Mientras la mayoría de los colombianos que requieren un pasaporte se quejan por las demoras que está presentando el sistema para tramitarlo, SEMANA conoció que Juan Fernando Petro, quien más allá de ser el hermano del presidente de la república, Gustavo Petro, es un ciudadano de a pie que no tiene ningún cargo público ni desempeña ninguna función oficial, se mueve por el mundo con un pasaporte diplomático, a pesar de sus múltiples cuestionamientos por presuntos hechos ilegales.
Sí, el mismo pasaporte que utilizan presidentes, embajadores, ministros y altos funcionarios del Estado. Con tan solo presentar en el aeropuerto un documento de este tipo, las autoridades abren las puertas sin revisar equipajes. Cuentan con una especie de inmunidad para los controles de seguridad, una ventaja que va más allá de simplemente ahorrarse la fila en migración. Además, en varios países que exigen visa, el pasaporte diplomático ahorra ese trámite.
El pasaporte de Juan Fernando Petro fue expedido por el Ministerio de Relaciones Exteriores el 13 de octubre de 2022, es decir, dos meses después de que su hermano se posesionara como presidente de la república. El documento tiene vigencia hasta el 15 de enero de 2025. Al revisar la Resolución 6885 de 2023 en la que se especifica qué colombianos pueden tener derecho al pasaporte diplomático, no se muestra en ese grupo a los hermanos del jefe de Estado. Los únicos parientes que aparecen son los cónyuges y los hijos. No se menciona a hermanos, ni mucho menos a las cuñadas.
Sin embargo, la señora Beth Levy Bethel, de nacionalidad colombiana, nacida en el municipio de Lérida y esposa de Juan Fernando Petro, también tiene pasaporte diplomático. En el numeral 4 del artículo 25 de la resolución dice que los colombianos que viajan al exterior en cumplimiento de una misión diplomática de carácter temporal pueden tener ese tipo de pasaporte, pero si fuera ese el caso, la misión “temporal” no duraría dos años y tres meses, que es el tiempo de vigencia que tiene el pasaporte de la mujer. Y si fuera ese el caso, Bethel no podría ser beneficiada con el exclusivo documento, eso lo deja claro el artículo 27 de la misma resolución.
Para Manfred Grautoff, consultor de seguridad, el hecho de que un pasaporte diplomático esté en manos equivocadas es más que irregular porque con él se puede pedir ingreso a lugares a los que no tiene acceso una persona del común, argumentando ser funcionario diplomático. Cabe resaltar que Juan Fernando Petro es cuestionado por el llamado Pacto de La Picota en el que, al parecer, extraditables y narcotraficantes habrían aportado dinero a la campaña de Gustavo Petro a cambio de formar parte de la paz total. “Álex Saab y su esposa tenían pasaporte diplomático de Venezuela, se lo dio el Gobierno de Maduro”, recordó Grautoff.
Fuentes cercanas a la Cancillería le confirmaron a SEMANA que la solicitud del pasaporte diplomático para el hermano y la cuñada del presidente la realizó el mismo jefe de seguridad de la Presidencia de la República. Hasta donde se conoce, el único jefe de seguridad que ha tenido este Gobierno es el coronel Carlos Feria, cuestionado por los manejos irregulares que habría ejecutado en el caso de la exniñera de Laura Sarabia, hoy directora del Departamento Administrativo de la Presidencia (Dapre).
El argumento que habrían entregado es que Juan Fernando Petro es “alto comisionado del cuerpo de paz para la república de Colombia” y a su esposa la presentan como coordinadora del mismo cuerpo. Cabe recordar que en múltiples ocasiones Danilo Rueda, quien ocupó el cargo de alto comisionado para la paz, salió a desmentir que el hermano del presidente estuviera relacionado con la oficina, incluso dejó claro que no tenía autorización para abogar en la construcción de escenarios de paz.
Si bien es cierto que Juan Fernando Petro perteneció a la Comisión Latinoamericana de Derechos Humanos, fue expulsado de la misma porque según el director de la entidad, Rodrigo Ricaurte, el familiar del primer mandatario de Colombia solo utilizaba el nombre de la Comisión para sacar provecho personal, enlodando el nombre de la misma. Ricaurte le dijo a SEMANA que la Comisión no avaló en ningún momento la solicitud de un pasaporte diplomático, pero confirmó que la pareja de Petro, Bethel, sí presentaba el exclusivo documento cada vez que programaban un viaje, sin él conocer cuál es la historia detrás de la adquisición de este.
No hay que olvidar que el mismo presidente Petro le pidió a su hermano retirarse de la campaña presidencial durante 2022 y en marzo de 2023 le solicitó a la Fiscalía que lo investigara porque “quien quiera sacar provecho no tiene cabida, incluso si son mi familia”, dijo en su momento el primer mandatario. Juan Fernando sigue con su pasaporte diplomático vigente.
SEMANA conoció que Petro y su esposa pretendían llegar a Costa Rica en septiembre de 2023 con el pasaporte diplomático, pero con fines turísticos. Teniendo en cuenta que ese país exige visa de turismo, el consulado general de Costa Rica les respondió: “El Instituto de Enseñanza Cosvic, donde se indica que se le otorgará un doctorado honoris causa al señor Juan Fernando Petro, no es una entidad de Gobierno, por lo que se entiende que no es un viaje de interés oficial”, por eso le insistieron en presentar un pasaporte regular, a lo que la pareja habría respondido que no era posible por la inexistencia de libretas de pasaportes regulares en Colombia.
Al consultar a la excanciller y exvicepresidenta Marta Lucía Ramírez sobre si es irregular que el hermano de un presidente de la república tenga pasaporte diplomático, aseguró que en el saliente Gobierno el hermano del expresidente Iván Duque nunca tuvo ese documento y que su pasaporte era ordinario. Ramírez cuestiona que “más allá de la ilegalidad, lo que llama la atención es la indelicadeza, el abuso de las funciones públicas en beneficio de particulares”.
Juan Fernando Petro, muy molesto y poco diplomático, le dijo a SEMANA que está siendo víctima de un ataque a su buen nombre por parte de los medios de comunicación y que está dispuesto a dejar de utilizar el pasaporte que él mismo gestionó yendo a las oficinas de la Cancillería cuando fue miembro de la Comisión Latinoamericana de Derechos Humanos. Reconoció tener dicho documento, pero dice que nadie le dijo que eso era irregular. Aunque también se contradijo al asegurar: “Un pasaporte que ni siquiera saqué yo, sino que nos lo dieron en la Cancillería”.
Anunció que dejará de usar el documento, que vence en 2025. “Qué voy a saber yo de normas. Yo no voy a utilizar mi pasaporte diplomático, cójanlo, destrúyanlo, a mí me interesa un comino ese pasaporte”, aseguró, contando que lo ha utilizado en tres oportunidades y que no lo volverá a hacer por dignidad, pues cataloga como humillante lo que está viviendo. Dichos pasaportes diplomáticos fueron expedidos cuando Álvaro Leyva era el canciller y ahora Luis Gilberto Murillo, quien está encargado de la cartera, deberá definir si suspende o no dichos documentos.