Esta semana, los primeros 5.623 colombianos comenzarán a estudiar para programadores, de los 100.000 con los que el Ministerio de Tecnologías de la Información y Comunicación (MinTIC) quiere llenar en dos años el hueco de profesionales TIC que tiene el país. Han calculado que faltan al menos 62.000 especialistas, entre ingenieros de sistemas, científicos de datos y desarrolladores de software. Hay tanto interés en esta formación, que solo en la primera semana de abierta la convocatoria 129.000 personas se inscribieron y hubo que ampliar el cupo inicial de 2.500 plazas previsto para la primera fase del piloto.

La ministra Karen Abudinen piensa que el éxito del programa radica en que “nos reunimos con los emprendedores colombianos que han sido exitosos y con las empresas que requieren a esos profesionales que vamos a formar”. En las conversaciones para el diseño participaron desde startups como Rappi o Frubana, hasta empresas de la economía tradicional como Ecopetrol y Nutresa. Buscaban diseñar un currículo que, en teoría, permitiera satisfacer la demanda de especialistas en lenguajes de programación.

Jorge Quiroga, CEO de BlackSip y asesor del programa, explicó que en seis meses una persona que no sepa programar aprenderá a hacerlo y la conectarán con el mercado laboral por medio de unas “mesas de empleabilidad”. La formación será virtual y muy enfocada en solucionar problemas prácticos, según las recomendaciones de los expertos en enseñanza de la programación. Además incluirá algo de inglés y habilidades blandas. Hay dos “rutas”: una para estudiantes de grados noveno, décimo y once de secundaria y otra para adultos.

La iniciativa ha despertado entusiasmo en la población ante la perspectiva de encontrar un oficio rápido que a veces llega a ser bien pagado. Las multinacionales tecnológicas IBM y Oracle apoyan el programa y esta última además firmó un convenio con el Sena para apoyar la formación de técnicos en software, analítica de datos y otras carreras TIC de un año de duración.

Hay observaciones. El gerente de Oracle Colombia, Fabiano Matos, dice que debería haber más mujeres debido al déficit de participación femenina en la industria TIC. Y el presidente de la Asociación Colombiana de Ingenieros de Sistemas añade que “el programa es bueno, pero hay que asegurar que los programadores queden suficientemente capacitados”.

Algunos discuten si 1.000 horas de formación en 25 semanas les alcanzarán para convertirse en los especialistas que las empresas necesitan. Freddy Vega, fundador de Platzi, una startup dedicada a formación en línea, sostiene que las horas no importan con una metodología adecuada y que el talento de las personas no tiene que ver con su velocidad de aprender. “Hay personas que tardan un año y otras que tardan pocas semanas, y la diferencia entre ellas en cuanto a su desempeño profesional es ninguna”.

Jorge Quiroga aclara que se graduarán programadores, personas capaces de resolver problemas con código, “no arquitectos de tecnología ni diseñadores de software”. La meta podría lucir demasiado ambiciosa, pero los expertos consultados coinciden en que es inaplazable. Latinoamérica gradúa cada año alrededor de 100.000 profesionales de software, incluyendo universidades y escuelas externas, pero la región necesita tres millones. Así que nadie duda de que habrá trabajo para casi cualquier persona que logre formarse como programador. Eso no significa que el problema quedará solucionado. El empresario de tecnología Alexander Torrenegra cree que hallarán trabajo los que continúen estudiando posteriormente. “Habrá empleo para quienes esos seis meses fueron solo el principio”, afirma.

De los 5.623 participantes, 1.500 estudian secundaria y tendrán énfasis en el desarrollo de juegos y animación digital. Los adultos podrán optar por profundizar en aplicaciones web y móviles. En 2021 se graduarán 50.000 personas y en 2022 el resto. ¿Será suficiente?