Pese a estar pagando todavía su condena de 24 años por el asesinato de Luis Carlos Galán, Alberto Santofimio reapareció en Ibagué, aplaudido por más de mil personas y haciendo propuestas políticas.
Alberto Santofimio Botero, condenado en 2007 a 24 años de cárcel por el asesinato de Luis Carlos Galán y su escolta, Santiago Cuervo, reapareció en un acto público el pasado viernes con un discurso de clara catadura política.
El debut tuvo lugar en el auditorio Alfonso López Pumarejo, en el edificio de la Gobernación del Tolima, con un lleno total al que asistieron más de mil personas y amenizado por música de cuerda.
Su discurso fue interrumpido por salvas de aplausos de sus admiradores, como en sus tiempos de candidato presidencial. Humberto Leyton grabó el siguiente video que SEMANA reproduce con su autorización:
Santofimio, que vestía de riguroso sastre y corbata como en sus tiempos de congresista, les dio la bienvenida a los exalcaldes, exgobernadores, diputados y exconcejales, que formaban parte de la concurrida asistencia.
En primera fila se observaron las caras de los exgobernadores Luis Carlos Delgado (liberal), José Ossorio Bedoya (conservador) y Carlos Martínez Silva (liberal).
También estaban los exalcaldes de Ibagué Orlando Infante (conservador) y Rubén Rodríguez (liberal).
Carlos Edward Osorio, candidato del Centro Democrático a la Cámara de Representantes, tenía un puesto especial en la concurrencia.
El exministro y empresario Miguel Merino Gordillo fue saludado por Santofimio con especial deferencia.
La excusa para su intervención fue la presentación de un libro de su autoría titulado Memorias fragmentadas, pero todo su discurso versó alrededor de una propuesta política de unidad de todos los sectores del Tolima, para hacer de su departamento una tierra mejor.
Santofimio fue condenado por la misma Corte Suprema de Justicia a 24 años de cárcel por el magnicidio de Galán, como uno de sus autores intelectuales, y logró la libertad condicional en 2020, al cumplir las dos terceras partes de su condena.
El convicto tolimense pagó el equivalente a 16 años entre tiempo efectivo y redención, en la cárcel La Picota. Los restantes ocho años los paga en su residencia de Ibagué.
La justicia, además de la pena que le impuso al excandidato presidencial, le ordenó resarcir con 1.700 millones de pesos a la familia Galán, y con 230 millones a la de su escolta.
A los Galán entregó el lujoso apartamento que tenía desde sus épocas de político activo en una zona exclusiva del norte de Bogotá.
Santofimio llegó a ser amigo cercano de Pablo Escobar, que financiaba su actividad política.
La decisión de asesinar a Galán se tomó para sacarlo del camino porque era una amenaza para los narcotraficantes.
El discurso
En su intervención de más de media hora, ante un público emocionado que lo aplaudía en cada una de sus pausas, Santofimio hizo alusión a la política mundial, a su ideal de lo que debe ser Colombia y a la unidad regional del Tolima.
Comparó al líder ruso Vladímir Putin con Hitler y Stalin, y advirtió que por su culpa puede sobrevenir otra guerra mundial que cubra de sangre el mundo.
Invitó a la juventud a retomar las banderas del Movimiento Revolucionario Liberal (MRL) que lideró el expresidente Alfonso López Michelsen, en las que prevalecía el compromiso de dar salud, educación, trabajo y techo a los pobres.
Criticó el Frente Nacional que, según sus palabras, permitió la llegada de la burocracia al poder, pero no de las ideas, y a la Constitución del 91, a la que calificó como una camisa de fuerza que debe ser reformada para erigir un sistema en el que se “reparta el crecimiento económico”.
Con una condena a 24 años de cárcel todavía sobre sus espaldas, este hombre se atrevió a hablar de combatir la corrupción. Dijo que se debe eliminar el “maridaje” entre la justicia (las altas cortes) y el Gobierno, porque todo eso ha terminado en corrupción.
Desde que Santofimio salió de La Picota en 2020 se fue a vivir a la que fue su casa, en las afueras de Ibagué, y se convirtió en un verdadero oráculo consultado por los principales líderes del Tolima, de los sectores público y privado.
Su agenda es muy agitada, casi nunca tiene tiempo libre, se le escucha decir.
Por el estudio de su casa, donde tiene una completa biblioteca con títulos de filosofía, política, cultura y poesía, desfilan congresistas, alcaldes, gobernadores, no solo del Tolima, sino de otras regiones del país.
Le van a pedir consejo, que él con falsa humildad reparte ampliamente.
El Círculo Social de Ibagué, una especie de club de la ciudad, suele abrirle sus puertas al convicto para atender en un reservado las citas con personajes de todo el país que lo visitan.
También suele organizar veladas musicales, a las que concurren los artistas de su predilección.
Desde sus tiempos de juventud, Santofimio es amante de la música de cuerda, de los bambucos y torbellinos.
Santofimio fue considerado como uno de los más grandes oradores de todos los tiempos, lo que le valió llegar muy temprano a la política.
Fue representante a la Cámara, senador, dos veces ministro de Justicia y trató de llegar a la Presidencia, pero sobrepasó en repetidas ocasiones los linderos del Código Penal.
Llegó a ser uno de los políticos más votados en el país por la época, pero también fue investigado por diversos delitos.
Se le acusó, por ejemplo, de haber promovido el incendio de la Cámara de Representantes para destruir documentos que lo comprometían en actos ilegales cuando fue presidente de esa corporación.
Después fue vinculado al Proceso 8.000 y finalmente fue acusado y sentenciado por instigar la muerte de Luis Carlos Galán.