Desde hace cinco días se presenta una grave situación de orden público en Tibú, Norte de Santander, en donde al menos 300 cocaleros arrinconaron en una base militar a más de 100 integrantes de la Fuerza Pública, en su mayoría uniformados del Ejército.

Todo comenzó el pasado sábado 7 de mayo, cuando un grupo de militares realizaba tareas de erradicación de cultivos ilícitos de forma manual.

Tras darse cuenta de lo que estaban haciendo los uniformados, un grupo de cocaleros inconformes amenazó a los integrantes de la Fuerza Pública con piedras, palos, machetes y armas blancas, diciéndoles que si no se retiraban del lugar los iban a agredir.

Ante la negativa de los soldados de abandonar el área, al señalar que estaban cumpliendo con una misión constitucional, los cocaleros obligaron a los militares a caminar varios kilómetros hasta llegar a la base de Caño Indio, en donde los mantienen retenidos.

Según el Ejército, en zona rural de Tibú se presentó otro hecho similar, en donde campesinos cocaleros impidieron que los militares erradicaran manualmente las hojas de coca.

La situación desde hace cinco días no ha cambiado, según indicaron fuentes militares. Los uniformados se encuentran dentro de la base militar sin poder moverse hacia el exterior. No pueden ni recoger agua, comida y otros elementos para mantenerse.

Sobre este caso, el general Fabio Caro, jefe del comando específico de Norte de Santander, dijo que “ante los hechos presentados desde el 7 de mayo en el municipio de Tibú, en las veredas Los Cuervos, Las Palmas y Caño Indio, en donde tropas de la brigada contra el narcotráfico, que se encontraban desplegadas garantizando tareas de erradicación, protegiendo a la población civil y líderes sociales, a las dos de la tarde, aproximadamente, unos 300 cocaleros en forma violenta secuestran y conducen contra su voluntad a nuestros soldados”.

Añadió el oficial que “fueron conducidos por más de cuatro kilómetros y, bajo amenaza, más de 300 cocaleros llevaron a nuestros hombres a la base militar de Caño Indio. De esta manera, el día 8 (de mayo) fueron secuestrados dos pelotones más que se encontraban en tareas de seguridad y protección de la población civil”.

De igual manera, el alto mando militar indicó que “nuestros hombres fueron violentados por más de 300 cocaleros que violaron todos sus derechos fundamentales. Se informó a todas las autoridades departamentales y nacionales, ya que nuestros soldados son seres humanos que tienen derechos humanos que no se les pueden violentar”.

Los más de 100 hombres de la Fuerza Pública que se encuentran acorralados por civiles cocaleros forman parte de los grupos que han sido creados para combatir el narcotráfico en la región de Tibú, una de las más afectadas por organizaciones dedicadas a la comercialización del alcaloide.

El Ejército recordó que esta no es la única situación que se ha presentado en la que miembros de la comunidad se oponen a las tareas del Ejército. Recientemente, en el departamento del Valle del Cauca se dio un hecho similar, en el que un grupo de personas impidió que las tropas desarrollaran una acción judicial por parte de militares. Hechos similares se han presentado en el departamento del Cauca, en donde pobladores se han opuesto a que los militares capturen a personas señaladas de integrar las filas de organizaciones ilegales armadas.

Sobre el caso de Norte de Santander, desde el Ejército indicaron que se están valorando varias medidas para darle una solución al caso de los militares que se encuentran en este momento acorralados por la comunidad. Es de anotar que los uniformados no han hecho uso de la fuerza ni de sus equipos de dotación como armas de fuego.