Semana: ¿Por qué escogieron Colombia para el lanzamiento mundial del Informe de Desarrollo Humano 2019? Alejandro Pacheco: Existe un reconocimiento al país a raíz de tres elementos: primero la nación ha sido consecuente con la agenda de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), si uno mira la evolución de Colombia entre 1992 y 2015 en términos generales podemos ir mirando en diferentes indicadores una evolución muy positiva. Segundo, ahora estamos en la agenda de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), y Colombia es reconocido por ser uno de los precursores de esta agenda. Y, tercero, si bien Colombia enfrenta muchos desafíos, es verdad que el propio Plan Nacional de Desarrollo que vemos hoy tiene un foco hacia la equidad con una mirada multidimensional. Semana: ¿Cree que la equidad ha avanzado en el mundo? A.P.: Primero hay un tema de lenguaje, yo sé que en Colombia se utiliza mucho el término de equidad. El informe habla de desigualdad. La particularidad sobre los informes de desarrollo humano es que tienen el potencial de transformar lo que entendemos por progreso o evolución. Si uno piensa cuando se lanzó el primer informe en 1990, se lanzó en un momento en el que se firma el consenso de Washington y toda la medición de lo que es bienestar humano se medía por crecimiento de PIB per cápita. La gran revolución de análisis multidimensional es mirar el bienestar de una persona no solo por el ingreso que tiene sino por la educación o potencial de educación y por sus condiciones de vida o de salud. La diferencia entre un enfoque tradicional y uno de desarrollo humano sobre igualdad es que la mirada de desarrollo humano es en el enfoque de capacidades y que las personas vivan las vidas que quieren.

Semana: ¿Se ha cerrado la brecha de desigualdad en el mundo? A.P.: La pregunta real es de qué desigualdad estamos hablando y ahí viene la novedad de este informe sobre desarrollo humano. Desigualdad tradicionalmente se ha medido por el índice de Gini. Si uno quisiera tomar esa guía, Colombia viene mejorando constantemente desde hace unos cuantos años. De hecho, en los últimos 15 años lo ha bajado en 7.9 puntos. Ahora está en 49.7, sin embargo sigue siendo el segundo país más desigual por índice de Gini de América Latina compitiendo con Brasil dentro de la región más desigual del mundo. No es lo mismo medir desigualdad con Gini o con una media de ingreso, que medir desigualdad de forma desagregada. Cuando se empieza a desagregar, por ejemplo, se ha visto que la riqueza no está en el 1 sino en el 0,1 por ciento de la población. Pensamos en una lógica binaria de pobre y no pobre, y esa es una noción equivocada. Cuando uno intenta hacer un análisis más sofisticado de esto empieza por entender el concepto de clase media, que aunque se puede medir de diferentes formas, la noción que tiene detrás es personas que tienen un nivel de bienestar físico, material, emocional pero sobre todo que están prevenidos de caer en pobreza. Es importante aclarar que una vez la persona sale de pobreza no se suma automáticamente a clase media: el espacio entre pobreza y clase media se está denominando vulnerabilidad económica y en América Latina está entre 4 y 10 dólares diarios. La progresión de Colombia en los últimos 20 años es que tiene una fuerte concentración de población en vulnerabilidad económica, aproximadamente el 38 por ciento de la población. Eso significa que estas personas no tienen un empleo fijo. Entonces vemos esa relación entre pobreza y vulnerabilidad económica que tiene a esa gente saliendo y recayendo de pobreza constantemente, eso da una situación de inestabilidad a un porcentaje muy grande de la población. Los dos grandes desafíos que tiene Colombia y la región es que las políticas públicas tradicionales están pensadas para que transiten de pobreza hacia clase media, pero no hay políticas públicas para que las personas que están en vulnerabilidad económica no recaigan en pobreza ni políticas efectivas para las personas que sufren de exclusiones duras. Semana: ¿Cuáles son las principales visiones del informe? A.P.: El propio título del informe ya dice mucho: "Más allá del ingreso, más allá de las medias, más allá del presente". Más allá del ingreso quiere decir que la desigualdad no solo hay que medirla como se ha venido haciendo tradicionalmente, no solo desigualdad de riqueza sino desde una noción de desarrollo humano. Hemos visto que la desigualdad se origina previo a que una persona nazca y eso es un golpe muy fuerte al imaginario de la meritocracia. Más allá de las medias porque el índice Gini es útil pero luego necesitas desagregar esas medias por grupos. No es lo mismo el promedio que los grupos que están en vulnerabilidad económica o sufriendo de exclusiones duras; lo mismo pasa dependiente de los territorio. Con el tercer punto de más allá del presente lo que estamos viendo es que el futuro de la desigualdad no es necesariamente igual al pasado de la desigualdad. Por un lado, la cuarta revolución industrial está generando unas brechas en las que el futuro ya está en el presente, solo que distribuido de manera desigual: hay seres humanos que viven en el año 2300 y otros que todavía viven en el 1800. En este apartado también está presente el cambio climático: se habla de responsabilidades iguales pero diferenciadas porque los países que menos están contribuyendo a esta problemática son los que más están sufriendo las consecuencias.

Semana: ¿Cuál sería la recomendación de PNUD para cerrar las brechas que existen en Colombia? A.P.: Este país tiene la particularidad de ser un terreno muy extenso, del tamaño de Francia y España juntas, muy diverso y con difícil accesibilidad. Esos elementos son grandes potencias para ser un país único, para generar productividad, pero hay que darle la vuelta al ciclo vicioso para convertirlo en un círculo virtuoso. Nosotros lo que creemos es que el punto de partida esencial son los datos, cualitativos y cuantitativos. Si uno no tiene análisis de percepción apropiada está mirando mal el mundo. El segundo mensaje es que para entender las brechas de desigualdad se tiene que entender dónde están esas desigualdades pero reconociendo la agencia de las personas, que tienen que combatir esas desigualdades en función de lo que ellos quieren hacer de sus vidas. Semana: ¿Qué tan desigual está el mundo? A.P.: Digamos que el mundo ha avanzado muchísimo en igualdad y al mismo tiempo ha avanzado muchísimo en desigualdad. Si uno quisiera mirar el mundo hoy con respecto hace 10, 50, 1.000 años, la mayoría del mundo tiene unas condiciones de vida que son mucho mejores que en toda la historia anterior, pero al mismo tiempo hay una minoría del mundo que acumula más poder y riqueza que en toda la historia anterior. Semana: ¿Qué mensaje quieren que se lleve la gente una vez se conozca el informe? A.P.: Con este informe vamos a salir con inquietudes pero también muy esperanzados, convencidos de que se puede combatir la desigualdad pero que necesitamos medirla con las herramientas pertinentes y empoderar a las personas para que puedan dar la batalla y puedan vivir la vida que ellas quieran vivir. --- El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo estrena una metodología para establecer las desigualdades actuales y sobre cómo debilitan la cohesión social, el crecimiento económico y la confianza de las personas en los gobiernos, en las instituciones y en las personas. Sin contar, como bien se ha visto en la región, que cuando las desigualdades llegan al extremo, pueden generar violencia. Si quiere conocer más sobre este evento visite www.ForosSemana.com