Francisco y Catalina Uribe Noguera duraron casi tres años enredados en un proceso penal. Después de la condena de su hermano Rafael Uribe Noguera por el atroz crimen de Yuliana Samboní, el supuesto encubrimiento de los hermanos se convirtió en uno de los temas judiciales que acaparó el mayor interés.Este viernes, un juez de Bogotá emitió su veredicto y absolvió a los hermanos al considerar que no existen evidencias que demuestren que intentaron entorpecer la acción de la justicia o favorecer a su hermano. "Las pruebas deben ser suficientes para despejar cualquier tipo de duda razonable, el fallo no puede basarse en pruebas de referencia", aseguró el juez del caso al entregar uno a uno sus argumentos. 

Fotos: Guillermo Torres // SEMANA El primer hecho al que el juzgado le resta carácter de delictivo está relacionado con el traslado de Rafael a la clínica Monserrat y luego a la Navarra. Aunque la defensa y la Fiscalía están de acuerdo en las circunstancias que rodearon la salida de los hermanos del apartamento Eqqus 66 junto a Rafael Uribe, cada quien le da una interpretación diferente. La Fiscalía interpreta que el hecho de haber llevado a Rafael Uribe a la clínica Monserrat era una jugada para sustraerlo de las autoridades, pero la defensa demostró, así lo piensa el juez y la Procuraduría, que ese acto fue una emergencia médica probada. Para el funcionario judicial, los informes médicos demostraron que había una emergencia vital y que no hubo ánimo de favorecimiento. Si así hubiera sido, dice el juez, los hermanos contaban con los medios económicos, el tiempo y la capacidad para sacar a Rafael Uribe del país o para realizar otro tipo de acto para encubrirlo. Incluso, tenían la capacidad de sacar el cuerpo de la menor y arrojarlo en otro sitio. El juez valora que Francisco entrega a su hermano a las autoridades, informa que está en la clínica y cuando la Policía llega él confiesa el delito de su hermano. Además, después lleva al Gaula hasta la escena del crimen. La sentencia hace énfasis en los testimonios de dos médicos que confirmaron que realmente se trataba de una emergencia médica. Uno de ellos, llega a afirmar que si Rafael Uribe no hubiera sido trasladado de inmediato podía haber muerto.

Fotos: Guillermo Torres // SEMANA  Frente a la acusación de destrucción de material probatorio, la cual estaba basada en la eliminación de los mensajes del teléfono de Rafael Uribe, el juez considera que no se configuró ese delito. La Fiscalía debía probar que esos mensajes tenían vocación de material probatorio, no obstante, no lo hizo. Y como no se logró probar que se eliminó material probatorio relevante, el despacho absuelve por duda, porque sino se aceptaría la teoría de que cualquier cosa que alguien elimine sería delito. "Así como caben hipótesis condenatorias también caben hipótesis exculpatorias y el despacho no puede entrar a suponer nada", indicó el juzgado. El ente acusador no logró demostrar cuál fue el contenido de la información borrada, y su acusación se basa en el acto de eliminación de datos de los celulares. Incluso, la misma Fiscalía reconoce que no pudo acceder al contenido de los mensajes eliminados, entonces ¿cómo pretende que se configure el delito de destrucción de material probatorio cuando nunca demostró que este fuera un material probatorio relevante? "Así como caben hipótesis condenatorias también caben hipótesis exculpatorias y el despacho no puede entrar a suponer nada", concluyó el funcionario judicial. "Probamos más allá de toda duda que éramos inocentes. Siempre hemos colaborado, siempre hemos dado la cara", aseguró Francisco Uribe al término de la diligencia. La decisión fue apelada por la Fiscalía, lo que significa que el caso tendrá que ser nuevamente revisado por el Tribunal Superior de Bogotá.