Faltando poco más de un mes para la posesión de Gustavo Petro como presidente de la República de Colombia, el próximo 7 de agosto de este año, el actual mandatario Iván Duque concedió una entrevista a SEMANA, en la que habló acerca de varios puntos que generan incertidumbre con la llegada de una nueva noción de gobierno al país.
Entre los temas sensibles que serán parte de la agenda de la administración entrante se encuentra la posibilidad de retomar los diálogos de paz con la guerrilla del ELN, así como con las disidencias de las Farc, que mantienen la violencia en las regiones del territorio nacional.
No se trata de un asunto menor; por el contrario, es un punto crucial para propender por la seguridad y la paz de los colombianos. Recientemente, como parte de la entrega del Informe Final de la Comisión de la Verdad, dicho ente compartió algunas recomendaciones para avanzar en línea con ese propósito.
Según indicó el texto, se sugiere al Estado “tomar la iniciativa para la paz con el ELN y los otros grupos armados”. En la conversación con SEMANA, el presidente Iván Duque dio a conocer su opinión frente a este tema.
“No creo en el ELN”, dijo contundente. Pero, además, aprovechó el espacio para contar una historia inédita sobre un peculiar suceso con la mencionada guerrilla.
Según relata el mandatario, cuando empezó su administración, su plan era contemplar la probabilidad de iniciar negociaciones con el ELN. “Vamos a tomarnos 90 días para revisar cómo fueron los 17 meses de conversaciones con el gobierno que me antecedió”, fue el objetivo que se trazó en su momento.
No obstante, su disposición se vio mermada cuando se halló que, precisamente, en el marco de esos diálogos de paz, el grupo armado había asesinado a 100 personas, provocado 100 actos terroristas y secuestrado a más de una decena de ciudadanos. Lo anterior, les llevó a concluir que era necesario definir las condiciones sobre las cuales construir las negociaciones de paz.
“Entonces dijimos: ´Ese camino de entrar a echar cháchara mientras están haciendo todas las atrocidades no tiene sentido. Estamos dispuestos a entrar en una aproximación de construcción de paz, pero sobre la base de que se suspendan las actividades criminales y se liberen los secuestrados´”, relató Duque.
La historia jamás contada, según afirmó el mandatario, se remonta a unos meses después de dicha decisión. Específicamente, sucedió en medio de la posesión del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, el sábado primero de diciembre de 2018.
En aquel entonces, comentó en SEMANA el mandatario, recibió un sobre con una cartica de parte del ELN, una misiva que aún conserva.
¿Qué decía la ‘cartica’?
“Iniciemos un camino de conversaciones, etcétera”, contó el presidente Iván Duque, con relación al contenido de la carta. Pero más que el texto, lo que sucedió después fue más transcendente para el mandatario.
“A partir de ese momento se me aproximaron personas de Naciones Unidas y también del Vaticano, después de la visita que yo le había hecho al papa Francisco, y me dijeron: ´Mire, hay un camino, una oportunidad que se abre´. Me decían que le diera un chance a la construcción de paz”, expresó.
Sin embargo, su voluntad fue truncada por el actuar del grupo guerrillero, que no era coherente con su propuesta de avanzar hacia la paz en Colombia. Pasados 20 días desde que el presidente Iván Duque recibió la misiva del ELN, un hecho cruel estremeció y despertó la indignación, tristeza y miedo de los colombianos: el atentado con un carro bomba en la Escuela General Santander, en el que perdieron la vida 22 personas.
“Entonces con esos bandidos no se puede tener confianza porque son eso: bandidos, asesinos, terroristas, criminales. Y la prueba es que cada vez que tienen una oportunidad para hacerles daño a los inermes de la sociedad, lo hacen”, añadió.
“Entonces, ¿qué se pueda construir un camino? Sí, pero la pregunta es ¿qué tipo de camino? ¿Queremos darles a ellos patente de corso y validarles ese megacongreso nacional descentralizado para llegar a una Asamblea Constituyente, y mientras tanto siguen lacerando al pueblo colombiano? No, no creo que ese sea el camino”, concluyó el mandatario, que entregará el próximo 7 de agosto su cargo al presidente electo Gustavo Petro.