Daniel Alejandro Jaramillo y su esposa se llevaron una sorpresa unos días después de que su bebé hubiese nacido muerta por complicaciones durante el embarazo.

Todo comenzó el 13 de mayo en el puesto de salud del corregimiento Celián cuando a la familia, que esperaba su bebé a la que llamarían Emily Samara, se les informó que tenía un problema cardiaco y fueron remitidos a otros dos centros asistenciales para atenderla de urgencias.

La pareja finalmente llegó a un hospital donde fueron atendidos por urgencias. Jaramillo cuenta que los médicos condujeron a su esposa al departamento de ginecología, donde el médico le realizó un monitoreo cardiaco a su bebé pero desafortunadamente les informó que no tenía frecuencia cardiaca ni latidos por lo que debían hospitalizarla.

De acuerdo con la narración de Jaramillo, al diario El Tiempo, hacia las 6 de la tarde le dieron a su esposa una pastilla para madurar el útero y hacia las 10 de la noche le dieron una más para acelerar el proceso de salida del bebé.

Jaramillo contó que su esposa finalmente dio a luz el sábado y, según lo que ella le contó, no pudo ver más que medio cuerpo de su bebé porque durante el procedimiento ella se encontraba acostada en la camilla.

Cuando se logró levantar un poco, la mujer le aseguró a su esposo que ya se habían llevado a la bebé, al parecer, a una nevera de la morgue.

El día domingo, Jaramillo se acercó al hospital para retirar el cuerpo de su bebé acompañado de un funcionario de la funeraria para poder expedir el respectivo certificado de defunción y el boleto de salida.

De acuerdo con lo que contó el afectado, en el momento en que se encontraba haciendo el papeleo de la funeraria vio un ataúd y un cofre al lado y al abrir el cofre donde se suponía que reposaba el cuerpo de su hija encontraron una rata de gran tamaño, como de una zarigüeya y unos guantes de látex.

Inmediatamente se pusieron en contacto con el personal de hospital para encontrar respuestas. En un comunicado, el hospital aseguró que iniciaron las investigaciones para determinar qué fue lo que sucedió con el cuerpo de la menor y lamentó el hecho.

Mientras tanto, los padres le reclaman al hospital que les entregue el cuerpo de su bebé muerta para poder sepultarla en compañía de su familia.

Secuestro de un cadáver en Barranquilla

Hace cerca de un mes se conoció el caso de la familia Varón Olarte, que denunciaron la desaparición del cuerpo de un familiar por sospecha de haber fallecido de la covid-19.

En su momento, el exsenador Mario Varón Olarte denunció que no sabían del paradero del cuerpo de su hermana Carmen Alicia Varón, que murió bajo sospecha de estar contagiada de coronavirus en la Clínica General del Norte, en Barranquilla.

Marilyn Pérez, murió en la Clínica del Prado el pasado 6 de julio, pero su familia aún no ha podido encontrar el cuerpo. | Foto: Archivo Particular

Según contó Varón, la familia había programado el entierro de su hermana pero un día antes se comunicaron con el personal de la clínica para iniciar el proceso de logística para que al menos 10 personas pudieran asistir al sepelio, teniendo en cuenta las normas de bioseguridad.

“Como se dice que después de 14 días la persona deja de contaminar, queríamos hacer la ceremonia, pero la clínica no aceptó la petición y señaló que solo podían estar dos personas”, contó Mario. Sin embargo, lo que le parece sospechoso a la familia es que se enteraron que, supuestamente, el cuerpo fue sepultado por desconocidos en el cementerio Jardines de la Eternidad, cuando la familia había preparado todo para sepultarla en el cementerio Los Olivos.

Según trascendió de manera extraoficial, el cuerpo pudo ser confundido con el de otra mujer que también se llamaba Carmen Alicia y fue entregado a la familia equivocada.