El portal thegreyzone.com fundado por Bluementhal en 2015 con la misión de denunciar ¨el estado permanente de guerra en los Estados Unidos¨, hizo públicos los detalles de una reunión entre oficiales y asesores del más alto rango que habría tenido lugar para discutir las distintas opciones militares en Venezuela. Según el portal, el encuentro secreto se desarrolló el pasado miércoles 10 de abril en la sede de un thinktank de nombre ¨Center for Strategic and International Studies¨ (CSIS). Cuenta el periodista que se trataba una reunión entre 40 personajes que le hablan al oído al presidente Trump para ¨evaluar el uso del poderío militar americano en Venezuela¨. Blumenthal obtuvo la lista de los invitados al evento y, luego de llamar a varios, logró que dos de los asistentes le confirmaran que este en efecto había tenido lugar. Entre los convocados al evento estarían funcionarios tanto activos como retirados de agencias norteamericanas tan importantes como el Departamento de Estado y el Consejo de Seguridad Nacional. Puede leer: Las voces que ya comienzan a sugerir una intervención militar en Venezuela El portal thegreyzone.com publica en su texto la lista completa de los presuntos invitados. Entre los nombres que saltan a la vista están el de Almirante Kurt Tidd, hasta hace poco comandante del comando sur del ejercito americano, el general colombiano Juan Pablo Amaya, el embajador William Brownfield y, aunque no se dicen nombres, se habla de ¨altos funcionarios de las embajadas de Colombia y Brasil¨. Así mismo, el portal anota que se hicieron presentes todos los miembros de la diplomacia no oficial nombrada por Juan Guaidó. Más allá de la reunión como hecho aislado, de todo esto se puede sacar una gran conclusión preocupante. Se puede leer entre líneas que los estadounidenses se están percatando del hecho de que la fuerza inicial que tuvo la revolución de Guaidó ha empezado a desvanecerse. Así las cosas, empieza a hacerse evidente que por más cerco diplomático, sanciones económicas o ayudas humanitarias, la realidad es que Nicolás Maduro sigue contando con el apoyo incondicional de sus militares y sigue sentado exactamente en el mismo puesto que el día que empezó el fenómeno Guaidó. Esto pone a Colombia en un predicamento bastante difícil de asumir. Al fin y al cabo, Estados Unidos ve el tema venezolano como una intervención más entre las tantas que a sus ojos se han hecho necesarias a lo largo de los últimos ochenta años. Colombia, por su parte, tendrá que embarcarse en la maniobra malabarista de no enemistarse con Estados Unidos mientras deja claro que una intervención militar en el vecino país tendría efectos devastadores en esta tierra. Solo hay una cosa que está clara: el gobierno colombiano deberá agotar todos sus esfuerzos para evitar este escenario. Es normal que los estadounidenses  adelanten reuniones exploratorias en el campo militar. Pero en este contexto, al ser quien pone los muertos y sufre las tragedias, es Colombia quien debe imponer su autoridad para oponerse a cualquier uso de la fuerza.