En las últimas horas, la unidad del Gaula de la Policía Nacional capturó a 6 policías en Bogotá, implicados en el presunto delito de secuestro extorsivo. Cinco de ellos eran uniformados adscritos a la estación de Policía de Engativá y el sexto perteneciente a la Policía en el departamento del Chocó.

Según las investigaciones adelantadas por las autoridades, los uniformados abordaban a sus víctimas, es decir, a civiles, y las atemorizaban diciéndoles que tenían una orden de captura en su contra, y para no judicializarlos les exigían altas sumas de dinero, que oscilaban entre los 10 y 50 millones de pesos.

Las autoridades revelaron que por lo menos dos casos similares se presentaron en la localidad de Engativá en los meses de marzo y mayo de 2022, en los cuales estos uniformados estarían implicados. Dentro de los capturados por este delito de secuestro extorsivo hay un subteniente y cinco patrulleros.

Los policías capturados deberán responder ante la justicia. | Foto: GUILLERMO TORRES

Este miércoles, los seis policías capturados fueron presentados ante un juez de la República para la legalización de la captura y posteriormente la Fiscalía les imputará el delito de secuestro extorsivo.

El comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá, general Carlos Fernando Triana, rechazó el actuar de estos uniformados. “En un trabajo de la Policía Nacional, de contrainteligencia e investigación criminal, el Gaula de la Policía en coordinación con la Fiscalía materializan las órdenes de captura de seis integrantes de la Policía por los delitos de secuestro extorsivo agravado”, precisó Triana.

Brigadier general Carlos Triana Beltrán Comandante Policía Metropolitana de Bogotá Foto Guillermo Torres Reina / SEMANA | Foto: GUILLERMO TORRES

Y a renglón seguido agregó: “Rechazamos de forma categórica actos de corrupción que enlodan la imagen de la institución policial. Estas personas fueron puestas a disposición de la autoridad competente para que respondan en audiencia y se responda su situación jurídica”.

Atentos, padres de familia: esta es la nueva modalidad de secuestro en Colombia que involucra a los menores de edad

Pocas cosas mueven al ser humano a hacer lo que sea y sin medir consecuencias. Una de ellas: proteger a los hijos y reaccionar de manera inmediata cuando están en peligro, como en un secuestro, por ejemplo.

Es tanta la pasión que despiertan ese tipo de situaciones que han inspirado películas de acción reconocidas como La venganza, Todo el dinero del mundo, Contrarreloj y Firewall, por nombrar algunas. Estas cintas han puesto a pensar a más de uno cómo actuaría si recibiera la llamada que anuncia que su hijo fue tomado como rehén por un grupo criminal.

Paradójicamente, es una tarde de cine lo que está desatando ese temido momento entre los padres de familia. En Tunja (Boyacá), un microempresario, que por seguridad de su familia no revela su identidad, recibió la tarde del pasado viernes la llamada de un hombre que le decía tener a su hijo de 15 años secuestrado y que a cambio de su liberación pedía 10 millones de pesos. Además, contaba solo con una hora para llevar el dinero al punto indicado.

Lo primero que hizo el padre del joven fue llamar a su esposa. Ella le dijo que el menor había salido al cine con un amigo, pero que la función terminaba justo a esa hora, sobre las 4 de la tarde. Le empezaron a marcar insistentemente al celular y mandaba a correo de voz desde el primer intento.

El hombre que supuestamente había secuestrado a su hijo le entregó datos precisos de sus vidas, números de cédulas, fechas y lugares de nacimiento, pasatiempos, películas y series de preferencia, lo que le daba mayor credibilidad al supuesto secuestro. Lo llamaba cada 10 minutos y le indicaba que si llegaba a hablar con las autoridades se preparara para lo peor. Como familia decidieron no buscar ayuda para evitar una tragedia, según ellos. Reunieron el producido de las ventas de los últimos dos días, sacaron lo que tenían en la cuenta de ahorros, eso sumó 2 millones de pesos, y pidieron dos créditos a amigos por 500.000 pesos cada uno.

En 50 minutos reunieron 3 millones de pesos y le rogaron al misterioso hombre que estaba al otro lado de la línea un mayor plazo. Aceptó solo si entregaba esta primera parte de dinero recaudado, con la condición de que su hijo sería liberado hasta que pagara la totalidad.

Entregaron la plata y cuando estaban tratando de empeñar una maquinaria, entró la llamada del teléfono del joven. “Papá, vi que me marcaron, ¿qué pasó?”. Comprendieron que todo se trató de un falso secuestro. El joven, en una especie de flashback, narró lo sucedido. Cuando la película terminó se encontró con dos personas que estaban a los alrededores. Lo abordaron para decirle que podía entrar a la siguiente función gratis, siempre y cuando llenara una encuesta y apagara el celular durante la película para que se pudiera concentrar y luego hacer una retroalimentación del contenido y la experiencia en el cine. Él no vio problema y aceptó. Fue el tiempo suficiente que tuvieron los delincuentes para engañar a los padres. Insisten en no denunciar a las autoridades porque los datos con dirección y demás aún están en manos de los timadores. Pero decidieron contar su historia para evitar que otros casos se registren.

En los bares de las principales ciudades del país están usando la misma modalidad diciéndoles a los jóvenes que los datos recaudados son para la seguridad del establecimiento y tener información en caso de emergencia. En medio de la rumba, hombres y mujeres se despegan del celular y los delincuentes aprovechan ese tiempo para simular un secuestro.

Sin embargo, SEMANA consultó al Gaula de la Policía donde indicaron que se podría estar frente a una nueva modalidad de falso secuestro, pero que hasta el momento no hay casos reportados oficialmente, aunque han escuchado sobre lo que está pasando. Por eso, hacen las recomendaciones de siempre: denunciar de inmediato, pues ellos son expertos en manejar este tipo de casos e identificar cuándo puede ser una amenaza real o un engaño. Las alertas se prenden ahora que grupos de niños y jóvenes se reúnen para despedir el año escolar o para aprovechar la época vacacional. Lo recomendable es no dejar a los menores solos y mucho menos que den información a desconocidos, por tentadora que parezca la oferta, porque pueden terminar siendo rehenes de su propia ingenuidad.