Para Hoy Diario del Magdalena, el rotativo que causó controversia nacional por haber 'borrado' de una fotografía oficial al alcalde de Santa Marta, Carlos Caicedo, el burgomaestre con su gestión se “borró solito”. En efecto, el rotativo en un particular mea culpa acepta el error, pero argumenta que en este momento de “reflexión llegamos a la conclusión de que al alcalde no había necesidad de borrarlo de la foto, el mismo, solito, se ha encargado de que los samarios lo borren de su memoria y se les olvide el mal momento en que lo eligieron porque no ha sido capaz de sacar la ciudad adelante y de ejecutar de manera clara y diáfana un Plan de Desarrollo que hoy a ciencia cierta no se sabe si existe o no”. En un editorial del rotativo explica que “prueba de que la gente lo ha ido borrando es que hace 15 meses contaba con el 78% de aprobación a su gestión y hoy apenas, llega raspando al 50%, lo que ha ido demostrando el grado de insatisfacción ciudadana para con el gobernante”. El periódico, entonces, es categórico al afirmar que “de tal manera que no era necesario, resultaba irrelevante retirarlo de la foto”. En la amplia nota, el periódico hace énfasis en sus críticas al burgomaestre, pero eso sí se cuida de no mencionar ni siquiera una vez su nombre. Es decir, vuelve y lo borra. Así, a la polémica que se creó por cuenta de la ‘desaparición’ de una foto oficial del alcalde Carlos Caicedo, publicada en el rotativo, Santa Marta ahora discute la controvertida respuesta de la publicación en un editorial que salió a las calles en la edición de este lunes. Bajo el título ‘Gracias al error, ojalá visibilicen el drama que vive Santa Marta’, los directivos del cotidiano dicen que “se trató de un comportamiento inadecuado”, pero se justifican con frases como “fue un error innecesario, no somos estúpidos ni brutos que fuéramos para cometer a conciencia semejante falta” o “nos cayeron encima y alrededor del error cometido se unieron toditos en un mismo guiso”. El texto busca señalar precisamente al agredido, el alcalde Caicedo, y acusa que “aquí lo que se trata es de que vengan a ver cómo está Santa Marta, de constatar el estado de ingobernabilidad que hay por cuenta y gracia de un alcalde que no tiene ni la más remota idea de lo que es administrar una ciudad y liderar los procesos de gestión pública”. “Si por cuenta de la ya famosa fotografía era la hora en visibilizar a Santa Marta en los medios bogotanos, pues cayó como anillo al dedo para que se interesen y sepan que por física negligencia del alcalde que defienden se perdieron más de 6.000 millones de pesos que estaban destinados a pagar la enorme deuda social que se tiene con 80.000 personas residentes en el populoso sector de Pescaíto”, dice, entre otros señalamientos, el diario. Si bien el medio impreso afirma ante sus lectores que les debe una explicación y que lo que sucedió fue un error, achaca el asunto a “una conducta particular” de “un empleado” y “no de una política del periódico como tal”, pasando por alto la compleja cadena de confección de un diario, en el que una página pasa por varios ojos. En su perfil de Facebook el periodista y escritor Alberto Salcedo Ramos reseña la polémica y opina que es “error que un periodista que hace un turno de noche se quede dormido y no publique los resultados de las elecciones en Venezuela. Lo de Hoy Diario del Magdalena no fue un error sino un atentado contra la ética”. Por si fuera poco, el editorial pasa la cuenta a otros medios de comunicación al acusarlos de que, en cuanto a yerros, “han tratado de ver la paja en el ojo ajeno cuando en el de ellos lo que han tenido es cipote tranca”. La polémica está servida, pero queda la inquietud de si, ante esta defensa que lo compromete más, al diario más le habría valido el silencio. ¿Qué ocurrió? El pasado domingo, en el cierre de la cumbre de alcaldes de ciudades capitales, el presidente Juan Manuel Santos y el ministro del Interior, Fernando Carrillo, posaron en un foto en la que aparecen varios alcaldes, entre ellos el de Manizales, Jorge Eduardo Rojas; el de Valledupar, Freddy Socarrás; la de Barranquilla, Elsa Noguera, y el de Santa Marta, Carlos Caicedo, entre otros burgomaestres. La foto se dio cuando el alcalde de Manizales leyó una declaración que incluía