La escena es indignante. Ante la mirada atónita de transeúntes que se preguntaban dónde estaba la policía, transcurrió un enfrentamiento entre un conductor del SITP y los pasajeros de un vehículo particular. Con correas y palos en las manos, los involucrados, entre ellos una mujer, se agredieron en plena vía. Por la posición en la que quedaron el bus y el carro, la trifulca se habría presentado por un caso de intolerancia después de que los vehículos sufrieron un leve choque, lo que habría desencadenado la pelea.
Según TransMilenio, el motivo por el que se ocasionó el enfrentamiento todavía es materia de investigación. Lo cierto es que el conductor de transporte público fue incapacitado durante tres días producto de las heridas. Le recomendamos: La intolerancia, el enemigo público de Bogotá "Inmediatamente se conocieron los hechos se abrió investigación y el conductor quedó en estado inoperativo. Debe presentarse a TransMilenio a rendir descargos", dijo la empresa. Según TransMilenio, la sanción que podría recibir el conductor va desde dos años sin la posibilidad de conducir en el Sistema. El video del enfrentamiento ha generado rechazo en las redes sociales, pues es un claro caso de intolerancia en sus proporciones más absurdas. De hecho, la violencia interpersonal y las peleas callejeras son uno de los indicadores que más ha empeorado en los últimos años en materia de seguridad ciudadana. El año pasado hubo 76.910 casos de riñas en todo el país, mil más que en 2017. Solo en los últimos tres años, según cifras de Medicina Legal, han muerto 2.400 personas por altercados marcados, sobre todo, por la intolerancia. Por eso, casos como el que rodeó al conductor de Transmilenio no son menores. Estos espisodios ocurren a diario y, en las circunstancias más infortunadas, pueden ser fatales.