensa, caracterizado por sus duras declaraciones contra las Farc.Por último, es revelador que una amplia mayoría –el 75 por ciento de los encuestados– cree que los enfrentamientos entre el gobierno y los expresidentes Uribe y Pastrana no le convienen al país.
Esta es la fotografía del ambiente que rodea al proceso de paz en abril. Evidentemente, cómo evolucione el ánimo de la opinión pública –crucial para el éxito o el fracaso de las conversaciones– dependerá en buena parte de que desde La Habana se logren mostrar resultados parciales y un ritmo convincentes. Y, también, de que el alto gobierno mantenga la pedagogía pública en favor de la paz y en defensa del proceso que ha desplegado en las últimas semanas. Habrá que esperar a nuevas mediciones para saber si la inflexión que muestra la Gran Encuesta de abril es una leve mejoría transitoria o el inicio de una tendencia creciente de respaldo a lo que tiene lugar en Cuba. Para la salud del proceso, buena falta haría que se tratara de esto último. FICHA TÉCNICAPersona natural o jurídica que la realizó: Ipsos Napoleón Franco, inscrito ante el Consejo Nacional Electoral. Encomendada y financiado por: Alianza de Medios, RCN Radio, RCN Televisión, La FM y Revista Semana. Grupo objetivo: Población general, hombres y mujeres, mayores de 18, de estratos sociales 1 al 6, residentes habituales de los áreas urbanas de 13 municipios en Colombia, seleccionadas aleatoriamente entre las 28 poblaciones con más de 200.000 habitantes el país, de modo que se trata de una muestra representativa del 67 por ciento de la población urbana adulta. Para esta medición, el grupo objetivo incluye además una muestra adicional en Bogotá. Tamaño de la muestra: 1.012 encuestas reales, 1.012 encuestas ponderadas por nivel socioeconómico, género y rangos de edad, con base en información del Censo DANE 2005 con proyecciones de población 2013, para la muestra total y 309 encuestas adicionales para la muestra de Bogotá. Técnica de recolección de datos: Mezcla de entrevista personal y telefónica en hogares. Se realizaron entrevistas telefónicas únicamente en estratos 4, 5 y 6 de algunas de las ciudades, mientras que las entrevistas presenciales fueron en estratos 1, 2 y 3 de todas las ciudades, y para estratos 4 al 6 en algunas de ellas (según penetración telefónica y cantidad de hogares en estos estratos). Margen de error observado: Para el total de la muestra, 3,1 por ciento con 95 por ciento de confianza para fenómenos de ocurrencia del 50 por ciento, para la muestra total en Bogotá 3,9 por ciento con 95 por ciento de confianza para fenómenos de ocurrencia del 50 por ciento. Entidades por las que se indagó: Corte Suprema de Justicia, Congreso de la República, Corte Constitucional, Partido Liberal, Partido Conservador, Partido Cambio Radical, Polo Democrático Alternativo, Partido de la U, Partido Verde, grupo guerrillero Farc, Iglesia católica, Fuerzas Militares de Colombia, Policía Nacional, grupo guerrillero ELN, grupos paramilitares, medios de comunicación, Bacrim o nuevas bandas criminales, y los empresarios de Colombia. Tipo de la muestra: Muestreo estratificado, multietápico, primera etapa selección de municipios, segunda etapa selección de secciones cartográficas, tercera etapa selección de manzanas a visitar (en cada conglomerado se seleccionan los hogares a entrevistar). Para las entrevistas telefónicas, muestreo aleatorio a partir de bases de datos propiedad de Ipsos-Napoleón Franco. El método de selección del entrevistado en el hogar, es la persona presente en el hogar y residente habitual del mismo, mayor de 18 años, próxima a cumplir años. Preguntas concretas que se formularon: Ver cuestionario anexo. Tema o temas a los que se refiere: Seguimiento a la opinión de los colombianos sobre el rumbo del país, el gobierno del presidente Santos y otros temas de opinión de actualidad nacional. Fecha de realización del trabajo de campo: Del 12 al 14 de abril de 2013. Personajes por los que se indagó: Alejandro Ordóñez, Álvaro Uribe, Angelino Garzón, Barack Obama, Gustavo Petro, Hugo Chávez, Juan Manuel Santos, Rafael Correa, José Roberto León Riaño, Eduardo Montealegre, Humberto de la Calle Lombana, Rodrigo Londoño Echeverri alias Timochenko, Henrique Capriles, Nicolás Maduro, María Ángela Holguín, Juan Carlos Pinzón, Germán Vargas, Juan Camilo Restrepo, Fernando Carrillo Flórez , comandantes de las Fuerzas Militares, ministros y principales funcionarios del presidente Juan Manuel Santos. Área / Cubrimiento: Área urbana de Bogotá, Barranquilla, Bello, Bucaramanga, Buenaventura, Cali, Cúcuta, Medellín, Neiva, Pereira, Santa Marta, Sincelejo y Valledupar.