El senador de la Alianza Verde, Juan Luis Castro, presentó en agosto del año pasado su carta de renuncia a la plenaria del Senado, donde fue puesta a consideración de los congresistas para determinar su aceptación. Aunque algunos votaron por el ‘no’, explicaron que lo hicieron de manera simbólica al considerar que Castro tenía una buena labor legislativa. Sin embargo, el trámite se adelantó sin problema y la renuncia fue aceptada.
“Les comunico oficialmente mi decisión irrevocable de separarme de mi curul de senador de la República a la mayor brevedad, con efectos fiscales a partir del 1.° de septiembre del año en curso. Quiero aprovechar estos renglones para despedirme de todos los colombianos y organizaciones que me acompañaron e hicieron posible mi llegada al Congreso, así como de aquellas personas que trabajaron conmigo en las diversas iniciativas, proyectos y causas que impulsé y defendí en estos más de tres años”, dice la carta de renuncia de Castro, que fue leída por el secretario del Senado, Gregorio Eljach.
La renuncia fue aceptada con 65 votos, porque varios congresistas votaron por el ‘no’ de manera simbólica, al considerar que Castro tuvo un desempeño legislativo para resaltar. “Con total respeto y cariño y aprecio con Juan Luis, es una figura política que engrandece nuestro partido. Voto sí, porque es su decisión, pero aquí lo esperamos en su largo caminar político”, dijo la senadora Angélica Lozano.
No obstante, este lunes, la columnista del medio Los Irreverentes, Ani Abello, denunció en su cuenta de Twitter que esta renuncia fue “siete días después de que cerraran la sociedad que él, su hermano y su madre crearon en Panamá para recibir las comisiones de Venezuela. La empresa Papalma fue cerrada cuando la extradición de Saab era inminente”.
Agregó que: “La sociedad se llamaba Papalma, por su esposa Paula Echeverri Palma, pediatra trabajando en los EE. UU.”.
Hasta el momento, la exsenadora no se ha pronunciado sobre el tema, y se espera que hable próximamente para saber qué es verdad y qué no.
En una carta enviada a SEMANA, Juan Luis Castro señaló: “El día 24 de agosto de 2021 presenté mi carta de renuncia ante el presidente del Senado Juan Diego Gómez y el secretario general Gregorio Eljach Pacheco. Además en mis redes sociales publiqué un comunicado oficial explicando que mi retiro lo hacía por quebrantos de salud, los cuales no me permitían continuar con mis funciones como senador, así como lo comprueba mi historial clínico”.
“Cabe anotar que no tengo ni he tenido una empresa llamada Papalma Investment S.A., no he ocupado cargo de representante legal, presidente, director, secretario, tesorero... etc en esta sociedad. Como aparece en los registros The Open DataBase Of The Corporate World. Mi hermano Camilo Andrés Castro Córdoba, representante legal de la sociedad Papalma Investment S.A., no ha cerrado, cancelado o disuelto la sociedad, solo se encuentra suspendida, como reposa los datos de OpenCorporates”, agrega la comunicación de Castro.
El informe sobre Álex Saab que salpica a Piedad Córdoba
Vale la pena recordar que un informe elaborado por la Asamblea Nacional de Ecuador no solo da cuenta del entramado de corrupción y lavado de dinero que habrían orquestado el empresario Álex Saab y su socio Álvaro Pulido, que tiene conexiones en Panamá, Ecuador, Venezuela y Colombia, sino que también menciona a pesos pesados de la política regional, como los expresidentes Rafael Correa, Hugo Chávez y Juan Manuel Santos, así como a la exsenadora Piedad Córdoba, en medio de este caso en el que, según las investigaciones, se lavaron cerca de 160 millones de dólares.
De acuerdo con el documento de 125 páginas, conocido en exclusiva por SEMANA, el inicio formal de Saab y Pulido en esta operación ocurrió en noviembre de 2011 cuando se suscribió un convenio estratégico entre Venezuela y Colombia, por medio del cual el régimen chavista apuntaba a dotar de viviendas prefabricadas a miles de familias en el país vecino.
