A diferencia de las manifestaciones de otros años, el paro nacional de 2021 no tuvo como único punto de reunión la Plaza de Bolívar en el centro de Bogotá.
El portal Américas de Transmilenio (renombrado por los manifestantes como Portal Resistencia), el portal de Suba, la vía principal del barrio Yomasa (en Usme) y el monumento a Los Héroes, justo en el deprimido de la calle 80 con avenida Caracas, fueron los puntos escogidos por los ciudadanos inconformes para reunirse y concentrarse, además de su campo de batalla para enfrentarse con la Policía.
En el caso del monumento, nunca se había encontrado en tan malas condiciones, incluso antes de que fuera terminado el 24 de junio de 1963. La estatua ecuestre de Simón Bolívar, que apuntaba con su espada hacia el norte de la capital, fue retirada en muy mal estado. Jinete y caballo de bronce se convirtieron en montura de los manifestantes, quienes los grafitearon e incluso intentaron prenderles fuego.
Pocos espacios de la gigantesca estructura de piedra quedaron sin ser empapelados o pintados. La cifra 6402 sobresale desde su cara oriental y la figura gigante de una guerrera indígena mira hacia el sur de la ciudad. En el oriente hay decenas de grafitis que tapan los nombres de aquellos que lucharon en batallas independentistas como las de Ayacucho y el rostro deformado del expresidente Álvaro Uribe corona el mosaico.
Áreas circundantes al monumento, como escalinatas, accesos y la plazoleta norte presentan actualmente un panorama vergonzoso: con adoquines rotos, canecas de basura derretidas o rotas y muchísima basura. Para los lectores de la generación “X” las imágenes recuerdan a la calle del cartucho o la del Bronx.
Los daños al monumento son cuantiosos, y aunque en un escenario “normal” el Distrito ya habría iniciado el plan de restauración del bien, en las actuales circunstancias los bogotanos tendrán que esperar un poco más.
En primer lugar, los disturbios derivados del paro nacional no han desaparecido (justo este lunes un grupo de vándalos quemó un bus de Transmilenio) y por tanto cualquier adecuación podría terminar en dinero arrojado a la basura, si los vándalos deciden atacar de nuevo el monumento.
Otro factor importante es la construcción de la primera línea del Metro de Bogotá, la cual está programada para iniciar en enero de 2023; momento en el que la estructura de Los Héroes y el deprimido adyacente serían eliminados, para darle paso al proyecto. Así las cosas, es poco probable que la administración de Claudia López invierta dinero en remodelar este ícono en el corto plazo.
Los “Héroes olvidados”
No solo los próceres latinoamericanos salieron perjudicados por la toma del sector por parte de los manifestantes. Pequeños comerciantes, bancos, almacenes de cadena e incluso vecinos vivieron días de espanto mientras se prolongaba el paro nacional y este lugar se mantenía como uno de sus enclaves.
El más afectado fue el centro comercial de Los Héroes: una estructura de apenas dos pisos y de corte retro, construida una década después del monumento. Este lugar es popular entre los trabajadores que llegan y salen del sector, todo gracias a sus establecimientos de comida y sus bares, así como por sus comercios de ropa y sus sucursales bancarias.
Desde que inició la toma del monumento y de la Caracas, los escaparates de los locales comerciales se convirtieron en una suerte de “tiro al blanco” para los marchantes, quienes grafitearon casi todos. la fachada del centro comercial resultó también muy dañada a causa de las piedras y los proyectiles de goma de la Policía, esto sin contar con el miedo constante de trabajadores y dueños de los comercios, quienes se sentían aterrados con solo poner un pie allí.
“Lo que nosotros hicimos fue colocar cartones en la parte de las ventanas, luego pusimos lona negra y martillamos encima. Creo que eso fue lo que ayudó a que no vieran el interior de la tienda y no se nos intentaran meter”, cuenta Valentina Forero, empleada de uno de los negocios más vulnerables del sector: la tienda de lámparas de cristal Chana.
Aunque el negocio está abierto actualmente, los avisos de descuentos de hasta el 70% en su vitrina hablan de los verdaderos planes de sus empleadores: Acabar con el inventario y salir de allí, pues nada asegura que mañana o pasado no se presente una nueva escalada.
“A uno si le da miedo estar aquí, porque me pregunto siempre en qué momento entran y lo saquean o lo agarran a uno”, dice compungida la trabajadora.
La administración del centro comercial reportó que 4 locales fueron seriamente dañados y 8 comercios prefirieron entregar su espacio e irse, entre esos la sucursal del Banco de Bogotá, que fue vandalizada.
La estación de Los Héroes: trabajando a media marcha
Posiblemente el sector no sería tan frecuentado si en la avenida Caracas no tuviera conexión una de las estaciones de Transmilenio más importantes de Bogotá: la de Los Héroes. Este importante corredor, donde se encuentran las rutas que vienen desde el sur, de Chapinero y del occidente por la calle 80, resultó seriamente dañado y atacado continuamente durante más de un mes.
Según datos de Transmilenio, el vagón A de la estación quedó destruido y actualmente se encuentra aislado para evitar que por ahí entren personas sin pagar. 54 vidrios de puertas fueron rotos, al igual que 40 de realce (los que están entre vagón y vagón). La cubierta de la estación terminó seriamente afectada y el sistema eléctrico es simplemente un desastre. La entidad calcula que se requiere una inversión de 151 millones de pesos para subsanar los daños y habilitar el vagón.
Con un comercio en desbandada y vecinos que han visto cómo sus predios se devalúan, pues nadie quiere pasarse a vivir a las inmediaciones, se avecinan momentos aún más aciagos para Los Héroes, un lugar que algunos indignados transeúntes ya nombran como el “Cartucho del Norte”, pues el microtráfico y la delincuencia también se apoderaron del sector.
“Qué lástima: era un lugar muy bello para estar. Ahora ya no dan ganas ni de llegar aquí”, sentencia una joven, quien se va rápido tras la pregunta. Tiene miedo de que algo le pase allí.