Durante largas horas, entre viernes y sábado se ha desarrollado la audiencia de aseguramiento contra Enrique Vives Caballero, quien ha sido implicado por la Fiscalía como presunto responsable del delito de homicidio –con dolo–, tras el accidente de tránsito en el que perdieron la vida 6 jóvenes en Santa Marta, luego de ser arrollados por el vehículo que conducía el empresario a una velocidad mayor a la permitida en la zona de los hechos.
El país está en vilo, a la espera de las decisiones que tomen las autoridades alrededor de este caso que conmueve a los colombianos.
La defensa judicial de Vives ofreció indemnizar a las familias de las víctimas con 4.000 millones de pesos producto del seguro del vehículo, y rechazó los cargos que le imputan al empresario, perteneciente a una de las familias más prestantes del Magdalena.
Mientras se adelantan las investigaciones y la justicia llega a sus conclusiones, hay que señalar que el homicidio con dolo se refiere a una conducta en la que se actúa de manera intencional, con conciencia y voluntad de causar un daño enorme.
En el Código Penal colombiano, el homicidio es considerado como un delito que debe ser castigado con severidad. Más aún cuando está acompañado de dolo, caso en el cual la normatividad contempla entre 208 (17 años) y 450 (37 años) meses de prisión.
Varios tipos de homicidios
De acuerdo con las normas colombianas, existen varios tipos de homicidio, aunque a la luz de la percepción ciudadana, al igual que todo robo es robo, independientemente de la cantidad, también todo homicidio debería ser tratado como tal, toda vez que se trata de privar del derecho a la vida a las personas.
Es así como existe el homicidio simple, delito que se refiere a la acción de quitar la vida sin que exista de por medio una planificación previa.
Seguidamente, viene el llamado homicidio doloso, en el que es considerado que el homicida estaba consciente de la gravedad de su actuación y de las consecuencias.
El siguiente grado de homicidio es el de llamado preterintencional y ocurre cuando un agresor solo tiene la intención de provocar lesiones, pero el resultado es la muerte de la víctima.
Y está el homicidio culposo o involuntario, que se produce cuando se quita la vida a una persona por imprudencia, negligencia y similares. En tales casos, la justicia estima que el homicida no tiene intenciones de matar o lesionar, pero su actuación llevó a la muerte de la persona.
La evolución humana debe ir hacia el respeto por la vida en toda circunstancia. Ello implica seguir normas de convivencia que contribuyan a preservar la vida humana en toda circunstancia.