“Lo que pretenden acordar ahí es un insulto a la justicia, a las víctimas y la sociedad”, ese es el argumento que llevarán las víctimas de Jhonier Leal a la audiencia que se realizará, el 29 de marzo, en la que la Fiscalía presentará el preacuerdo que lograron con el confeso asesino de su hermano, el estilista de los famosos, Mauricio Leal, y su mamá, Marleny Hernández.
Luego de la demoledora exposición de pruebas contra Jhonier, en la que quedó en evidencia que él era el responsable del doble homicidio, no tuvo más alternativa que reconocer su responsabilidad y pedir excusas públicas a las víctimas. “Aprovecho la oportunidad para hacer mi manifestación de arrepentimiento, pidiendo perdón antes que nada a mi familia y a mis hijos, a las víctimas y a todo Colombia por los hechos acontecidos”, fue su primera declaración, pero venía el preacuerdo que tiene a los familiares de Mauricio Leal molestos.
SEMANA habló con el abogado de las víctimas, Élmer Montaña, quien manifestó que el 26 de marzo, día en que se presentará el acuerdo para que el juez decida si lo avala o no, dejarán claro que no aceptan esa negociación de la Fiscalía con el asesino, sin ni siquiera escuchar la opinión de las víctimas ni tener en cuenta el argumento de que lo que ahí sucedió fue una tortura.
“Ni la Fiscalía ni el juzgado nos quisieron remitir el preacuerdo. Desde el primer momento nos hemos quejado por el trato displicente. ¿Qué les preocupa? ¿Qué quieren esconder? ¿Qué hay en la letra menuda? Debieron ser más transparentes. Me lo socializaron por encima, no me lo dejaron leer, me dijeron que la pena era de 26 años y seis meses, para que no insistiera más en el tema de la tortura”, afirmó Montaña.
La molestia la explica en que las víctimas, refiriéndose a las tías y familiares de Mauricio y Marleny, consideran que el asunto se dio al revés; primero debe confesar la verdad, contar por qué lo hizo, qué lo llevó a este hecho que conmocionó a la familia y al país entero. Después, puede pedir perdón. Él presentó un perdón inútil, hueco, por la fuerza, pero no ha dado explicaciones.
Herencia
Mauricio Leal era un estilista de origen humilde que logró amasar una fortuna por su talento en su oficio y por eso le llamaban el “niño genio”. Eso al parecer generó rencor en Jhonier, quien lo mató pensando que inmediatamente iba a quedar manejando sus negocios y propiedades. Creyó que con la nota apócrifa que dejó al lado de los cuerpos de su hermano y de su mamá era suficiente. Pero la demostración de que era el asesino lo dejó sin la posibilidad de recibir un peso.
En el Código Civil está claro que no será así. El artículo 1025 plantea la indignidad sucesoral y señala que “son indignos de suceder al difunto como heredero o legatarios: el que ha cometido el crimen de homicidio en la persona del difunto o ha intervenido en este crimen por obra o consejo, o la dejó perecer pudiendo salvarla”.
Asunto que no pasa con su hermano menor, Carlos Andrés García, quien está detenido en la cárcel de Jamundí, condenado por abuso sexual. Sin importar la gravedad del delito, es legalmente el heredero de la fortuna de Mauricio Leal. En este caso, la complejidad real para García es que gran parte de estos bienes fueron objeto de la medida de extinción de dominio por parte de la Fiscalía.
García está buscando reducir su condena, ya logró que le fueran redimidos dos años por trabajo y estudio. Sin embargo, al haber sido condenado por delitos sexuales con menor de 14 años, la norma no permite otro tipo de reducciones de su pena.
Su familia, quienes forman parte de las víctimas, no están reclamando la herencia, pero les llama la atención que García ha estado preocupado por los bienes, pero no mostró dolor ni tristeza al conocer del doble homicidio.
Así las cosas, la trágica novela de Mauricio Leal y su mamá tiene de un lado a las víctimas reclamando que el acuerdo con Jhonier no se selle el 26 de marzo; a su hermano Jhonier tras las rejas y sin un peso de la fortuna que creyó iba a llegar a sus manos, y a Carlos Andrés García, el menor, tras las rejas, buscando cómo reducir la pena, pero con el derecho a reclamar su herencia.