No fueron pocas las contradicciones en las que incurrió Camilo Pinzón cuando quiso explicar los hechos que rodearon el misterioso viaje a Chile en el que Helena Laserna iba a ser sometida para un tratamiento experimental con células madre para curarle su autismo.

Tanto en la investigación como en el juicio el hombre reiteró que el viaje si se había presentado, sin embargo, tras el fallo en su contra de 46 años de prisión por el delito de desaparición forzada, Camilo cambió su versión. En entrevista con la directora de SEMANA, Vicky Dávila, el hombre –desde la clandestinidad- aseguró que nunca habían salido del país.

Pese a que en las interceptaciones hechas por la Fiscalía General –y que fueron prueba fundamental durante el juicio- Camilo detalló la forma en cómo salieron del país, el deceso de Helena en Chile y la extraña historia para ingresarla nuevamente al país, en la entrevista rendida recientemente dijo que todo eso era falso.

En las pruebas conocidas por SEMANA se escucha a Pinzón decir una y otra vez la forma en cómo ingresaron el cuerpo. Así quedó revelado en un informe de investigador judicial del 10 de marzo de 2019 revela que Camilo Fidel contaba una y otra vez la misma historia para hacer creer que Helena había muerto en el supuesto tratamiento experimental junto a otros nueve niños, lo que había llevado al médico de origen alemán a quitarse la vida.

Igualmente, como si se tratara de un acto de sagacidad para ser aplaudido, comentaba que había ingresado a la menor haciéndola pasar como desmayada. En las conversaciones el hombre era insistente en señalar que todo estaba en línea y que tenía los certificados para demostrarlo todo.

Sin embargo, cuando inició la investigación por la desaparición de Helena la historia de Camilo empezó a caerse, esto debido a que no contaba con ningún acta de defunción, reporte del fallecimiento y mucho menos con los registros migratorios que demostraran que la joven había salido y entrado del país.

Liliana –por sus problemas psiquiátricos- había creído esta historia, sin embargo, cuestionaba el hecho que no se tuviera toda la documentación en línea. Por eso le reclama directamente por no hacer el reporte como se debía. “(…) la niña fue reportada en Chile pero no en Colombia y nosotros la incineramos sin haber reportado nada acá, de igual manera dice que no sabe quién la mandó ni nada, que el que sabe es Camilo (…) Liliana pregunta que es un delito muy grave porque la niña se la mandaron a Camilo acá, y pensamos que todo estaba hecho”.

En otro informe pericial, del 13 de maro de 2019, Camilo manifiesta la necesidad de empezar a hacer unos “torcidos” porque el caso ya estaba en investigación. Por eso pidió un dinero, cerca de 350 millones de pesos para arreglar el tema, demostrando así su férrea posición que todo se arreglaba con dinero.

Poco tiempo después de esa conversación Camilo sale del país rumbo a Europa. Según sus propias palabras, esto lo hacia debido a una sicosis que venía sufriendo por la muerte de la niña. Cuatro días después se registra otra conversación en la que Liliana le comenta a una amiga que su pareja tenía problemas para ingresar al país puesto que estaba intentando ingresar un aparato que enviaba “ondas cerebrales al cerebro” e iba a ser utilizado por él exclusivamente.

Las pruebas revelan que, en efecto, la joven falleció el 16 de noviembre de 2016 mientras estaba bajo la protección de Claudia Patricia Pinzón Gómez, hermana de Camilo. El 19 de noviembre el cuerpo sin vida de la joven fue trasladado a una finca en Sibaté (Cundinamarca) donde iba a ser enterrada. Sin embargo, después que el mayordomo se diera cuenta de lo ocurrido se tomó la decisión de incinerar el cadáver, eliminando así cualquier tipo de evidencia sobre los hechos que rodearon su fallecimiento.