Las denuncias de las víctimas ubicaron como epicentro del secuestro y las torturas una casa en el sector de Santa Isabel, en el centro de la ciudad de Bogotá. Esas víctimas le contaron a SEMANA de qué manera llegaron a esa vivienda y cómo terminaron en una pesadilla que se extendió por varias horas, pero, después de hacer las denuncias, terminaron amenazadas.
El relato de las víctimas resultó aterrador. Aseguraron que llegaron a esta casa que tiene como fachada un hogar en una zona residencial, pero en su interior es un prostíbulo que funciona, dicen las mujeres entrevistadas, bajo la mirada cómplice de las autoridades. Quienes denuncian son trabajadoras sexuales, que terminaron encerradas en una habitación, sometidas a torturas y amenazas por quien dice ser el administrador del sitio, un hombre identificado con el alias del Paisa o Ángel.
“A mí, Ángel me pegó patadas y me decía que las cosas con ellos era a otro precio, que me iba a arrepentir, que le entregara todo. A mi amiga le pegaron con esa pistola en el hombro”, dijo una de las víctimas.
Las mujeres eran contactadas por una menor de edad conocida con el alias de Dulce María, les hacía una promesa de trabajo, justamente en esta casa de lenocinio. Cuando estaban allí las obligaban a desnudarse, les apuntaban con un arma y en una oportunidad hasta las amenazaron con quemarlas y para hacerlo usaron un pequeño soplete.
“Ellos me acercaron ese soplete y nos mostraban cómo lanzaba fuego, cuando empiezo a oler a quemado les grito que nos dejen ir, que ya les entregamos todo, luego me quitan una cadena, las manillas, anillos, todo lo que tenía. Nos dejaron solo con la ropa”, fue el relato de las víctimas con SEMANA.
Alejandro Carranza es un abogado penalista, que en medio de sus actividades profesionales y en los actos de investigación que adelantó en otro caso, conoció los testimonios de las mujeres, de lo que ocurría realmente en esa casa, que fue sellada por la alcaldía de los Mártires, pero que a los pocos días estaba nuevamente en funcionamiento.
“Esa casa de familia, ha sido ya demostrado, es una casa dedicada a la explotación sexual. Una casa donde encontraron drogas, menores, licores de manera ilegal y en la que se explota mujeres de forma horrorosa, horripilante, una forma inconcebible”, dijo el abogado.
Al conocer las amenazas de las víctimas el abogado pidió a la Fiscalía adelantar cuanto antes las investigaciones, recibir las denuncias, establecer los hechos y llevar ante los jueces a los responsables de estas conductas criminales en esta casa, que según algunas fuentes, sigue funcionando sin problemas.
“Para que intervenga de manera inmediata, inicie la extinción de dominio sobre ese inmueble, que la Policía acuda de manera inmediata y que la alcaldía selle definitivamente esa clase de negocios y establecimientos, para que la comunidad pueda descansar de la violencia y de los actos que atacan el orden público generados por ese señor”, explicó el abogado Carranza.
El temor ahora de las víctimas es que tras denunciar esta casa de torturas, ahora se convirtieron en objetivo de algunos delincuentes que a través de redes sociales, mensajes de WhatsApp las ubican y amenazan con atentar en contra de su vida. Esperan que las denuncias que hicieron tengan algún impacto en las autoridades y puedan dar con los responsables, no sólo de las torturas, sino de quienes ahora las intimidan.