“Colombia, entre la oligarquía y la demagogia”, así se titula la columna de opinión escrita por el escritor Hectór Abad Faciolince, publicada en la web en español del New York Times, y que analiza los resultados de la primera vuelta de las elecciones presidenciales. En ella Abad argumenta que “Colombia se decantó por los extremos y deberá decidir si elige presidente al candidato de la extrema derecha, Iván Duque, o al de la extrema izquierda, Gustavo Petro”.Puede leer: La columna que Héctor Abad sí escribió, pero no para esta campañaSegún él, esta situación es una tragedia, ya que el país tendrá que escoger entre el candidato de una oligarquía de derecha que se opuso al proceso de paz y odia profundamente a Juan Manuel Santos, y un demagogo simpatizante de Hugo Chávez que promueve “el resentimiento, el odio de clases y el revanchismo de quienes consideran que nada en nuestro país ha sido ganado por méritos o por trabajo, sino por privilegios de clase, prebendas políticas o simple corrupción”Le puede interesar: Duque le saca ventaja a Petro en primera encuesta presidencialEn el análisis de Abád, quien apoyó con su voto a Sergio Fajardo, no les va bien a los ganadores de la primera vuelta. De ambos dice que son candidatos orwelianos. De Duque afirma que es un tecnócrata “aliado no solamente con los sectores más conservadores de los terratenientes y la industria, sino también con los fanáticos religiosos, tanto del catolicismo como de las iglesias evangélicas”, y que si bien en las últimas semanas ha moderado su discurso “él sabe que sin el apoyo explícito de su mentor, Uribe, jamás habría llegado a donde está, y tendrá que ser muy obediente con él si no quiere problemas. Su mayor dilema será si destruir el proceso de paz y devolvernos al conflicto”.Le puede interesar: El de UribePara Abad, Petro representa un peligro para estabilidad económica e institucional del país ya que “una victoria suya produciría tal conmoción que nos veríamos abocados casi automáticamente a una fuga de capitales, devaluación del peso, incertidumbre en la inversión internacional y a un cúmulo de problemas económicos que volverían al país inmanejable. O manejable solamente con una de las propuestas más peligrosas de Petro: la de convocar una muy venezolana Asamblea Constituyente”.Puede leer: El hombre del pueblo En medio de las sablazos lanzados a ambos candidatos, el escritor colombiano defendió a Fajardo y su tibieza como la mejor opción que tenía Colombia pero que al final de cuentas fue derrotada en las urnas. Y le atribuye a él y a sus seguidores un importante papel en el próximo gobierno: “Ahora nos queda por convencer a las mayorías ganadoras de que esta opción aburrida, la del centro, es la que puede resguardar, gane quien gane, los valores democráticos: el respeto por la pluralidad, el compromiso con la paz y la vocación social contraria a la voracidad de la oligarquía y a los atajos suicidas de la demagogia”.Le puede interesar: Pacho y Pedro: ¿Cómo sobreviven un uribista y un ‘no uribista’ en la misma familia?Finalmente Abad defiende la posibilidad que tienen los fajardistas de votar en blanco o abstenerse: “no escoger podrá parecer tibio, o cobarde, pero si uno considera que ambas opciones son malas para el país, y que ambas conducen a un ambiente de crispación nocivo después de alcanzar ciertos niveles de paz (jamás habíamos tenido unas elecciones menos violentas), lo mejor será el silencio del candidato de centro. Y la abstención o el voto en blanco para quienes votamos en primera vuelta por él y creemos que quien gane, sea el que sea, debe recibir por parte nuestra no un apoyo, sino un aviso de moderación, y nunca el cheque en blanco de un triunfo absoluto”.Vea aquí la columna completa de Héctor Abad.