Gracias a ese convenio pudo integrarse al negocio de importación de casas prefabricadas una empresa de papel, el Fondo Global de Construcción (Foglocons), de propiedad de Álex Saab y Álvaro Pulido, que se convertirían en el centro de una de las mayores tramas de corrupción con repercusiones en todo el continente.
Este convenio se suscribió ante la presencia del fallecido expresidente Hugo Chávez, el expresidente colombiano Juan Manuel Santos y el entonces canciller venezolano, hoy líder de dicho régimen, Nicolás Maduro, el 28 de noviembre de 2011. Es importante resaltar esta fecha, pues apenas cuatro días antes de la suscripción de este convenio, se constituyó la empresa Foglocons, con sede en Colombia, es decir, una persona jurídica recién creada sin ninguna experiencia en el campo de la construcción.
Según le dijo a SEMANA el asambleísta ecuatoriano Fernando Villavicencio, quien lideró el informe, “se puede pensar desde la ingenuidad que el expresidente Juan Manuel Santos fue sorprendido, pero lo cierto es que la única posibilidad que tenía Álex Saab y su socio Álvaro Pulido para participar en esto era precisamente firmando un acuerdo entre Colombia y Venezuela. Le resultó perfecto”.
El convenio era para construir 8.400 casas de la Gran Misión Vivienda en Venezuela por 654 millones de dólares. Aquí, según el documento de la Asamblea ecuatoriana, habría cumplido un papel clave la exsenadora Piedad Córdoba, quien ha sido cercana al chavismo e “intercedió para que Foglocons ganara el contrato”. Estas casas nunca se construyeron.
Álex Saab y Álvaro Pulido llevaban una vida de lujo que incluía viajes en aviones privados y especialmente la adquisición de varias aeronaves, entre ellas el Lear Jet de matrícula americana N-72LJ registrada en Estados Unidos, y obtenida en noviembre de 2012 por Pulido. Este avión, según indica el documento, fue “la misma aeronave en la que viajaron a Ecuador Álex Saab, Piedad Córdoba y su hijo Camilo Castro el 8 de julio de 2013 desde Bogotá”.
“Piedad Córdoba dice que no conoce a Álex Saab, pero el 8 de julio de 2013 ella ingresa a Ecuador en una aeronave de matrícula norteamericana con su hijo y Álex Saab. Para esa época, la empresa de Saab ya estaba en problemas con la Fiscalía”, recordó Villavicencio.
Según el informe, Córdoba habría sido la que le “tendió a Saab la alfombra roja para su ingreso al Palacio de Miraflores (Venezuela)”.
Incluso se menciona un supuesto correo de septiembre de 2010, en el que Piedad Córdoba “le ruega angustiosamente a un Miguel Eduardo Rodríguez Torres, del Sebin (Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional)” que se les pague primero las deudas del Cadivi (Comisión Nacional de Administración de Divisas de Venezuela) a un listado de empresarios, entre los que estaba Saab.
“Saab no se hubiera levantado y amasado su fortuna sin la intermediación de Córdoba, con el Gobierno de Venezuela, para cobrar 30 millones de dólares, que Cadivi le debía por exportaciones desde Colombia”, dice el documento.
La investigación señala, además, que era tal la amistad entre Saab y Córdoba que el hijo de la senadora, Camilo Castro Córdoba, trabajó para él. Camilo Castro, agrega el documento, fue nombrado presidente de la empresa panameña Papalma Investment S. A., donde el hijo de Piedad haría negocios con Álex Saab.
Ante estos señalamientos, Córdoba le dijo a SEMANA: “Yo no tengo nada que ver con el señor Saab, a mí no me necesitaba ese señor para absolutamente nada, no sabía que yo tuviera tanto poder en Venezuela, no sé quién es ese tipo Pulido ni estuve en Ecuador con ninguno de ellos. Si yo hubiese tenido algún vínculo con Saab, ya la DEA habría caído sobre mí, pero no, ya me investigaron, ya indagaron mis cuentas y no encontraron nada”.