El 27 de agosto de 2015 hubo gran revuelo en el hotel del Club El Nogal, en el norte de Bogotá, luego de que apareciera muerto en su habitación el mexicano Luis Fernando Campos Yanelly, de 42 años, jefe de tecnología de una firma internacional.
La historia ocupó titulares de prensa y abrió un debate sobre la sospecha de que la víctima hubiera fallecido por cuenta de una fuga de gas, versión que el club rechazó: “En relación con las versiones sobre una supuesta fuga de gas, la administración del club reitera que hasta el momento se desconocen las causas de la muerte del ciudadano mexicano y, por lo tanto, manifestaciones como esa seguirán siendo rumores carentes de fundamento”.
Sin embargo, de acuerdo con una investigación del periodista Juan David Laverde, de Noticias Caracol, el próximo 19 de octubre la Fiscalía imputará cargos por homicidio culposo al representante legal del momento, Luis Fernando Vargas, y a dos personas que trabajaban en mantenimiento en ese club, Juan Casadiego y Ricardo Muñoz.
Según la investigación de la Fiscalía, el empresario mexicano murió por aspiración accidental de monóxido de carbono mientras descansaba en su habitación. En el expediente, revelado por Caracol, se señala que un ducto instalado de manera irregular, para liberal el calor de la lavandería, obstruyó la salida natural de los gases de la chimenea del club, además de una fuga en el tubo de la caldera que provocó la acumulación de material contaminante.
De acuerdo con el abogado de la familia del empresario, se conoció que el Club El Nogal tenía conocimiento de las reparaciones y arreglos que se tenían que realizar antes de que se diera el deceso de Yanelli.
Además, la empresa que realizaba el mantenimiento en el edificio, la firma Mecon, visitó las instalaciones para revisar lo sucedido y dio cuenta de que el tubo hechizo se había elaborado días antes de que falleciera el empresario.
Debido a que la concentración de gases encontrada en la habitación fue bastante alta, el representante legal de la compañía, Jorge Vicente Guzmán, fue preguntado sobre si era normal realizar ese tipo de intervenciones, a lo que respondió que no era normal conectar el ducto de una lavandería al de una chimenea. “Nunca”, señaló en la declaración.
Guzmán también contó en el momento que Mecon había realizado una visita un mes antes y había señalado que se debían realizar intervenciones que harían que el club permanecería cerrado durante, por lo menos, un mes y aseguró que esto no se había hecho debido a temas monetarios.
Su testimonio fue fundamental para el desarrollo de la investigación de la Fiscalía.
Qué decía el dictamen de la muerte
Según el dictamen de Medicina Legal, no se hallaron signos externos de violencia y se descartó también el consumo de cocaína, alcohol o cualquier otro estimulante. Pero la entidad, analizando la sangre de la víctima, halló “carboxihemoglobina” en una concentración de un 60 %. Este tóxico, más conocido como gas carbono, es inodoro e incoloro por lo que la víctima no lo percibe ni se percata de haberlo inhalado. El informe explicó que en concentraciones de entre 50 y 60 por ciento produce “coma, convulsiones, y respiración irregular, mayor de un 60 por ciento paro cardiorrespiratorio y muerte”.
También estaban las cámaras de seguridad del club y decenas de testimonios. Campos pasó su primera noche allí el 26 de agosto. En la mañana, tras insistentes llamados, las directivas del hotel ingresaron a su habitación y lo encontraron tendido en su cama vivo, pero inconsciente y lavado en su vómito. Lo llevaron de emergencia a la Clínica del Country, donde estuvo todo el día, le practicaron varios exámenes y le diagnosticaron una “enfermedad general”, atribuida al cambio de altura tras el viaje de Ciudad de México a Bogotá.
De regreso en el club, el ejecutivo fue a su habitación y recibió en la puerta un pedido del restaurante (un caldo, una bebida hidratante y un té) a las 8:38 p. m. No volvió a salir de allí ni nadie entró. Pero a la mañana siguiente, nuevamente tras insistentes llamados, los directivos del hotel entraron a la habitación 23, encontrando al huésped sin signos vitales.