Lo último que se esperaba una capitán de la Policía que estaba de servicio en un concierto de vallenato era encontrarse a dos compañeros, subalternos, patrullero y patrullera, con 24 cajas de ron listos para revender en el interior del estadio, pero así fue.
Los dos patrulleros, compañeros de trabajo, que estaban de servicio y tenían por encargo la vigilancia de un sector, muy diferente al estadio Atanasio Girardot, aparecieron en la puerta número siete, de uniforme y con el firme propósito de ingresar sin problemas, gracias a su investidura verde. Sin embargo, llevaban un encargo.
La capitán encargada de la puerta 7 en el estadio se percató de la extraña presencia de los uniformados, que no tenían por qué estar en este sitio y al requerirles, los nervios terminaron por revelar el secreto etílico que portaban. Los dos uniformados tenían en su poder las 24 cajas de ron que fueron avaluadas en un millón de pesos, pero que esperaban triplicar una vez lograran atravesar los controles.
De inmediato el licor fue incautado por los policías encargados de la seguridad en el estudio y la capitán redactó un informe en el que advertía los hechos, los detalles de cómo los dos policías terminaron en una puerta del multitudinario evento, cuando deberían estar en el cuadrante que tenían por encargo cuidar.
Las cajas de ron estaban en dos morrales y cuando fueron cuestionados por su presencia en el lugar, se remitieron a señalar que fueron autorizados por el jefe de vigilancia para tanquear el vehículo en el que se movilizaban y que solo cumplían un encargo, llevar las cajas de ron hasta el estadio. Su versión quedó en entredicho con las averiguaciones.
Como llevar o transportar las cajas de ron no corresponde a un delito, los uniformados siguieron con su rutina, regresaron al cuadrante de vigilancia, de donde no debieron salir mientras completaban su turno, pero la investigación arrancó ahora por evasión de puesto, con desafortunado resultado para ellos.
La Policía inició la investigación y este fin de semana los dos patrulleros, que fueron plenamente identificados, los capturaron por delitos en actos del servicio; o sea, pasarán a la justicia penal militar por un vergonzoso episodio y abandonar su puesto de trabajo para llevar la materia prima de una licorera ilegal en el evento macro de la estrella de reguetón.
Los uniformados estaban el pasado sábado en sus actividades de servicio de policía cuando fueron notificados por la misma institución de la orden de captura en su contra, que deberían comparecer ante las autoridades correspondientes para explicar en detalle lo que ocurrió. Por qué dejaron abandonado su puesto, qué estaban haciendo y cuál era su objetivo al llevar tanto licor al estadio.