el apoyo regional al proceso de paz que se adelanta con las FARC en La Habana. Sin embargo, la fotografía, al parecer, fue editada en el Hoy Diario del Magdalena, publicación en la que, literalmente, desaparecieron (borraron) a su propio alcalde. En cambio, en el otro periódico samario, El Informador, se publicó la fotografía original, que incluye a Caicedo. Al asunto se le ha metido política. En Santa Marta aseguran que las pugnas de un sector de la prensa y el mandatario local han hecho que, incluso, la figura del burgomaestre desaparezca "por arte de magia" de una fotografía oficial. El hecho no es de poca monta ya que supera la edición normal de un registro fotográfico, acción que se podría considerar la alteración de un documento público en que el alcalde Caicedo asume una postura política. En este caso, el apoyo de los alcaldes de ciudades capitales al proceso de paz. Semana.com quiso en ese momento conocer la opinión de las directivas del Hoy Diario del Magdalena, pero no fue posible. El alcalde Caicedo sí se refirió al asunto. En diálogo con este medio aseguró que este es un caso aberrante de desinformación porque, además, se trató de una fotografía producida por la Casa de Nariño. “A lo largo de la campaña el periódico me dedicó un editorial muy fuerte. Yo he denunciado varias veces al diario por injuria y calumnia. Pero, la verdad, no quiero ahondar en el debate”, concluyó el burgomaestre. Texto del editorial del Hoy Diario del Magdalena del lunes 15 de abril de 2013 "Gracias al error, ojalá visibilicen el drama que vive Santa Marta Los medios de comunicación no estamos exentos a cometer errores e incurrir en inexactitudes, las cuales desearíamos que jamás sucedieran. Y el turno fue para HOY DIARIO DEL MAGDALENA con la famosa fotografía en la se “borró” al Alcalde de Santa Marta. Y desde luego que les debemos a nuestros lectores una explicación la cual encontraran más adelante y de la que anticipadamente aclaramos y aceptamos que se trató de un comportamiento inapropiado, de una conducta particular y no de una política del periódico como tal, desde el entendido de que por esa falta debemos responder ante ustedes en razón a la confianza y la generosidad que nos dispensan. Fue un error. Y en esto de los medios el que no haya cometido un error, que lance la primera piedra. Oh sorpresa, no lanzaron una, sino una camionada en la que muchos se dieron golpes de pecho enrostrándonos cátedras de ética y periodismo. Y como han tratado de ver la paja en el ojo ajeno cuando en el de ellos lo que han tenido es cipote tranca, traemos a colación dos ejemplos, aun cuando abundan muchísimos, de errores cometidos y los cuales estamos seguros que los directivos de esos medios nunca hubieran deseado que les sucediera. Recordamos hoy como si fuera ayer, cuando El Tiempo dijo que monseñor Neil Beltrán Obispo de Montería estaba en La Habana con guerrilleros de las Farc. En ese mal momento dicho rotativo les mintió a sus lectores. O la pifia más reciente cuando El Heraldo de Barranquilla engañó a sus pocos lectores diciéndoles que Bill Gates se encontraba en Medellín. Dos errores de los cuales muy seguramente terminaron aprendiendo. Y en nuestro caso es lo que ha ocurrido. Un error, una falta, o como quieran llamarle, en la que desafortunadamente incurrió el periódico no porque su director haya querido, ¡ni más faltaba!. Sencillamente porque las empresas las integran individuos y sus errores los terminan pagando aquellas. Y eso nos toca afrontarlo con dignidad y profesionalismo. No se equivocó el periódico, se equivocó un funcionario y asumimos esa falta ante nuestros lectores a quienes les presentamos nuestras excusas y desde luego a quienes aparecen en la fotografía alterada. La opinión pública de Santa Marta nos conoce suficientemente y sabe que a través de más dos décadas hemos construido un espacio libre e independiente, que antes no existía y que hoy por generosidad de quienes creyeron en este proyecto, desarrollamos un periodismo a favor de los intereses de la comunidad, sin importarnos muchas veces los ataques y las amenazas y los atentados que nos han hecho y las confabulaciones criminales que han surgido para acallarnos como callaron a muchos otros que desafortunadamente hoy no pueden contar el