El pasado 9 de abril, tres días después de que fueran expedidas las nuevas normas de ingreso y comportamiento dentro del parque (ver resolución), dos jóvenes y un acompañante de la zona ingresaron al borde del glaciar del cerro Ritacuba (el más alto de este parque con 5.330 metros), rompiendo con una regla fundamental: el glaciar y mucho menos la nieve se pueden pisar; los visitantes deben permanecer a mínimo 50 metros de distancia de estos. El hecho tomó trascendencia cuando Néstor Guarnizo, uno de los dos turistas, publicó en redes sociales las fotos y un asesor de la comunidad u’wa reaccionó. En un video, Jimmy Aguablanca, asesor de Asou’wa (la asociación de este pueblo indígena), afirmó que Parques Nacionales y el gobierno habían inclumplido el acuerdo y que por ende el parque debería cerrar definitivamente.

Varios medios de comunicación interpretaron la declaración de Aguablanca como un pronunciamiento oficial de la nación u’wa pero varias fuentes le contaron a Semana.com que Aguablanca es asesor de la comunidad, no su representante legal, por lo que su denuncia no puede considerarse como un comunicado oficial.El  comunicado oficial salió el pasado 18 de abril. En este los u’wa exigían respeto por Zizuma (nombre ancestral que le dan a la sierra de El Cocuy), explicaciones de la imprudencia de los turistas que pisaron la nieve y garantías del cumplimiento del acuerdo que pactaron para reabrir el parque. Así mismo le pedían a Parques Nacionales que especificara qué medidas tomará al respecto. La puja por la conservación y el uso turístico del nevado comenzó el 29 de febrero de 2016 cuando se cerró este parque de 25 picos nevados y espectaculares lagunas. El motivo: los campesinos que vivían en las faldas del parque y que se beneficiaban del agua que descendía del nevado exigieron que se prohibiera la entrada de turistas al parque porque el agua estaba dejando de llegar. Con bloqueos en los tres puntos de ingreso y daños en la carretera lograron su cometido. Al tiempo los indígenas u’wa, que tienen un resguardo que traslapa con el parque, exigieron lo mismo pero con un argumento más amplio: los turistas y operadores turísticos no cuidan el ecosistema y provocan el deshielo del nevado, por lo que el parque debe cerrar definitivamente.Así las cosas, Parques Nacionales clausuró provisionalmente este parque de 300.000 hectáreas (casi igual de grande al departamento de Atlántico) que representaba para la población del norte de Boyacá su mayor fuente de ingresos. La economía local se afectó notablemente y el gremio turístico -compuesto por porteadores, guías (profesionales y empíricos), hoteleros y restauranteros- protestó durante un año en busca de la reapertura. Cerca de 360 familias se desplazaron a las ciudades y la mayoría de negocios turísticos cerraron.Le puede interesar: La pelea por El CocuyFinalmente el 6 pasado 6 de abril hubo luz verde: Parques Naturales, el Ministerio del Interior y los u’wa acordaron que el parque se reabriría (inicialmente por seis meses) para medir el impacto del turismo en el ecosistema y así tomar las medidas necesarias. Con júbilo, los operadores turísticos recibieron la noticia. Sin embargo, muchos de ellos sintieron que por lo menos durante la temporada de Semana Santa habría improvisación y posibles descalabros, como el que se presentó el Domingo de Ramos por la imprudencia de un par de turistas y su acompañante.Aunque el incidente generó preocupación entre operadores turísticos y futuros visitantes, el acuerdo de reabrir el parque por seis meses seguirá en pie. Tal como lo manifestó Parques Naturales en un comunicado expedido hoy: “Bajo ninguna circunstancia la irresponsabilidad de particulares impedirá que se siga dando cumplimiento a los acuerdos adquiridos en la mesa de diálogo intercultural del gobierno nacional y la comunidad u’wa y que el Parque Nacional Natural El Cocuy continúe abierto al ecoturismo”.El incidente fue un caso aislado y, por el contrario, el comportamiento de operadores y turistas dentro del parque durante Semana Santa fue ejemplar: “Además de lo del Domingo de Ramos ningún otro prestador de servicios turísticos incumplió la norma y tampoco los turistas”, afirmó