Con un fuerte llamado a la lealtad institucional, el coronel Ramón Royero García, comandante del batallón de infantería #56, se despidió de sus hombres al hacer la transmisión de mando en el departamento del Cauca, que se ha visto convulsionado por la crisis de orden público.
El oficial, que ha tenido reconocimientos y una hoja de vida para destacar, pidió a los miembros del Ejército que se quedan en la institución un gramo de lealtad con el uniforme.
“Hoy quiero resaltar: uno, que si cada soldado de la patria lo tuviera, por lo menos en un gramo, nuestra institución, aun siendo la mejor del mundo, sería mucho mejor todos los días”, dijo el oficial al entregar su cargo.
Agregó que: “La lealtad que solo se inculca en el seno del hogar, desde el momento que una madre toma la decisión de engendrar a sus hijos en el vientre, nos está transmitiendo el valor más importante del ser humano”.
Así mismo, indicó el mando militar en su discurso a las tropas que: “A lealtad que se desprende luego de los sinnúmeros de valores que todos conocemos y que se terminan de cimentar en nuestro hogar, en nuestra institución. Esa lealtad me sirvió para afrontar retos, vicisitudes, dificultades, dentro de mi trascender de mi vida militar”.
A renglón seguido, luego de lanzar el fuerte discurso sobre la lealtad militar, el coronel, a quien el Gobierno optó por llamar a calificar servicios pese a sus buenos resultados operacionales en el Cauca, hizo un reconocimiento a algunos altos mandos militares que se han ido de la institución. El militar mencionó al general retirado Enrique Zapateiro, excomandante del Ejército.
Algunos dentro de las filas consideran que teniendo una carrera brillante, al coronel Royero lo comenzaron a perseguir al considerarlo de la línea de Zapateiro.
La salida del coronel Royero se da en momentos en los que la institución militar entregó los nombres de los oficiales que deben ascender al siguiente cargo y donde hay preocupación en los cuarteles porque consideran que distinto a ocasiones anteriores, en la actualidad se podrían estar tomando las decisiones para autorizar los ascensos por ideología política y no por los resultados operacionales u hojas brillantes de los oficiales.