“Mi hijo no tenía motivos para suicidarse, a él lo mataron”. Esta es la certeza de Ana Milena Martínez, quien busca que el caso de su hijo no quede en la impunidad. El 12 de abril pasado, la Policía reportó que Raúl Higuera Martínez, detenido por tratar de sacar drogas hacia Cancún, México, se habría suicidado en el aeropuerto El Dorado.
SEMANA obtuvo videos, documentos y un extraño testimonio que abren la puerta para plantear la hipótesis de un presunto homicidio y manipulación de la escena donde falleció Martínez, el hijo de Ana Milena y quien era expolicía.
El dictamen de Medicina Legal no es concluyente y está sujeto a nuevas pruebas. Señala el documento, en poder de SEMANA, que la causa de la muerte del expolicía es consecuencia de un trauma craneoencefálico por proyectil de arma de fuego. La muerte es violenta, según el informe, y, aunque la información aportada por la Policía sugiere que se trata de un suicidio, “Se requiere de los resultados de los estudios de absorción atómica en manos (prueba para determinar si el exuniformado disparó un arma de fuego) y del estudio dactiloscópico y balístico de las armas recuperadas en el lugar de los hechos, para emitir un juicio de valor”, indica el análisis del ente forense.
SEMANA conoció también videos en los que se ve al expolicía antes de su muerte, acostado en una colchoneta, con grilletes en sus pies que dificultan su movilidad, vigilado constantemente por al menos tres policías en la Estación de Policía E21, lugar a donde son llevados los detenidos con estupefacientes en el aeropuerto El Dorado.
Aunque la Policía no aclaró el día que informó del caso si alguno de los uniformados que vigilaba a Higuera accionó su arma de fuego, SEMANA obtuvo el video en el que uno de los policías ubicado en la parte externa del E21 apunta y al parecer abre fuego hacia dentro. Posteriormente, se ve el cuerpo sin vida tirado en el piso.
En la misma secuencia de imágenes, segundos antes, aparece el detenido con vida, sentado en una silla, con los grilletes puestos en sus pies y bajo la custodia de al menos cuatro policías. Su madre, Ana Milena Martínez, quien ha asumido el rol de investigadora, no se explica cómo se podría suicidar con un disparo si era vigilado y tenía limitada la movilidad.
Según la versión suministrada por las autoridades a los familiares del fallecido, supuestamente Higuera Martínez observó un cajón donde dos policías guardaban sus armas de dotación, aprovechó un descuido, tomó una de las armas y se disparó en la cabeza. La historia no coincide con lo que muestran los videos en poder de SEMANA.
Manipulación o montaje
En medio de la confusión provocada en el E21 por la muerte de Higuera Martínez, se puede ver en otros videos, obtenidos por SEMANA, un presunto mal manejo de la escena de sangre y posible adulteración de esta, pues se observan policías entrando y saliendo del lugar sin ninguna clase de precaución para evitar contaminar el área. La imagen muestra a los uniformados pisando la zona donde estaba el cuerpo sin vida de Martínez. Y lo más grave: se observa a un policía, quien, al parecer, sería el mismo que disparó desde la parte externa, quitándole los grilletes de los pies al fallecido.
Ese detalle es clave para cualquier análisis forense, sobre todo para establecer si se trató de un suicidio. En esta escena se pueden ver al menos cinco policías alrededor del cuerpo sin vida de Higuera Martínez: algunos hablando por radioteléfono, otros conversando; pero hay uno que se agacha y sin razón levanta los pies del occiso y le quita hierros que le habían puesto por seguridad. Para los familiares del expolicía, hay más preguntas que respuestas en el caso.
Según Ana Milena, la mamá de Higuera Martínez, en el proceso fueron entregadas, para análisis balísticos, dos armas de fuego, que serían de los policías que, incumpliendo los protocolos de seguridad, guardaron sus armas de fuego en cajones cerca del lugar donde estaba un detenido. Pero, asegura, no se entregó el arma del policía que supuestamente disparó desde afuera, apuntando a la víctima, como lo revela el video. Un testimonio llama la atención y hace más evidentes las dudas de los investigadores.
Se trata de una mujer, supuesta amiga de Higuera Martínez, quien también había sido detenida por los mismos hechos. Declaró haber visto cómo se quitó la vida el expolicía, pero en los videos obtenidos por SEMANA la mujer no aparece en la escena. Sobre la presencia de la mujer en la escena del crimen, hay algo que resulta lógico y hace que las dudas se conviertan en certezas para los investigadores y, sobre todo, para la familia del fallecido.
Los protocolos de la Policía prohíben que hombres y mujeres estén detenidos en el mismo espacio, por lo cual ella no habría podido ser testigo del suicidio. En otra secuencia de videos de cámaras de vigilancia, llega esta supuesta testigo al sitio. Lo hace cerca de 20 minutos después de haberse presentado la muerte de su amigo. SEMANA consultó sobre este caso con fuentes de la Policía e indicaron que el proceso está en manos de la Fiscalía General.
El ente acusador definirá las circunstancias de tiempo, modo y lugar en las que ocurrió la muerte del expolicía Higuera Martínez. En la investigación de la Fiscalía también está la esperanza de Ana Milena, quien, día tras día, busca explicaciones, piensa en su hijo, en cómo se enteró de la noticia, en su última conversación el domingo 11 de abril, cuando el expatrullero le envió un saludo por WhatsApp. Le decía “hola ma, ¿cómo estás?”. Ella respondió el saludo, pero no volvió a saber de él.
Al siguiente día, 12 de abril, ya era noticia en medios de comunicación que un hombre de aproximadamente 29 años de edad se habría suicidado en el aeropuerto El Dorado, luego de su captura en un control de rutina en la terminal aérea. Según la versión de la Policía, el detenido habría tomado la fatal decisión de quitarse la vida luego de ser sorprendido con el cargamento ilegal.
La noticia no fue ajena a Ana Milena; con el pasar de las horas se enteró de que el muerto era su hijo. Raúl Higuera, quien tenía 27 años de edad, sirvió a la Policía durante siete años como patrullero, pero decidió retirarse de la institución. Trabajaba como DJ y conductor de vehículo en plataformas digitales. Ana Milena le dijo a SEMANA que su hijo no tenía motivos para suicidarse, y, aunque asegura desconocer la razón por la cual estaba involucrado con temas de narcotráfico, le pidió a la Fiscalía que su muerte, que para ella fue un homicidio, no quede en la impunidad. “Estaba bajo el cuidado de la Policía, y ellos debían haber garantizado su vida”.