Este martes se hundió en el Congreso un proyecto que les permitía a los partidos tradicionales unirse y conformar coaliciones para competir en las próximas elecciones al Congreso.
Los representantes Juan Carlos Lozada (Partido Liberal) y Juanita Goebertus (Alianza Verde) presentaron una proposición de archivo al considerar que la iniciativa ponía en desventaja a los partidos minoritarios.
El articulado pretendía eliminar el límite del porcentaje que se establece actualmente para que los partidos puedan hacer coaliciones para el Congreso. Allí se estipula que los movimientos que sumados alcancen una votación de hasta el 15 % podrán presentar una lista de candidatos en coalición.
“Pretenden cambiar las reglas electorales a mitad de camino en medio de un calendario electoral que ya está andando. Este proyecto rompe el orden constitucional en la medida en que cambia las reglas de juego en plena contienda. Eso es inaceptable”, criticó Lozada.
El congresista liberal amplió su idea diciendo que si se realizara el ajuste, se afectaría a los partidos minoritarios y se les dificultaría en mayor medida llegar a tener mayor representación, es decir, que sería contrario al principal objetivo que tiene este artículo de la Constitución.
La representante Goebertus también criticó el hecho de que las elecciones serán prácticamente en un año y cualquier modificación podría incidir o afectar el panorama. “Tiene que hacerse desligado de un análisis de ‘¿cómo voy yo ahí?’, no solo como individuo, sino como partido”, afirmó Goebertus, quien considera que el proyecto tiene unos ganadores y unos perdedores.
La representante aseguró que los principales beneficiarios serían los miembros de partidos tradicionales. “Detrás de esto hay un miedo inmenso, que es una ciudadanía desgastada, frustrada, que desconfía de este Congreso y principalmente de los partidos tradicionales, porque han sido partidos que han tomado una ideología que como van a un lado van al otro según el vaivén de donde está el poder”, dijo Goebertus.
Estos argumentos fueron sumando voces y congresistas de diferentes bancadas tomaron una posición similar. “Voté a favor del archivo del proyecto porque pretendía cambiar las reglas de juego a pesar de que el calendario electoral ya está andando y porque profundiza la crisis de identidad de los partidos y movimientos políticos en Colombia. Los partidos deben defender ideas y no caudillos. Este proyecto era un salvavidas para partidos políticos transitorios, que nacieron por coyunturas temporales o por liderazgos personalistas, pero que no han sido consistentes en sus idearios”, aseguró el representante Alejandro Vega, también del Partido Liberal.
César Lorduy, de Cambio Radical, argumentó que a pesar de que comparte la tesis de Goebertus de que hay un evidente conflicto de interés con la presentación del proyecto por parte de algunos partidos, dar este debate es sano. Por eso aseguró que no votó positivo para que se hundiera, a pesar de que en principio no compartía el propósito del proyecto.
“Yo quisiera pegar un letrero a la entrada del Congreso que dijera: prohibido cambiar las reglas de juego durante el partido. Este proyecto se da en un contexto que de algún modo hace difícil prestar atención a su contenido específico. Llega dos semanas después de ese desafortunado intento de algunos colegas de autoprorrogarse el periodo, al presidente y a todo aquel que ostentara un cargo público de elección popular”, dijo el representante José Daniel López, de Cambio Radical, quien tampoco lo respaldó.
En contraparte, el representante Buenaventura León, del Partido Conservador, quien era el coordinador ponente del proyecto y uno de sus coautores, afirmó que el espíritu de la modificación surge de la voluntad de asociarse y poder formar coaliciones entre organizaciones políticas que tienen un pensamiento similar. Sus proponentes consideran que también deben tener el derecho de conformar coaliciones sin importar el número de votación.
“Entonces uno se pregunta acá: ¿por qué puede haber coaliciones sin ningún requisito para presidente, para gobernadores, y por qué no lo puede haber para las corporaciones públicas? Y uno se pregunta ¿por qué el 15 %?”, cuestionó León, quien dice que es una cifra caprichosa. Negó que el proyecto constituya un “golpe a la democracia” y que las coaliciones deberían existir sin requisitos que puedan terminar por favorecer a determinados partidos o políticos y excluir a otros.
Alfredo Deluque, del Partido de La U y principal autor de la iniciativa, señaló que el proyecto no buscaba cambiar las reglas de juego “a mitad de partido”, como se criticó por parte de algunos congresistas, ni busca acabar con los partidos minoritarios. Dice que hay partidos que han perdido representatividad.
“Lo que queremos es que partidos que hace mucho tiempo fueron partidos grandes, robustos dentro del proceso político colombiano, hoy puedan aplicar una norma por ser precisamente o haber pasado a ser partidos pequeños, es así de simple. Y la norma hoy como está concebida no puede aplicarse a esos partidos pequeños porque es una norma que consulta la realidad política nacional de hace 4 años y no la realidad política de lo que está sucediendo en estos momentos”, aseguró Deluque.
Reconoció que su partido, La U, pasó en unos 10 años de ser mayoritario en el país a ser actualmente uno minoritario y señaló que líderes que pasaron por allí, como los expresidentes Juan Manuel Santos o Álvaro Uribe, ya no forman parte del movimiento. “Todo lo que fue criticado del Partido de La U, hoy no existe dentro del partido”, comentó. Y criticó también que el 15 % no aplica a la realidad actual y que se puso de manera caprichosa.
El proyecto era impulsado principalmente por el Partido de La U, acompañado de unos 22 parlamentarios del Partido Liberal y el Partido Conservador. A pesar de los argumentos de los ponentes, la proposición de archivo fue respaldada 17 votos a favor de hundirla, contra 14 que preferían continuar el debate.