Jorge Alejandro García Arango, alias Alex, un peligroso criminal de una banda de Medellín, conocida como “La 38″ y condenado a 48 años de prisión, no dejó su poder en las calles. En la cárcel de Picaleña, donde se encuentra detenido, también impuso su ley hasta tenía una mascota tras las rejas; lo acompañaba un perro.

Aunque parezca sacado de un cuento, Jorge Alejandro García Arango logró meter a la cárcel su perro de raza pincher y con él vivía tras las rejas. Nadie sabe cómo lo entró, dónde lo escondía, y por qué nadie lo había detectado. Lo cierto es que desde que llegó a la cárcel este hombre se convirtió en uno de los “plumas” del Patio 32, su voz era la ley y claramente la posibilidad de tener una mascota en la cárcel se dio con complicidad de la guardia del Inpec de ese penal.

SEMANA conoció detalles del decomiso de la mascota, incluso de un chat interno de la guardia en la que les hacen el reclamo: “Buenas tardes, señores y seguimos de mal en peor, ahora en tráfico de animales, cómo es posible que esta mañana en operativo en el patio 32 fue decomisado un perro”, este mensaje iba acompañado del sabueso que incluso genera ternura. (ver imagen)

Mascota Cárcel Picaleña | Foto: Suministrado a Semana

Luego del singular hallazgo llegaron las dudas, una de ellas, el ingreso del perro. Varios guardias dicen que entró seguramente “maletado” y con complicidad de la guardia de la cárcel de Picaleña, ubicada en Ibagué.

El operativo, según se supo, lo realizó el Gaula de la Policía, con apoyo de la capitán Yeimy Casallas, comandante de vigilancia de Picaleña y algunos guardianes del penal.

Alias Alex

El recluso que tenía el pincher en su poder, es un criminal de vieja data, está detenido desde 2010, Por petición de la Fiscalía, el Juzgado Quinto Penal del Circuito de Medellín con Funciones de Conocimiento, condenó a 48 años y 4 meses.

El motivo de la alta condena fue por hechos ocurridos el primero de junio de 2009, cuando varios hombres armados ingresaron a una vivienda del barrio Santa Cruz, nororiente de la capital antioqueña, y dieron muerte a los hermanos Jhony Wilder y Billy Holguín Arana. Las víctimas fueron asesinadas en la sala de la residencia, en presencia de sus esposas y sus hijos.