Este año, el panorama turístico en el departamento de Atlántico se llena de contrastes. Mientras algunos proyectan crecimiento económico porque se encuentran en medio de una temporada de vacaciones, otros, en cambio, viven una realidad más aterrizada y menos especulada.

Nicolás Macías lleva más de 30 años trabajando en el sector turístico y desde entonces se ha perfilado como un contribuyente para impulsar y potencializar las riquezas naturales del departamento, como las playas. Acepta tener altos y bajos y, desafortunadamente, como él mismo manifiesta, actualmente no atraviesa la mejor “racha” en su labor.

“La lluvia es una bendición, pero desafortunadamente le atina a llover los fines de semana, que es cuando más ventas esperamos tener, y la gente no viene”, dice refiriéndose a su restaurante ubicado en las playas de Caño Dulce.

Carlos Alberto Monge, operador turístico, explicó con un poco de preocupación que en épocas como Semana Santa las playas de Caño Dulce llegaban a recibir más de 4.000 personas. Y hoy en día están atendiendo como mucho a 200 visitantes aproximadamente.

“Es lógico que cuando la gente ve las nubes y se dan cuenta que puede llover, pues se desmotiven un poco para ir a las playas y entonces el nivel de nuestros ingresos ha bajado muchísimo”, dijo.

Carlos Alberto señaló que los ingresos han disminuido entre un 70 % y 75 %. Dicha circunstancia también ha golpeado los precios de los productos que ofrecen, los cuales han incrementado hasta un 45 %.

“Nos toca ponerle el pecho a la brisa”, dice Nicolás Macías en tono sarcástico, haciendo referencia a las sacrificios que ha hecho por cuenta de la temporada.

Pero la situación es similar en los balnearios de Santa Verónica, Playa Mendoza, Tubará y Puerto Velero.

En Santa Verónica, por ejemplo, además de la poca afluencia de visitantes, los operadores turísticos se han visto afectados por los fenómenos de erosión costera, que amenazan con llevarse todo a su paso. Incluso, el fin de semana una tromba marina llenó de susto a comerciantes y turistas cuando los coletazos del torbellino destrozaron casetas y amontonaron maderas emplazadas en la orilla del balneario.

Quienes dependen del turismo esperan que cuanto antes transcurra esta época. No señalan culpables porque entienden la complejidad de la naturaleza, pero son conscientes que las condiciones no han sido beneficiosas.

Anuncian reapertura al público de Caño Cristales para temporada de vacaciones

Cuando los colombianos se preparan para las vacaciones escolares de mitad de año, la autoridad ambiental de La Macarena, Cormacarena, junto con la unidad de Parques Nacionales Naturales, anunciaron la reapertura de Caño Cristales, el cual había sido cerrado en noviembre de 2021 para proteger el área de las condiciones climáticas de sequía que se daban en ese momento.

Caño Cristales, que se encuentra dentro del Parque Sierra de La Macarena, volvió a recibir turistas desde el 8 de junio, según informaron las autoridades ambientales de la zona.

El sitio, que cuenta con 11 senderos ecoturísticos, recibe anualmente unos 15.000 turistas, por lo que es clave para esa actividad económica en la región teniendo en cuenta que el turismo mueve varios segmentos como hoteles, restaurantes, transporte, entre otros, siendo considerado uno de los que más generan empleo en el país.

La decisión de reapertura de ese lugar, considerado como paradisiaco, se da luego de haber hecho una revisión a fondo de las condiciones de ese ecosistema, que es altamente protegido en Colombia. Según autoridades ambientales y la alcaldía de La Macarena, ya estarían garantizados los requerimientos necesarios para permitir el ingreso de turistas a la zona.

Durante el anuncio de la reapertura de Caño Cristales, las autoridades informaron que podrán ingresar por día un promedio de 900 personas al lugar, considerado como único en el mundo, puesto que se trata del hogar de una planta endémica: la macarenia clavigera, que es la responsable de los colores que tiene el cuerpo de agua que atrae a los turistas.