cuento, la verdad de lo que les pasó porque tienen una lápida encima. Fue un error innecesario, no somos estúpidos ni brutos que fuéramos para cometer a conciencia semejante falta. Y nos preocupa porque eso lesiona nuestra credibilidad, objetividad y profesionalismo. Circunstancia que desde luego la han aprovechado los oportunistas y han hecho uso de ella para tratar de menoscabar nuestra posición crítica frente al gobernante de la ciudad lo cual no van a lograr porque aquí no se trata de si tenemos razón o no en nuestras opiniones. Aquí lo que se trata es de qué vengan a ver cómo está Santa Marta, de constatar el estado de ingobernabilidad que hay por cuenta y gracia de un Alcalde que no tiene ni la más remota idea de lo que es administrar una ciudad y liderar los procesos de gestión pública. Si por cuenta de la ya famosa fotografía era la hora en visibilizar a Santa Marta en los medios bogotanos, pues cayó como anillo al dedo para que se interesen y sepan que por física negligencia del Alcalde que defienden se perdieron más de 6 mil millones de pesos que estaban destinados a pagar la enorme deuda social que se tiene con 80 mil personas residentes en el populoso sector de Pescaíto condenadas a vivir en medio de las aguas negras, soportando enfermedades y una deplorable calidad de vida. Eso sí sería de gran valor para la ciudad que el país entero supiera que 15 meses después de iniciada la actual administración los pensionados siguen esperando el pago de sus reajustes a lo cual se niega el Alcalde; valdría la pena por igual que comprueben el estado de abandono miserable en que han quedado los puestos y centros de salud gracias a la interinidad propiciada por el Mandatario quien “borró” los resultados de un proceso meritocrático para elegir al nuevo gerente de la ESE “Alejandro Prospero Reverend” y con argucias y leguleyadas se ha burlado de los fallos judiciales que una y otra vez esas instancias le han dado la razón al ganador de ese concurso, médico Romo Ortiz. O de la inestabilidad de un gabinete con 45 cambios en año y tres meses, o lo que es lo mismo, 4 secretarios renuncian o los echa cada mes, es decir, uno por semana. Pero no, nadie se ocupa de ello ni les importa que los samarios más pobre se sigan muriendo en las puertas de los puestos de salud porque no hay administración para los mismos. O la crisis propiciada en el Sistema Integrado de Transporte Público donde logró sacar con improperios de la peor calaña a la gerente Zully David y fue el responsable de que el proyecto no se iniciara oportunamente. Todos los medios permanecen callados. Los ha silenciado. ¿De qué manera? Valdría la pena conocerlo, como también se sabrá más temprano que tarde qué hizo, qué tranzó, qué entregó, qué concesionó para que cuatro de sus más acérrimos enemigos y contradictores en el Concejo se “voltearan” y terminaran arrullados en el Palacio Amarillo. Pero en este momento de reflexión llegamos a la conclusión de que al Alcalde no había necesidad de borrarlo de la foto, el mismo, solito, se ha encargado de que los samarios lo borren de su memoria y se les olvide el mal momento en que lo eligieron porque no ha sido capaz de sacar a la ciudad adelante y de ejecutar de manera clara y diáfana un Plan de Desarrollo que hoy a ciencia cierta no se sabe si existe o no. Y prueba de que la gente lo ha ido borrando, es que hace 15 meses contaba con el 78% de aprobación a su gestión y hoy apenas, llega raspando al 50%, lo que ha ido demostrando el grado de insatisfacción ciudadana para con el gobernante. De tal manera que no era necesario, resultaba irrelevante retirarlo de la foto. En la campaña mediática, bien organizada por cierto, nos cayeron encima con juicios y descalificativos propio de los que ejercen el linchamiento moral, y antes por el contrario vieron fue la oportunidad para tapar la realidad de lo que hoy padecen los samarios. Acertaron en ese sentido, en tapar y tapar el caos que hoy vive Santa Marta, pero no les va durar mucho, porque al final del túnel siempre se asoma la luz y aflora la verdad y se darán cuenta de la dura realidad de haber sido cómplices en ocultarle al país que la ciudad está en camino a cenizas. Nos cayeron encima y alrededor del error cometido se unieron toditos en un mismo guiso".