Octavio Eraso, director de este parque natural. En la semana entraron 865 visitantes y solo 2 tuvieron comportamientos inadecuados. Además, el acompañante que los llevó hasta el bordo del glaciar ni siquiera es guía empírico, técnico y mucho menos profesional.Según cuentan los operadores turísticos de Güicán, el pueblo donde los dos turistas lo contrataron, el acompañante no aparece en los listados de prestadores de servicios turísticos que tiene el gremio del municipio. “Simplemente los turistas salieron a buscar un guía a las calles y se toparon con él. Acordaron una tarifa y él los acompañó”, le dijo a Semana.com Wilson Torres, un guía profesional de El Cocuy que ha estado al frente del tema desde el cierre del parque en febrero del año pasado.Pero ¿por qué ocurrió eso? Según Parques Nacionales el hecho pudo haberse dado porque la resolución con las nuevas normas de ingreso y comportamiento en el parque se expidió tres días antes de que los turistas comenzaran a llegar a la zona, lo cual no dio tiempo suficiente para tomar medidas de vigilancia que garantizaran el cumplimiento total de la norma.Le puede interesar: Con peros reabre el nevado de El CocuyJusto ese día el gobernador de Boyacá, Carlos Andrés Amaya, celebró un consejo de gobierno en El Cocuy con el alcalde de ese municipio y el de Güicán para socializar la resolución de Parques Nacionales con los operadores turísticos y los campesinos, y el ingreso de los dos turistas y su acompañante al borde del glaciar del Ritacuba se presentó cuando el funcionario de Parques encargado de su vigilancia ya había bajado.Un día después, la vigilancia fue más contundente: en cada entrada a los tres senderos habilitados había un funcionario de Parques, dos funcionarios de la alcaldía y dos campesinos contratados por la gobernación para esa temporada. Y en el borde de la nieve había un funcionario de Parques y dos campesinos contratados por la gobernación. Quizás por esta razón durante el resto de la Semana Santa no ocurrieron más incidentes de este tipo.No obstante, habrá sanciones. Según Fabio Villamizar, director territorial de Parques Nacionales para la región Andes-nororiental, los dos turistas y su acompañante enfrentarán el peso de la ley: los turistas el del Código de Policía y el acompañante, el de la ley 300, que regula la prestación de servicios turísticos en el país. “Los turistas sabían que estaba prohibido ingresar al glaciar porque para poder entrar al parque deben pagar una entrada, registrarse en alguna de las dos oficinas de Parques (la de El Cocuy o la de Güicán) y recibir una inducción de 10 minutos en donde se les explica qué pueden hacer y qué no”, explicó Villamizar.El acompañante también sabía lo que hacía porque se registró como intérprete del patrimonio natural (la figura que Parques Naturales diseñó para que los guías empíricos puedan prestar el servicio) y compró el seguro de atención y rescate que exigido a los prestadores de servicios turísticos: “Él lo compró en el pueblo, cuesta 7.000 pesos”, le dijo a Semana un guía profesional de la zona.Por lo pronto el acuerdo sigue en pie y El Cocuy no se cierra. A pesar de este tropiezo la reapertura tiene contentos a los pobladores, especialmente a los que prestan servicios turísticos. No solo porque su economía se reactivó con los visitantes de Semana Santa sino porque ven con optimismo el deseo del gobierno y de Parques Nacionales de capacitarlos mejor y profesionalizar su labor.Si piensa ir prontoLos senderos que están abiertos al público desde el 7 de abril, el día después de que fue expedida la resolución, son:– Ritacuba: desde la cota de los 4.000 m s.n.m, hasta el borde del glaciar del pico Ritacuba Blanco con una longitud de 5.000 metros dentro del Parque.Capacidad de carga: 49 turistas diarios.– Laguna Grande de la Sierra: desde La Cuchumba, hasta el borde del glaciar del Pico Cóncavo con una longitud de 9.400 metros dentro del parque.Capacidad de carga: 175 turistas diarios.– Lagunillas Púlpito: desde la cota de los 4.000 m s.n.m arriba de la cabaña Sisuma hasta el borde del glaciar del Pico Púlpito del Diablo con una longitud de 4.500 metros dentro del parque.Capacidad de carga: 82 turistas diarios.