El pasado 19 de enero Bogotá colapsó. La razón fue una: el cuerpo de Rubiela Chivará, una mujer que murió súbitamente tras descender de un ascensor de la estación Pepe Sierra de Transmilenio, duró más de seis horas tendida sobre un andén de la Autopista Norte sin que llegara el CTI de la Fiscalía a realizar el levantamiento del cuerpo.El caso puso en evidencia tanto la falta de coordinación de las instituciones del Estado, como la inminente crisis tras la liquidación de Saludcoop, pues Rubiela falleció esperando una cirugía en la Clínica Jorge Piñeros, IPS que pertenecía a la Corporación IPS Saludcoop, y que ahora hace parte de la empresa Esimed.Ante el caos, el Superintendente de Salud, Norman Julio Muñoz, dijo que tomaría cartas en el asunto. Fue así como ordenó a las EPS Cafesalud y Cruz Blanca hacer seguimiento a las autorizaciones médicas a los pacientes y enviar a los usuarios a la red externa cuando en las clínicas de la red propia no hubiera servicios.Muñoz también aseguró que empezaría un plan de choque para adecuar las clínicas que están a cargo de Esimed, con el objetivo de garantizar la atención, y que se cancelarían los sueldos de los especialistas, un problema que denunció en su momento Semana.com.Sin embargo, ha pasado más de un mes y las cosas parecen seguir igual, sobre todo en la Clínica Jorge Piñeros. Un cirujano de esta IPS aseguró a Semana.com que el único arreglo que se ha hecho en este tiempo fue el del ascensor, que no funcionaba desde diciembre y por eso no había podido practicar el procedimiento quirúrgico a Rubiela Chivará.“Pero el ascensor ya no sirve de nada, porque no hay insumos para trabajar y, por ende, no hay servicios. No se están practicando cirugías cardiovasculares, no hay servicio de hemodinamia, de oncología, pediatría, está cerrada la Unidad de Cuidados Intensivos pediátrica. No hay especialistas. Tenemos contratos, pero no hay con qué trabajar. No hay ni una jeringa”, contó.Una instrumentadora quirúrgica de la clínica contó a este portal que de las ocho salas de cirugía cuatro están cerradas. “Antes se practicaban 900 cirugías al mes, ahora estamos en 200 con las únicas salas que funcionan”, dijo.Y agregó: “Todo va de mal en peor. No tenemos salario, ni seguridad social, no han consignado cesantías, no hay plata. (…) Hemos notificado al Ministerio, a la Superintendencia, pero no hemos tenido solución. Hay renuncias masivas de especialistas, pero no pasa nada (…) No todas las cirugías se practican, por ejemplo, desde el seis de enero no se realiza ni una cirugía cardiovascular.”, manifestó.Desde el martes de la semana pasada, trabajadores que hacían parte de Saludcoop desde hace más de 15 años y que laboran en la clínica Jorge Piñeros protestan con pancartas a las afueras y adentro de esta IPS.
Foto: Algunas de las pancartas en la clínica Jorge Piñeros. ¿Tomaron medidas?Semana.com buscó a la gerente nacional de Esimed, Niria Guerrero, para conocer qué medidas se han tomado para detener la crisis que, en especial la de la Clínica Jorge Piñeros Corpas.En un escueto comunicado dirigido a este portal, aseguró que se arregló el ascensor y “se han invertido 45 millones de pesos”. Y manifestó que en julio se realizará una evaluación técnica y se definirá si es necesario cambiarlo.“También se adelantan labores de mantenimientos relacionados con la infraestructura y dotación de la clínica”, dice el documento. Y agrega que, también, se hicieron ajustes internos relacionados con los traslados cuando hay algún tipo de urgencia.“Se está diseñando un proceso con la central de referencia y contra referencia cuando se trate de cancelación de cirugías por causas institucionales. Y cuando represente un riesgo para el usuario, el médico tratante del paciente determinará un tiempo para poder operarlo, se establecerá un plan entre la IPS y la EPS que no ponga en riesgo la vida del usuario”, dice.Por último, la empresa asegura que los salarios de los médicos están al día, que sí se están practicando cirugías, que actualmente se presta el servicio de pediatría y que hay disponibilidad de 17 camas en la Unidad de Cuidados Intensivos.Lo cierto es que no se da razón acerca de la falta de insumos y elementos para trabajar, así como tampoco hace referencia a las protestas de los especialistas. De hecho, una de estas manifestaciones tuvo lugar este lunes.Mientras tanto, los pacientes siguen siendo los más afectados y decenas de trabajadores temen por sus puestos. Claramente, esta IPS se sigue haciendo agua sin que se tomen las medidas para rescatarla.
Foto: trabajadores de la Clínica Jorge Piñeros en la noche de este lunes.