Luego de que se legalizara oficialmente el suicidio médicamente asistido en Colombia por la Sala Plena de la Corte Constitucional, se inició una serie de debates tanto en entornos políticos, religiosos y ciudadanos del común que se encuentran a favor o en contra de la decisión que avaló el alto tribunal en las últimas horas.
Como era de esperarse, la Iglesia católica también se manifestó y tomó partido a través de un comunicado frente a la polémica decisión de la Corte Constitucional, en la que el paciente ejecuta su suicidio con acompañamiento de un médico.
La Iglesia no quiso ocultar que siente un gran dolor por la legalización del suicidio asistido, ya que para ellos la vida tiene un valor inviolable, por lo que se debe proteger a toda costa.
“En armonía con la perenne enseñanza de la Iglesia y de su opción fundamental de servir integralmente al ser humano, y haciendo propios los sentimientos del pueblo creyente, recibe con profundo dolor la decisión de la Corte Constitucional de favorecer el Suicidio Médicamente Asistido (SMA)”, dice textualmente el comunicado.
Además, hicieron un llamado a las autoridades para que se reconsidere la decisión, citando palabras de la Constitución en el artículo 11 que afirman el valor que tiene la vida ante la ley colombiana: “Las decisiones que se tomen estén encaminadas a su protección, defensa y cuidado y no a su destrucción. Como sociedad, estamos llamados a recibir la vida y a conservarla con gratitud; a elegir, en toda circunstancia, los medios necesarios humanos, científicos y espirituales para rodearla de sentido y valor.
Pero la Iglesia católica hizo un llamado especial a todas las personas que sufren algún tipo de enfermedad para que rechacen tajantemente la tentación de usar medicina que produzca la muerte, a pesar de que las leyes y los cambios constitucionales lo permitan en Colombia.
“Ningún agente sanitario puede ser forzado a colaborar en la muerte de otros; su conciencia se lo impide. Se ha de garantizar siempre el derecho fundamental a la objeción de conciencia personal”, agregan las autoridades religiosas pidiéndoles también a los médicos que se abstengan de participar en los suicidios asistidos.
La Iglesia terminó remarcando que para los católicos no existe el derecho fundamental a la muerte digna, sino que, todo lo contrario, la Iglesia defiende y defenderá siempre el derecho a la vida sobre todas las cosas. Palabras que fueron apoyadas por los creyentes más fervientes de la religión católica.
Pero también hubo opiniones que rechazaron el pronunciamiento de la Iglesia católica, afirmando que los religiosos no respetaban las libertades individuales de los ciudadanos. Y que, así como lo han hecho en temas como el aborto, la eutanasia y el matrimonio entre homosexuales, ahora nuevamente la Iglesia pone por encima sus creencias espirituales por encima de las libertades y los derechos de todos los ciudadanos.
Por su parte, el alto tribunal señaló que, para acceder a estos procedimientos, se debe cumplir una serie de condiciones y requerimientos, muy parecidos a los de la eutanasia, entre ellos que el paciente tenga un diagnóstico médico de lesión corporal, enfermedad incurable o de una extrema gravedad. Así como cuando padezca dolores intensos que afecten considerablemente su calidad de vida y la de sus familiares.
El paciente deberá manifestar de manera expresa su intención de someterse a este procedimiento; la asistencia debe prestarla un profesional de la salud para acceder al SMA.