La técnica siempre era la misma. Buscaba vendedores de carros usados en reconocidas páginas de internet, los visitaba y una vez frente a ellos les pedía la 'vueltica' para probar el automotor; no volvían a saber de él.   A los vendedores más afortunados los engatusaba con la consignación de un cheque, que desde luego salía 'chimbo'. Y si el vendedor era muy desconfiado, sacaba el acostumbrado libreto sobre su falsa vida como futbolista profesional, encantaba a la audiencia y se iba manejando el vehículo sin causar un rasguño a sus víctimas.   El alias del timador es el 'Puma' y su nombre de pila es Jhonny Fernando Balanta Arango, un joven que a sus 28 años de edad ya tiene el penoso récord de ser considerado el mayor estafador del Valle.   Un prontuario como el de Balanta Arango sólo es superado por el de otro colombiano también valluno. Se trata de Juan Carlos Guzmán Betancourt, el estafador que era buscado en varios países por robar a millonarios huéspedes de lujosos hoteles de Europa y acaudaladas viudas en Estados Unidos. En ambos casos fueron atrapados.   Alias el 'Puma' fue capturado este fin de semana en la terminal de transportes de Cali, hasta donde llegaron investigadores de la Sijín para ponerlo tras las rejas y que responda por al menos 15 denuncias por estafa y robo, delitos cometidos en varias regiones del país. Durante la audiencia de legalización de captura el 'Puma' aceptó los cargos que le endilga la Fiscalía.   Se estima que las andanzas del 'Puma' superan los 300 millones de pesos en fraudes que fueron ejecutados en ciudades como Cali, Manizales y Barranquilla. En todas esas regiones compró vehículos con cheques sin fondos y haciéndose pasar como futbolista profesional de reconocidos equipos como Los Pumas, de México. De ahí viene su alias.   Pero la historia del 'Puma' no es nueva y el país empezó a oír de él en mayo del 2012, cuando fue deportado de Chile, acusado de estafa. Y aunque en su momento los medios de ese país reportaron el hecho, en Colombia no tuvo mayor eco y la noticia pasó inadvertida. (Ver artículo prensa chilena)   De acuerdo con los medios locales chilenos, Balanta Arango estafó en cuatro lujosos hoteles de la ciudad de Antofagasta y una empresa que renta autos, haciéndose pasar como un jugador que había sido fichado por el equipo de fútbol Club Deportes Antofagasta (CDA). Según esos reportes de prensa, el timador colombiano habría defraudado cerca de 50 millones de pesos en cuentas de distinguidos hoteles y en alquiler de carros.   Si bien el joven estafador fue deportado, en Colombia no tenía cuentas pendientes, recobró su libertad y volvió a sus andanzas, que incluyeron robos de varios automóviles, camionetas, retroexcavadoras y logró embaucar a una familia con la promesa de vincular a uno de sus hijos en un club del fútbol profesional de Barranquilla, “a ellos les robó dos millones de pesos”, señaló una fuente que investigó el caso.   Y entre sus trofeos delictivos también se cuenta el robo de identidades. Alias el 'Puma' era tan hábil en sus estafas, que se robó la identidad de un verdadero jugador de fútbol profesional, la de Michael Balanta.   El joven futbolista que sí jugó en el Nacional, luego en el Junior y ahora en el Once Caldas, conoció al 'Puma' cuando estaba en Barranquilla en la plantilla del equipo de esa capital. A su apartamento llegó una noche aprovechando que ambos eran oriundos del corregimiento de Robles, un caserío del municipio de Jamundí, a escasa media hora de Cali.   Curiosamente, la coartada deportista del 'Puma' no es cuento chino, ya que ese corregimiento valluno en realidad ha sido semillero de futbolistas profesionales como Jhonnier Viveros y el mismo Michael Balanta.   El verdadero futbolista Balanta (que no es familiar de alias el 'Puma' pese a compartir apellidos y vecindad) aseguró que lo denunció ante la Fiscalía porque al cabo de unos días estaba lleno de problemas por cuenta de su particular huésped.   “No me robó un peso, pero sacó una línea celular a mi nombre desde la que, al parecer, estafaba a la gente”, dijo a este medio el deportista del Once Caldas, tras recordar que casi es raptado y linchado por unos negociantes guajiros a los que el 'Puma' estafó con unos carros.   La otra habilidad del 'Puma' era la de mimetizarse con falsas identidades. Uno de los investigadores que le siguieron el rastro por varios meses aseguró que entre los retos del caso era el de identificarlo dentro de las estafas, “ya que nunca usó su nombre verdadero. Por eso creemos que ahora que lo capturamos y tenemos sus fotos, aparecerán muchas víctimas de sus fechorías en varias regiones del país”, explicó el sabueso de la Sijín en Cali.   La caída del impero delictivo del 'Puma' ocurrió en diciembre del año pasado cuando en un mismo día les robó dos carros a una pareja de esposos caleños, por la suma de 27 millones de pesos, “me llamó, luego vino a mi casa con otro hombre, miró los carros y dijo que debía probarlos; pero antes hizo una consignación que apareció reportada en mi cuenta y desde luego era un cheque sin fondos”, explicó Jerónimo Velásquez, la víctima.   Lo peor es que a los pocos días el propio Balanta Arango extorsionó al señor Velásquez y le dijo que si quería recuperar uno de los vehículos “que ya le robé”, debía pagar por su rescate. En efecto, el carro estaba empeñado ante un prestamista y como garantía el 'Puma' firmó una letra de cambio usando el nombre de su hermano que vive en España, pero cometió un error: dejó su propia huella.   Esa prueba fue la estocada para que los investigadores no solo identificaran plenamente al 'Puma', sino que además lograron vincularlo de manera directa en una de las estafas, “eso, sumado al análisis criminal que realizó uno de los investigadores y las descripciones físicas de las víctimas, nos permitió sacar adelante el caso”, explicó el fiscal José Luis Ramírez.   El fiscal argumentó que de acuerdo con la investigación, una vez se apoderaba de los vehículos los llevaba hasta Barranquilla, donde eran comercializados.   El fiscal también aclaró que la mayoría de los carros en la mira del 'Puma' eran aquellos de difícil venta, no por malos, sino por excesivo consumo de combustible, “él sabía que los dueños de esos automotores de cierta manera se sentían encartados y por eso no pedía rebaja, para entusiasmarlos”.   Otro elemento que ayudó en la plena identificación del 'Puma' es que todas sus víctimas coincidían en describir dos rastros únicos: sus labios prominentes y un tatuaje con la letra “L” (la inicial de Ligia, el nombre de su mamá) en uno de los antebrazos.   Con esas señas las autoridades lograron capturar a uno de los mayores estafadores del país, quien sin jugar un solo partido en la liga del fútbol profesional logró convencer a sus víctimas y 'golearlas'.   Pero era tal el cinismo del 'Puma', que cuando las autoridades lo aprehendieron en la terminal de transporte de Cali, donde trabajaba como ayudante de bus, estaba en un café internet buscando nuevas víctimas entre los clasificados de venta de vehículos.