El Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos, de la mano de la Fiscalía General de la Nación, incautaron 80 toneladas de insumos fraudulentos utilizados para falsificar licores de Colombia y otros países.

A comienzos de la semana, el pasado 3 de agosto, autoridades adelantaron nueve diligencias de registro y allanamiento en Bogotá, que permitieron el decomiso de 83.000 botellas de alcohol adulterado, 15.671 unidades de tapas, etiquetas, capuchones, botellas, estampillas, pimpinas y sellos de seguridad, entre otros insumos secos, 10 unidades de maquinaria artesanal empleada para el empaque de los licores y 1.000 litros de líquidos como alcohol, varsol y saborizantes. Además, incautaron estupefacientes y 10 millones de pesos en efectivo.

El valor de todo el material incautado corresponde aproximadamente a 4.150 millones de pesos.

Además, en el marco del allanamiento se materializaron nueve capturas legalizadas ante el juez de Control de Garantías, por los cargos de concierto para delinquir, corrupción de alimentos, productos médicos y material profiláctico, usurpación de derechos de propiedad industrial y ejercicio ilícito de monopolística de arbitrios rentísticos, además de la imposición de multas a los integrantes de la organización delincuencial por 77.390.096 pesos.

La red se dedicaba a elaborar, comercializar y distribuir en Bogotá y en diferentes lugares del país, como Soacha en Cundinamarca, y Garzón y Pitalito, en el Huila, whisky y aguardiente de marcas reconocidas del mercado, los cuales no cumplían con las condiciones sanitarias requeridas para su elaboración. Las autoridades hallaron que los preparaban a partir de alcoholes y otros licores de baja calidad, en las residencias y bodegas de los integrantes de la organización.

En cuanto a la comercialización, el Invima informó que lo hacían en cigarrerías y discotecas de barrios, y utilizaban locales comerciales de venta de confitería y galletas como fachada para poder ofrecer venta de licor a domicilio, según explicó Roy Galindo Wehdeking, secretario general del Invima.

Este operativo también contó con el apoyo del Gaula Militar Cundinamarca, Rentas Departamentales de Cundinamarca, peritos privados de las diferentes marcas de licores nacionales e importados y el Invima con su Grupo de Trabajo Territorial Centro Oriente 2, la Unidad de Reacción Inmediata y la Dirección de Operaciones Sanitarias.

“Invima, mediante la realización de acciones de inspección, vigilancia y control (IVC), ratifica su compromiso con la salud pública de los colombianos, al mismo tiempo que hace un llamado para adquirir estos productos en lugares confiables, revisando que sus etiquetas no se vean averiadas, el contenido sea puro y sin partículas, y que las botellas estén selladas con todos los requerimientos de seguridad, ya que consumir licor adulterado puede ocasionar graves daños a la salud”, señaló el instituto en un comunicado.

¿Cómo identificar licor adulterado?

El Invima ha emitido una serie de recomendaciones para prevenir daños a la salud de la ciudadanía y que esta pueda reconocer cuando una botella o envase contiene un producto idóneo.

Si el envase es de vidrio, el líquido debe ser translúcido, no debe tener objetos o partículas flotantes y la etiqueta debe tener letra clara.

La etiqueta debe declarar los datos del fabricante y el registro sanitario; el contenido alcohólico dado en porcentaje o grados alcoholimétricos; el número de lote que corresponde a la fecha de elaboración del producto; la naturaleza (vino, whisky, cerveza, vodka); el contenido en mililitros; la marca debe estar visible en la etiqueta; leyendas obligatorias “El exceso de alcohol es perjudicial para la salud” y “Prohíbase el expendio de bebidas embriagantes a menores de edad”, y para bebidas importadas la etiqueta debe incluir el nombre, la dirección y ubicación del importador.