Este domingo, 19 de junio, Gustavo Petro se convirtió en el presidente electo de Colombia, un tema que se ha vuelto tendencia en redes sociales. Uno de las personalidades que opinó la victoria del líder de izquierda fue el expresidente Juan Manuel Santos.
“Hoy ganó la democracia con récord de participación. A @PetroGustavo le deseo éxitos en su gobierno, que una a Colombia y la lleve por el camino de la paz”, afirmó el mandatario de Colombia, entre 2010 y 2018, a través de su cuenta de Twitter.
Durante la campaña presidencial, Juan Manuel Santos compartió una foto de su visita a la vieja celda de la Isla de Robben, cercana a la Ciudad del Cabo, donde el activista y expresidente de la República de Sudáfrica Nelson Mandela estuvo encarcelado más de dos décadas.
Sin embargo, no fue precisamente la imagen lo que más destacó de la publicación. El exmandatario, quien hasta ahora se ha abstenido de referirse al complejo panorama político que vive el país a través de sus redes sociales en el marco de las elecciones para la Presidencia de la República, acompañó la fotografía con un particular mensaje.
“En esta celda estuvo preso Mandela 28 años. Luego perdonó, firmó la paz y promovió la reconciliación. Sigamos su ejemplo”, trinó.
Poco después, Gustavo Petro, actual candidato a la presidencia de la República por el Pacto Histórico, retuiteó la publicación, sin agregar algún comentario adicional.
En la campaña de Petro estuvieron reconocidos políticos cercanos a Juan Manuel Santos, un tema que fue criticado por personalidades de la política como la senadora María Fernanda Cabal, que opinó sobre la salida de Roy Barreras, quien se distanció de la campaña del Pacto Histórico al argumentar que su permanencia activa podría ser utilizada para ataques en medio de la contienda electoral.
“El Pacto histérico hizo una gran renovación: salió Roy Barreras y entró Juan Fernando Cristo. Es como si Judas hubiera reencarnado en Santos”, fue el trino de la senadora María Fernanda Cabal.
La vida política lejos del ruedo presidencial
Petro inició su vida política en medio de la violencia del país, al formar parte de la guerrilla del M-19, primero como militante clandestino mientras oficiaba como concejal de Zipaquirá a inicios de la década de los 80 y luego como militante activo, en 1984. Esto lo llevó a ser condenado “por decisión de un coronel del Ejército” a 18 meses de prisión.
Luego de la firma paz con el Gobierno nacional fue representante a la Cámara por el partido Alianza Democrática M-19, para el período de 1990-1994. Al culminar esta legislatura, Petro se añadió al gobierno de Ernesto Samper como agregado diplomático para los Derechos Humanos en la Embajada de Colombia en Bélgica, puesto que abandonó en 1996 por diferencias con esta administración.
Después volvió a Colombia para optar nuevamente por una curul en la Cámara de Representantes, esta vez por Bogotá, con el aval del Movimiento Vía Alterna. En ese puesto estuvo durante dos legislaturas (1998-2006).
Al finalizar su paso por la Cámara Baja, supo que era momento de dar el paso al Senado, a donde llegó para el período 2006-2010, bajo el apoyo del Polo Democrático.
Después de 12 años de intentar llegar a la Presidencia, Petro por fin logró su cometido. El ahora presidente electo ya había participado en otras dos campañas presidenciales, siendo la de 2010 la primera ocasión en la que optó por el puesto en la Casa de Nariño.
En esa ocasión, el político se quedó con la cuarta posición de las elecciones con un total de 1.329.512 votos, es decir, un 10,13 % de la votación.
Ocho años después (2018), Petro volvió al ring, esta vez mucho más experimentado en la arena pública, ya que venía con un trabajo desarrollado entre 2012 y 2015 en la Alcaldía de Bogotá a sus espaldas. En esta ocasión, Petro obtuvo casi 5 millones de votos que le valieron para pasar a segunda vuelta, junto con el candidato del Centro Democrático, Iván Duque (7,5 millones).
Finalmente, en esta segunda elección, Duque superó a su contrincante de izquierda por más de dos millones de votos (10,3 millones y 8 millones, respectivamente).
Petro tuvo otros cuatro años para replantear su idea política, y, prácticamente, hacer una nueva campaña justo cuando acabó la de 2018; estrategia que le funcionó a la perfección y que hoy lo tiene como el personaje que reemplazará, precisamente, al hombre que lo derrotó en 2018 como nuevo presidente de Colombia.