Camilo Moreno es un obrero de Duitama quien el 23 de agosto, según declara, se encontraba en su ciudad y en un operativo nocturno de la policía mientras él caminaba por la calle, los uniformados le pidieron los papeles y el joven que también es artesano, se indignó por tener que enseñar su cédula y pidió de manera airada a los uniformados ser igual de riguroso con los ladrones en palabras fuertes y empezó la pelea: "Yo les tiré la cédula y hablé muy fuerte porque le piden la cédula a la gente honesta, nos calentamos porque a ellos no les gustó lo que les dije y me empezaron a pegar, me hicieron una llave con un bolillo, me rompieron las cejas, los hombros y las rodillas”.

El obrero tiene fractura completa de la mano derecha, según relató en Semana Noticias, los oficiales que aumentaron de 2 a 6 lo agarraron con las esposas abusando de su fuerza y le provocaron el daño: “Ellos retorcían las esposas y me hacían forcejear para que se cerraran más y más. Yo les pedía que me quitaran las esposas y no me ayudaban. Ellos mismos me llevan al hospital y allá me tienen que sedar por la cantidad de daños que tenía en la cara, en los brazos, en todo el cuerpo para intentar quitarme las esposas y ni así pudieron. Mi hermano llegó y exigió que me las quitaran y tuvo que ir él mismo a llamar a la policía para lograrlo”.

Camilo tuvo que someterse a la reconstrucción de tejidos y tendones de su mano en el hospital de Duitama. El abogado del joven, Henry Gutiérrez aseguró que el caso ya está en la Fiscalía: “El delito que se adelanta es el de abuso de autoridad. La Policía se justifica diciendo que mi cliente se hizo él solo ese daño, no tiene sentido dañarse las manos que es con lo que trabaja. Ahora queda esperar los 30 días de incapacidad y volver a revisión para saber qué reparación se pedirá”.

El joven artesano asegura no haberse hecho el daño solo y según el doctor que lo atendió, no recuperará la normalidad de movimiento: “El doctor me dijo que no me funcionarán el índice y el pulgar”. Sin embargo, Camilo reconoció que no debió tirar al piso la cédula a los uniformados y tratar de estar tranquilo mientras la Policía adelantaba las requisas en ese municipio de Boyacá.

Aunque aseguró no haber recibido amenazas después del incidente, Camilo dice no querer salir a la calle y resaltó en Semana Noticias el trato de la Policía con su hermano quien lo acompañó en la clínica y se enfrentó a los policías: “A mi hermano lo sacaron con una taser del hospital y duraron persiguiéndolo por lo menos una hora los policías”.