La investigación de la Fiscalía tras las interceptaciones a Marelbys Meza y Fabiola Perea, dos exempleadas de Laura Sarabia, concluyó en la responsabilidad que tendría policías de la Sijín en Bogotá y la Dijin, los mismos que fueron capturados. SEMANA conoció las declaraciones de testigos.
El reporte de dos fiscales en anticorrupción, advierte de qué forma, luego del hurto en el apartamento de Laura Sarabia, la Policía en Bogotá arrancó una cruzada por recuperar el dinero y capturar a los responsables. No importaba el riesgo, las decisiones, los derechos de dos mujeres y mucho menos pasar por encima de la ley. La orden fue dada y los uniformados tenían que cumplirla.
Dos patrulleros de la Sijín adelantaron los actos urgentes, con apego a la ley, pero sus jefes tenían otros planes. Pidieron el primer informe de policía judicial y empezó el trabajo sucio. Manipularon el informe, le cambiaron de fecha y sumaron declaraciones que no existían o que no fueron aportadas en el primer informe; el real.
“Pilas con la citación, con el informe, yo le digo jefe es que ese informe que usted me envió está radicado con el día 31 de enero de 2023 y él me contesta que no, que diga eso, que ese informe está subido en el Spoa, yo le dije que no jefe… Hermano cumpla la orden, mi capitán Mojíca me dice: diga lo que usted hizo”, explicó a la Fiscalía el investigador de la Sijín para advertir supuestas presiones.
El autor de ese primer informe le contó a la Fiscalía cómo, después de adelantar las verificaciones preliminares tras el hurto a la entonces jefe de gabinete del Gobierno, salió de vacaciones, al regreso se encontró con el maremoto judicial. Fue allí cuando descubrió que su informe fue manipulado y que su nombre estaba en la Fiscalía.
“En la unidad en la que trabajamos no recuerdo la fecha, ya que hace varios días Intendente Quinchanegua fue citado a interrogatorio por este caso, por eso le pido que me regale una copia de lo que yo hice 29 de enero de 2023 y él me responde que no, porque según él, a nosotros no nos van a llamar”, señala el investigador que sirvió como testigo.
Días después, al investigador, el encargado de redactar el primer informe después del hurto a Laura Sarabia, lo citan a la Fiscalía y es en ese momento donde arrancan una serie de hechos que a su consideración son actos de “amedrentamiento” de sus superiores en la Policía.
“Quería saber que nos habían preguntado, que por qué nos habían llamado, qué habíamos manifestado al respecto y por qué nos habíamos presentado nosotros, le contamos todo lo que pasó, pero no le contamos que allá en la Fiscalía hay un informe con fecha del 31 de enero de 2023 a las 7:00 firmado por nosotros, de todo lo que se hizo y una entrevista un conductor de la aplicación Didi”, señaló el testigo.
A los patrulleros los citan en oficinas separadas con la intención de indicarles que tenían que decir en la declaración en la Fiscalía. Incluso bajo órdenes directas, a pesar de que los patrulleros advierten que los informes presentados no corresponden a la realidad.
“No separaron a los dos y entre el capitán Mojíca y Quinchanegua, nos preguntaron nuevamente que habían preguntado, lo mismo como indiqué todo por separado. Al día siguiente yo le solicito nuevamente los anexos del caso, en el cual siempre ha sido esquivo, que está ocupado, igual sigue en lo mismo y él se empezó a molestar conmigo, ya que me contestaba mal”, señala la declaración.
El patrullero se convirtió en testigo de la manipulación de los informes que fueron presentados a la Fiscalía para lograr la autorización y así interceptar las comunicaciones de Marelbys Meza y Fabiola Perea. Los policías fueron capturados y en cuestión de días se sabrá si un juez ordena su reclusión en una cárcel por dos delitos.